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Julián Álvarez tiene 32 años y juró como representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. En una entrevista realizada por Página/12, asumió un desafío: convencer a los jueces para que piensen en un país inclusivo. “Pensar en el otro es importante; venimos de un país demasiado ensimismado, del sálvese quien pueda, quisiera que los jueces hagan política a través de sus sentencias mirando al más débil”, dijo.

Habló de sus objetivos de llenar las vacantes en tribunales, de lo que dejó la reforma judicial fallida, de la intención de llegar al final de su gestión junto con el ministro Julio Alak con toda una legislación de fondo renovada y de su mayor sueño: ser intendente de Lanús. Y amplió: “Quiero que los jueces entiendan que tienen que dedicarse a hacer política, entendida como herramienta de transformación de la realidad. Así van a poder utilizar esa herramienta mejor. Quiero jueces con conciencia social, que estén mirando a la sociedad. Tenemos que pensar en una nueva formación, en cambios de currículas y sostener el debate”.

A la hora de hablar sobre su llegada al Consejo de la Magistratura, aclaró que asumió porque una diputada cumplió su mandato y porque, en su caso como secretario de Justicia, cumplió con los requisitos para representar al Ejecutivo. “Claro que buscamos reformas. La Cámpora está estigmatizada, pero está sentada adentro del Consejo de la Magistratura discutiendo. Nos van a conocer verdaderamente”, explicó.

En ese sentido, expresó el deseo de cubrir las vacantes del Poder Judicial con personas que piensen con “conciencia social” y no estén vinculados con la dictadura ni con grupos económicos. De ese modo, quiere que su gestión acelere los concursos “de acá a fin de año”.

La apuesta, para Álvarez, es lograr unanimidad. “Vamos a intentar convencer, incluso a todos los que creen que conspiramos contra sus intereses, que lo que los jóvenes queremos en política es un país mejor. La formación y los objetivos no tienen que ver con la edad. Como dice Cristina, el pueblo entra en las grietas como el agua”.

El magistrado dijo que la lucha más fuerte es contra la corporación judicial. Y lo que hace falta es una reforma procesal. “Hoy los jueces investigan y toman decisiones, todo a la vez, cuando el mundo está pasando a un sistema acusatorio, donde los fiscales investigan y los jueces resuelven. Vamos a discutir un nuevo Código Procesal este mes en Mar del Plata, invitando a todos. Sólo falta crear un Código Contencioso Administrativo”, dijo.

Por último, habló sobre profundizar el rol del Estado y dijo que “el Estado no es más el de los noventa, no es un Estado chiquito, es un Estado grande. Se requiere resguardo normativo con la premisa de velar por el interés público”. Y, en ese punto, dijo que habría que cambiar algunas leyes que siguen desde la dictadura, como la Ley del Servicio Penitenciario Federal: “Queremos una ley que genere una agencia de inclusión social, con incidencia de los civiles en la fuerza, profesionalizándola. Esperamos generar un servicio sin violencia institucional y que los detenidos egresen con posibilidades de incluirse en la sociedad”.