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Infojus Noticias

18-12-2013|20:51|La Plata Nacionales
Se juzgan delitos contra 147 víctimas en 1977

La Cacha: "Este Tribunal no se rascó todo el año"

El primer día del juicio arrancó con momentos de tensión entre el presidente del Tribunal Oral Federal N° 1 y el abogado defensor de uno de los agentes civiles de inteligencia. También hubo cruces entre represores, sus familiares y el público.

  • Fotos: Leo Vaca
Por: Laureano Barrera

El primer día del juicio oral y público por los delitos cometidos en el centro clandestino La Cacha arrancó con un duro cruce. Fue entre el presidente del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, Carlos Alberto Rosanzki, y el abogado Juan José Losino, que representa a Claudio Raúl Grande, que trabajó como personal civil de inteligencia del Destacamento 101 y es uno de los 21 imputados del juicio.

-Este Tribunal no se rascó todo el año las pelotas, como dijo el doctor Losino violando las normas elementales de educación- expresó el presidente del tribunal en el punto de mayor tensión.

La jornada había comenzado un rato antes, a las 12.17, cuando 19 de los 21 acusados ocuparon el "corralito" reservado para ellos en la sala de la ex AMIA. Raúl “Oso” Acuña, un penitenciario que supo ser feroz -ya condenado en otros juicios- entró con el índice en alto. Señalaba al público de organismos y organizaciones. Apenas se acomodaron en ese espacio delimitado, donde permanecen custodiados y alejados del público, una veintena de sus familiares se puso de pie y empezaron los cantos y aplausos. La sala reaccionó con insultos y con el coro que persigue en cada juicio a los terroristas de Estado: “Como a los nazis, les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.

Cinco minutos después entraron al recinto los cuatro magistrados del Tribunal Oral Federal 1: Rozanski, Pablo Jantus, Pablo Vega y César Álvarez -designado como cuarto juez del debate por la Cámara de Casación Penal-. La discusión se disparó cuando el Tribunal anunció la lectura de las resoluciones que habían adoptado respecto de algunos recursos presentados por los abogados defensores. 

A poco de comenzar, Losino rompió el silencio del plantel de defensores particulares y oficiales, y pidió la palabra. Repitió  lo que ya había pedido por escrito: que no se le tomaran fotos a su defendido, ya que su estrategia de defensa consiste en afirmar que ese imputado no es Pablo, el guardia de La Cacha que charlaba con los torturados, que el verdadero represor está suelto y es muy parecido físicamente. Agregó también que había pedido una rueda de reconocimiento fotográfico y una de reconocimiento en directo.

El juez respondió que eso ya había sido resuelto y que iba a ser leído. Losino insistió. “Entonces queda denegada por presidencia”, dijo Rozanski. Losino retrucó: “Entonces interpongo un recurso de reposición del auto”. El juez lo consultó con los vocales brevemente: “Queda denegado”, dijo y le pidió que no lo interrumpiera porque iba a desalojarlo. Losino arremetió con que no había tenido tiempo de fundarlo. Rozanski le dio un segundo más.

-Yo no sé a quién le van a mostrar esas fotos de mi defendido. Se pierde toda parcialidad en el reconocimiento que hemos pedido.

Finalmente, los jueces alegaron que no tenía sentido un reconocimiento en rueda de personas 37 años después de los hechos. "Las personas envejecen", argumentaron. Respecto del reconocimiento fotográfico, lo dejaron en suspenso. “De todas maneras, si llegara a hacerse, las fotos actuales no van a interferir con las que sean contemporáneas a los hechos, así que queda denegado”, cerró Rozanski.

Losino es un abogado penalista con vasto rodaje en la ciudad de La Plata. Fue candidato a presidente del Colegio de Abogados local en 2008, y defensor de Justo López, uno de los policías acusados de matar a Miguel Bru, el estudiante de Periodismo que desapareció de la comisaría novena de La Plata en 1993. Además defendió a Ricardo Barreda, el odontólogo homicida múltiple de la ciudad, y a Agustín Arrien, condenado por el homicidio de María Rossi, su pareja médica del hospital San Martín de La Plata que fue hallada agonizando en un zanjón de Villa Elisa. Murió después de estar seis meses en coma. Losino también representó a funcionarios de IOMA detenidos por estafa.

Su recusación al juez Rozanski -por presunta parcialidad, originada en su participación en el juicio oral sobre los delitos cometidos en la Unidad 9- también fue rechazada. Pidió actas parciales de cada audiencia e interrumpió cuando pudo. Su defendido, Grande, era hoy el más joven de los acusados. De chomba sport gris y azul, y anteojos de marco grueso, atravesó el incidente entre su defensor y el presidente del Jurado impávido, de espaldas al público.

La cara de los asesinos

“Le vi la cara a quienes supongo que son los asesinos de mis padres”, dijo Julián Axat, hijo de Rodolfo Jorge Axat y Ana Inés Della Croce. Axat, que es defensor penal juvenil de La Plata, se enfrentó a una situación extraña: el abogado Losino había fundado su pedido de que la imagen de su defendido no se difundiera citando los argumentos que Axat suele dar cuando acusa a la policía Bonaerense de armar causas a los pibes de los barrios pobres a partir de incluir sus caras en los famosos cuadernos de sospechosos.

“La Bonaerense muchas veces extrae fotos de menores o adultos a espaldas de ellos y soin exhibidas a toda víctima de delito en determinado contexto territorial, que termina favoreciendo el armado de causas sobre personas inocentes. Yo no lo he visto a Losino discutir estas cuestiones en el fuero común, donde él por lo general litiga. Distinto es el caso de Grande, donde los mecanismos de exhibición fotográfica se hacen en función de una descripción de identificación de las personas a las víctimas y no con esos modus operandis, sino con otras fotos de otras personas y en el marco de las garantías constitucionales que no tuvieron nuestros padres”, expresó.

La segunda parte de la jornada, luego de un cuarto intermedio, terminó en calma, con la lectura de las requisitorias de elevación a juicio. El orden se ajustó a un criterio pragmático: a la mañana había sido el caso del asesinato de Marcelo Bettini y toda su familia, muchos de ellos vistos en La Cacha. El hermano del actual embajador Carlos Bettini fue emboscado en Tolosa en 1976, junto a Luis Sixto Bearzi.

Luego fue el turno de las acusaciones contra Gargano –un ex policía bonaerense que esperaba al otro lado de un televisor plasma, en una teleconferencia desde la cárcel federal de Ezeiza. A las cuatro de la tarde, el Tribunal liberó al ex militar Héctor Di Pasquale, que estaba en Neuquén por la misma vía, donde está preso y siendo juzgado por su rol en el Destacamento 182 de esa ciudad.

El juicio, en el que se juzgan las aberraciones contra 147 víctimas en 1977, continuará el 5 de febrero con el caso Bettini. El anexo reciente de esa causa para este debate implicó que en el banquillo de los acusados haya cuatro policías bonaerenses, incluido el multicondenado Miguel Etchecolatz.



Descargo de Losinno

Juan José Losinno, el abogado de Claudio Raúl Grande, -y protagonista del cruce de ayer con el juez Carlos Rozanski-, se comunicó hoy con Infojus Noticias. Losinno aclaró que nunca ejerció la defensa de Justo López, y dio su versión acerca de la inocencia de su cliente.

“Todos los reconocimientos contra Grande son nulos”, dijo. “Después de la primera persona lo señaló como posible Pablo, debería haber sacado su foto del cuaderno y avisarle a esta defensa, y mostrado aparte junto a otras tres o cuatro fotos”. Según el letrado, su defendido fue redactor dactilográfico en el Destacamento 101 de Inteligencia pero nunca estuvo en La Cacha. Y que hace alrededor de dos años, en la cárcel de Marcos Paz, otro preso por estos delitos le dijo que era un “perejil” y que el verdadero “Pablo” era un hombre llamado Estanislao Chiara Vieyra, que también estudió veterinaria y fue personal civil de inteligencia. “Hace cuatro años que vengo pidiendo reconocimientos en rueda de personas, fotográfico y de voz de Grande y también sobre Chiara Vieyra, y me los negaron”. Todos los reconocimientos de Chiara Vieyra se denegaron ya que no estaba imputado en la causa. Respecto de Grande, se denegaron los reconocimientos en rueda –por el paso del tiempo- y de voz, mientras que el reconocimiento fotográfico quedó en suspenso.

Por esa negativa, Losinno recusó a Rozanski por prevaricato –alegando que en el juicio de Unidad 9 había promovido señalamientos de testigos a sus represores durante las audiencias- en muy duros términos. “Hasta las baldosas saben de la animosidad existente entre el juez Rozanski y los procesados por delitos de lesa humanidad”. La recusación fue denegada por sus colegas del Tribunal, Pablo Vega y Pablo Jantus.

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