Alberto Binder, director del Instituto Latinoamericano sobre Seguridad y democracia (Ilsed) y especialista en sistemas judiciales y mecanismos de control democrático, conversó con Infojus Noticias sobre sus primeras impresiones del proyecto de reforma del Sistema Nacional de Inteligencia enviado al Senado.
El proyecto de reforma al sistema nacional de inteligencia, mediante la creación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y la disolución de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE), fue enviado ayer al Senado. El jurista Alberto Binder, director del Instituto Latinoamericano sobre Seguridad y democracia, se mostró optimista sobre el sistema de protección de datos y con el nombramiento de las autoridades – director y subdirector- mediante un acuerdo con el Senado porque le va a dar “transparencia a un modelo que era siempre extraño”. Binder cree que es necesario estudiar en detalle el texto y detectó falencias en el traspaso integral del sistema de escuchas al Ministerio Público Fiscal, pero le parece importante modificar el actual “sistema concentrado”, que funciona con la Dirección de Observaciones Judiciales (Ojota). Para el jurista es fundamental que la AFI trabaje sobre lo preventivo y que se dinamiten las relaciones carnales de inteligencia con el Poder Judicial. “Los vínculos con jueces y fiscales se están rompiendo, ese es uno de los grandes avances de este proyecto”, opinó.
- ¿Qué le pareció en líneas generales el proyecto de Ley para la creación de la Agencia Federal?
- Creo que el proyecto de ley se corresponde con muchos de los anuncios que se hicieron y es, como ya habíamos dicho antes, un paso para adelante y una oportunidad que tenemos para sentar algunas bases nuevas.
- ¿Qué reformas le parecen más destacadas?
- Vamos a tener que estudiarlo más en detalle, pero todo el sistema de protección de la base de datos y de generar un subsistema de base de datos controlados me parece que algo muy importante. Además, el tipo de nombramiento de las autoridades del organismo con acuerdo del Senado le da transparencia a un modelo que era siempre extraño y no quedaba claro por qué se nombraba a una persona o a otra.
- ¿Tiene alguna observación para hacer al proyecto de ley?
- Quiero aclarar primero que se trata de temas muy complejos y mis reflexiones surgen de una primera lectura del texto. Pero tengo algunas observaciones que me parece que habría que discutir en el Senado. Por ejemplo, no queda claro cuándo es inteligencia nacional y cuándo es inteligencia criminal pero me parece que la limitación de los casos de inteligencia interior está mucho más precisa; en ese sentido todo el sistema de protección de datos amplía derechos; la ley da nuevas posibilidades, regula niveles de clasificación que estaban siempre en una incertidumbre.
- ¿Y respecto al sistema de escuchas?
- El sistema de escuchas actual es un sistema concentrado, altamente deficiente y muy criticado. Estoy de acuerdo con que parte de él sea trasladado a la Procuración General, pero no de forma integral. Eso se va a tener que discutir en el Senado. Porque existen tres tipos de escuchas: las escuchas vinculadas a causas federales, ya sea de investigaciones propias del ministerio Público o investigaciones que ya están judicializadas, y esas sí son investigaciones federales. Esas podrían pasar a la Procuración. Luego están las escuchas que se hacen a pedido de investigaciones de los Ministerios Públicos de las provincias, y esas también podrían pasar a la Procuración, pero con un sistema integrado, en conjunto con procuradores de las provincias y con el Consejo Federal de Política Criminal.
- ¿Cuál es el tercer tipo?
- El tercer tipo de escuchas son las que son propiamente de inteligencia, por el seguimiento de alguna de las amenazas que dice la ley o por alguna razón de contrainteligencia, que tienen un control judicial pero que no están vinculadas a una causa criminal. Ahí la Procuración no tiene por qué meterse ni es conveniente que ingrese en lo que son acciones puramente de inteligencia. Deberían seguir en el marco de la Agencia Federal de Inteligencia.
- ¿Qué diferencias habrá con la actual Dirección de Observaciones Judiciales (Ojota)?
- Hasta que cambie con esta ley, todas las escuchas telefónicas y todas las interceptaciones de comunicaciones que se hacen en el país entero –un fiscal de La Rioja, Salta o Chubut- tienen que pasar por la división de observaciones de la SIDE y eso genera una enorme dificultad. Los procuradores, los jefes de ministerios públicos del país lo conocen perfectamente. El sistema concentrado es sumamente ineficiente y estaba descontrolado. Hay que reorganizarlo para establecer un sistema no solamente más transparente, sino también más eficiente.
- ¿Qué sucederá con el traspaso del personal de la Secretaría de Inteligencia a la AFI?
- El traspaso del personal es parte de lo central y es un traspaso que debería ser hecho mediante sistemas de reclasificación, de análisis de las personas, un sistema mucho más institucional de contrataciones, por más que sean confidenciales, reservadas. Y diría que es importante que la Comisión Bicameral participe de este sistema de traspaso.
- Cómo debe ser la relación entre la Agencia Federal de Inteligencia y el Poder Judicial?
- Estamos en un contexto (a partir de la puesta en funcionamiento del nuevo Sistema Procesal Penal de la Nación) en el cual van a ser los fiscales los que van a investigar y en el cual los jueces no tienen motivos para tener contacto con la Agencia de Inteligencia. Y los fiscales tampoco. Tienen que tener contacto con la policía, que es la que investiga. Cada tanto, en casos particulares puede haber información que sirva para la planificación estratégica, pero se deberían hacer a través de organismos específicos que tiene la Procuración. La Agencia Federal de Inteligencia tiene que trabajar sobre lo preventivo y evitar que se produzcan casos vinculados a crímenes complejos. Los vínculos con jueces y fiscales se están rompiendo, ese es uno de los grandes avances de este proyecto.