El encuentro íntimo entre la madre de Walmir “Puño” Montoya y su nieto se concretó el sábado a la tarde en Capital Federal. “Ahora entiendo por qué mi hija se enamoró tanto de tu hijo”, le dijo Estela de Carlotto.
La blusa marrón clarito con el botón del cuello abrochado. El saco ladrillo a cuadros del mismo tono abierto, elegante. Un broche dorado en la solapa izquierda, cerca del corazón. Los aros: dos lágrimas de perlas y la sonrisa de par en par. Así recibió Hortensia Ardura el abrazo ese nieto siempre imaginado, ahora real. No faltaron las fotos: Ignacio Guido Montoya Carlotto se inclina para abrazarla y sonríen la cámara. “La abuela Tenchi… todo felicidad. Gracias”, es el epígrafe que el nieto le dedicó a su abuela en las redes sociales.
La abuela Tenchi tiene 91 años. Llegó a Buenos Aires con la noticia dada: habían encontrado al hijo de Walmir, su primogénito desaparecido en 1977. Tres días después de saber que tenía un nuevo nieto pudo abrazarlo. Apenas se enteró de la noticia compartió su alegría: “Es para nuestra Patria que sufrió tanto con estos malditos militares”.
Además de conocer a su nieto, Hortensia conoció a la otra abuela, la más conocida de esta historia: Estela de Cartlotto. “Ahora entiendo por qué mi hija se enamoró tanto de tu hijo, del papá de ese nieto divino que tenemos en común", le dijo la titular de Abuelas de Plaza de Mayo a Hortensia poco antes de que la madre de Puño Montoya pudiera ver a Ignacio Guido.
El abrazo entre la abuela Tenchi y su nieto fue en la más íntima privacidad. La familia Carlotto los dejó a solas. “Nosotros estamos emocionados”, dijo en una entrevista radial Sabrina Montoya, la prima del nieto restituido, quien pudo conocerlo el jueves, junto con los nietos de Estela de Carlotto. Sabrina dijo que aún está temblando y que siempre buscó encontrar algo de su tío. “Encontrarlo es encontrar a mi tío. Encontrarte con esos parecidos, más allá de lo físico, es muy fuerte”, dijo.
Apenas supo de la noticia, Tenchi dijo que ella sabía que su nieto existía, “pero no soñaba verlo ni conocerlo”. “Son historias tan amargas y tan largas que uno no sabe", dijo hace menos de una semana, Hortensia.
La abuela paterna de Guido vive en Caleta Olivia. Hasta el fin de semana no había tenido contacto con Estela de Carlotto. Ni ella ni su marido fueron militantes. Ella se dedicó a la educación: fue directora de una escuela en Cañadón Seco por 26 años.
Hortensia, además de Ignacio Guido, tiene otras dos nietas y un biznieto. “Ahora tengo un nieto nuevo abrazarlo y tenerlo conmigo es un derecho propio”. El abrazo llegó y a partir de entonces la historia de Ignacio Guido Montoya Carlotto comenzó a completarse.