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Infojus Noticias

25-6-2014|17:55|Nueva York Nacionales
Es acompañado por el canciller, Héctor Timerman

Kicillof: "Caeríamos en un abismo social si no se suspende la sentencia”

El ministro de Economía expuso ante la ONU, en Nueva York. Fue invitado por el presidente del Grupo de los 77+China. Presentó un informe sobre las recientes decisiones de la justicia de EE.UU. y el plan argentino. "Argentina quiere seguir pagando su deuda reestructurada, pero no la dejan", dijo.

  • Télam.
Por: Infojus Noticias

El ministro de Economía, Axel Kicillof, habló ante el plenario de las Naciones Unidas Nueva York sobre el proceso de reestructuración de deuda, las recientes decisiones de la justicia estadounidense y las acciones que lleva adelante Argentina en la materia. Estaba acompañado por el canciller, Héctor Timerman. "Argentina quiere seguir pagando, pero no la dejan", dijo.

El ministro dio una perspectiva nacional y global del problema. Citó la declaración de Santa Cruz del 15 de junio, donde  el G-77 rechazó a los fondos buitre por su carácter especulativo y por significar “un peligro para la reestructuración de la deuda de los países subdesarrollados”. En este sentido aclaró que, al día siguiente de esa declaración, se dio el fallo del juez Griesa que “pone en jaque el proceso de reestructuración exitoso que emprendió este gobierno. Nos dicen que debemos pagar 1500 millones de dólares a un sector minotario y especulativo, que son los fondos buitre, porque el resto de los bonistas que son más del 90 por ciento aceptaron las nuevas condiciones de negociación”.

Kicillof fue precidido por Timerman, quien expresó: que “los fondos buitres ponen en peligro el sistema financiero internacional, al posicionar una economía de la especulación por sobre una economía de la producción”. Kicillof, en tanto, dejó en claro que “Argentina pagó, quiere seguir pagando, pero en condiciones razonables” y pidió ante las autoridades internacionales que “se frene el fallo de Griesa, porque la única situación que queda es entrar en default y por ende en una gran crisis social”.

Kicillof expresó que “Argentina quiere seguir pagando su deuda reestructurada, pero no la dejan, es un caso inédito. Con esta sentencia, nos pusieron condiciones que ponen en riesgo la economía en su conjunto. Nuestro pueblo queda desprotegido. Queremos actuar de buena fe, pero nos dan hasta el 30 de junio para decidir. Si el juez que marcó esta sentencia no pone un paraguas legal y no suspende el pago de la deuda, la negociación será muy compleja, porque esos 1500 millones de dólares van a dar lugar a 15 millones futuros, que es más de la mitad de nuestras reservas. Caeríamos en un abismo social si no se suspende la sentencia”.

El default de 2001

A continuación, hizo un repaso de cómo se gestó la deuda externa en la historia del país. “El default de 2001 fue el más grande de la historia”, dijo, y confesó que el desendeudamiento “que tanto nos costó” es un problema que comparten con los países emergentes del mundo. “Como dijo el presidente de Uruguay, José Mujica, ´hoy van por ti, mañana por mí´. Es decir, que los fondos buitre quieren saquear la riqueza de nuestros recursos y que terminemos en la peor de las crisis sociales. Esto ya nos pasó, ahora tenemos el apoyo del G-77 y de una gran parte del mundo. Y es inconcebible que lleguemos a esta situación tan alarmante.  Los fondos buitre representan un 1 por ciento en la deuda, cuando el otro 99 ya había aceptado las condiciones de reestructuración”.

En este punto, remarcó que el primer préstamo de Argentina fue el que firmó Bernardino Rivadavia con la casa británica Baring Brothers en 1824, que se terminó de pagar en 1904. El crédito fue de un millón de libras –para obras de infraestructura- pero el préstamo real apenas llegó a las 700 mil libras: el resto se perdió en pago de intereses y comisionistas. “Las obras no se hicieron y Argentina terminó negociando bajo presión un acuerdo de libre cambio. Este es un mecanismo que se repitió en toda la historia de la deuda externa. En la década del 70, la deuda que creció exponencialmente. A partir de 1976, con la dictadura militar, creció como una bola de nieve. Es una dinámica perversa: el país tomó deuda, pero no se empleó para obra pública y desarrollo, sino para pagar una deuda ya impagable, crece como una bola de nieve. Y en los ´90 se potenció con el programa de Convertibilidad apoyado por organismos internacionales. Esa necesidad permanente de dólares venía con políticas de ajuste y de reducción del Estado de Bienestar. En el plano interno, hubo destrucción de la industria, desempleo y pobreza. Nunca en la Argentina la deuda externa sirvió para hacer crecer al país. El país tuvo que privatizarse y malvender todo para poder pagarla”.

El ministro de Economía dijo que la crisis del 2001 “fue una crisis de deuda, de moneda” y que a partir a partir de 2003, con el gobierno de Néstor Kirchner, “se ordenó el largo proceso de reestructuración de la deuda. Este gobierno al que pertenezco no tomó la deuda, no fue al default, lo que hizo fue normalizar con mucho esfuerzo las relaciones financieras internacionales. Hicimos la reestructuración de 80 mil millones de dólares, con amplia adhesión, los acreedores aceptaron una quita de más del 60 por ciento porque les convenía, porque si no había habida esa quita, no los podíamos pagar”.

Sin posibilidad de maniobra

Kicillof dejó en claro que “todavía estamos peleando contra esa herencia que dejó el default de 2001. En 2006 se le paga el total de la deuda al FMI, en 2008 se renegocia con el Club de París.   Esta sentencia de Griesa puso en riesgo todo ese proceso de reducción de la deuda, nadie esperaba que se dejara firme este fallo. Díganme si este fallo no puede ser una forma de tirar abajo la exitosa reestructuración. Nos deja sin posibilidad de maniobra, de desarrollo, la deuda externa es una opresión, con el riesgo de default y la imposibilidad de reestructuración bajo las reglas que establece este fallo”, dijo.

El ministro especificó que, en 2001, el 20 por ciento del presupuesto pertenecía a los servicios de deuda, mientras que ahora es de un 8 por ciento. Respecto al fallo actual, concluyó que “se da la paradoja de que un solo bonista puede poner en riesgo toda una economía nacional. A riesgo de que si no lo pagamos, incumplimos el fallo. A riesgo de que otros fondos buitre se presenten. Y la deuda podría ascender a 15 mil millones y luego a 120 mil, sin refinanciación.  Este gobierno bajó el desempleo del 25 al 7 por ciento, se ocupó de su población vulnerable, pero por obra y gracia de una lapicera, si nos obligan a pagar, el modelo se caería a pedazos. Argentina recuperó su línea área, su correo, su petrolera, su agua, pero ahora pende sobre nosotros un yunque de 15 mil millones de dólares, que quieren que se efectivice el próximo lunes. Pedimos una respuesta para que el fallo se revierta y aún la estamos esperando”.

Kicillof  viajó anoche a Estados Unidos. Si bien no se confirmó de manera oficial, el titular del Palacio de Hacienda mantendría un encuentro con los abogados que representan al país en EEUU y retornará a Argentina en las últimas horas del miércoles.

El G77+China es un grupo de países en desarrollo que consensúan posiciones en temas económicos y sociales en el seno de las Naciones Unidas. Hace pocos días se conmemoró el cincuentenario de su fundación en la Cumbre de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde por unanimidad se refirió al tema de la deuda.

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