Patricio Barros Cisneros, de 26 años, fue golpeado mientras estaba esposado con las manos atrás. Varios uniformados están acusados de pegarle durante un día de visita. Murió pocos minutos después. En el juicio, cuatro testigos describieron la golpiza.
"Lo golpearon entre todos. Ninguno intentó separar o frenar la situación", dijo uno de los cuatro testigos en la segunda audiencia del juicio por el crimen de Patricio Barros Cisneros. Él mismo fue quien cubrió el cuerpo de su compañero con una manta después de que un grupo de seis penitenciarios le pegara hasta matarlo. Ésa es la acusación: tortura seguida de muerte. Ahora enfrentan la posibilidad de una pena máxima ante el Tribunal Oral Criminal 4 de San Martín.
“Ya basta. Ya fue”, gritó Patricio desde el piso el 28 de enero de 2012, según declararon hoy otros detenidos que vieron lo ocurrido en la Unidad 46 del Servicio Penitenciario Bonaerense. Los testimonios reconstruyeron la escena que terminó con la muerte: un joven de 26 años rodeado por un grupo de 10 guardias en un pasillo del penal que lo golpearon hasta matarlo.
Poco antes de eso, él estaba con su novia que lo había ido a visitar y estaba embarazada de cuatro meses. Hacía mucho calor y por eso Barros Cisneros les pidió a los guardias un lugar con sombra para tener la visita. Se lo negaron y le respondieron con golpes de puño, patadas, trompadas y gas pimienta. Fue en un pasillo a la vista de todos. Patricio gritó y les pidió que pararan hasta que uno de los penitenciarios-el más robusto de todos- le saltó encima mientras él estaba en el piso con las manos atadas, reconstruyeron los testigos.
“Se agarró de la reja y le saltó al pecho”, describió uno de los internos que asegura haber visto todo. Después de eso, los otros presos no lo escucharon gritar más. Vieron a algún penitenciario llorando. Otros rumoreaban: “Lo matamos”.
“La ausencia de Patricio se siente todos los días”, había dicho Lorena Barros Cisneros a Infojus Noticias tras el inicio del juicio por el crimen de su hermano. “Fue muy fuerte: llegamos al juicio después de tres años muy difíciles peleando contra el Poder Judicial que no quiere ver lo que pasa en los penales”, dijo Lorena, la mayor de los nueve hermanos. La mujer se puso al frente de la búsqueda de Justicia. Llevó puesta una remera con la foto de su hermano.
En la primera jornada del juicio, que se realizó el martes, representantes de organismos de derechos humanos que se acercaron a los tribunales para para acompañar a la familia de Patricio: la Comisión Provincial por la Memoria, Comité contra la Tortura, entre otras. También el subsecretario de Protección de Derechos Humanos de la Nación, Luis Alén, se hizo presenten en el inicio del juicio.
Durante la audiencia de ayer, la fiscal Paula Leiva, los abogados Mariano Lanziano y Eva Asprella del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) –que representan a la familia de Barros Cisneros- y los cinco defensores de los acusados, les hicieron preguntas a los cuatro testigos que en ese momento estaban detenidos en la misma Unidad que Patricio. Los jueces Mónica De Benedetto, Marcelo José Machado y Julio César Giorgi escucharon y tomaron notas.
Dos de los testigos que expusieron son protegidos y están alojados en unidades federales.
Mientras que los otros dos tienen identidad reservada. La Policía Federal se encargó de la custodia de la sala. La jornada fue larga -estaba pautada para las 8.30 y terminó pasadas las 17- porque se garantizó que los traslados y las declaraciones de los cuatro hombres se dieran con todas las garantías y que se evitarán posibles represalias tras sus dichos. Todos fueron amenazados en algún momento, según se desprende de la causa. Para las primeras dos declaraciones los jueces pidieron desalojar el lugar. Tampoco estuvieron presentes los acusados que escucharon desde un salón contiguo.
La primera versión: el suicidio
En un primer momento los penitenciarios quisieron instalar su versión: contaron que Barrios Cisneros se había suicidado golpeando su cabeza contra una reja. La autopsia del cuerpo la desmintió: el joven tenía alrededor de 30 golpes solo en la cabeza.
El primer fiscal de la causa, Carlos Insaurralde, fue separado por permitir irregularidades. Por ejemplo, no se secuestró la ropa de los penitenciarios. Todavía hay sumarios abiertos y una investigación que está detrás del encubrimiento.
Los acusados son Héctor Aníbal Mario, Rodrigo Emidio Chaparro, Gerardo Rodolfo Luna, Miguel Gallego, Claudio Keem y Juan Liberto. Hubo otro detenido, Víctor Silva, quien se ahorcó en su celda de la Alcaidía de Avellaneda. Todos llegan detenidos, con excepción de Keem. César Raúl Benítez es otro de los hombres que participó de la golpiza –según la acusación- pero está prófugo y con pedido de captura internacional.
Los detenidos que declararon fueron presionados, en ese entonces, para hablar de suicidio. “A la tarde de ese día firmamos una declaración que decía que Barros Cisneros se había golpeado la cabeza con una reja y había fallecido”, contó uno de ellos ante los jueces.
-¿Usted se acuerda que después el lunes siguiente declaró en la Fiscalía?-preguntó la fiscal.
-Sí. Ahí dijimos la verdad. Que a Barros Cisneros lo mataron a golpes- respondió el hombre.
Consultado sobre si vio a alguno de los penitenciarios heridos el día del crimen, el mismo testigo dijo que uno de ellos, una hora después de la golpiza, fue a buscar una faca y se la clavó en una pierna para simular que el joven fallecido los había atacado.
Otros de los detenidos que declaró en la audiencia de ayer, preguntado sobre si alguien intentó frenar la golpiza contestó que sólo otro preso pidió que cesaran con las trompadas y patadas. “Lo van a matar”, advirtió ese interno.
El debate oral comenzó el martes con la lectura de las indagatorias de los acusados en las que admitieron la tortura. Se trata de Mario, Chaparro, Luna, Gallego, Keem y Liberto. En sus declaraciones todos coinciden en que le pegaron entre 5 y 15 minutos. Las diferencias en sus relatos está en los distintos roles que cumplieron cada uno de ellos. “Se mandaron la cagada del siglo. Parece que se les fue la mano a los compañeros”, escuchó Gallego de la voz de un compañero.
El juicio continuará el próximo lunes a las 11 cuando declaren más personas, entre ellas la novia de Patricio, quien presenció cómo murió su pareja.