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Infojus Noticias

21-2-2014|9:29|Lesa Humanidad Nacionales
En 1989 los análisis confirmaron su identidad

La Cacha: hoy declaran los mellizos Reggiardo Tolosa

Sus padres estuvieron en el centro clandestino de detención La Cacha. Los chicos fueron apropiados por el subcomisario Miara y recuperaron su identidad en 1993.

  • Los mellizos Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa nacieron en cautiverio en 1977. Matias Adhemar.
Por: Infojus Noticias

Los mellizos Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa, nacidos en cautiverio en 1977, declararán hoy en el juicio que se sigue por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención conocido como La Cacha. La audiencia ante el Tribunal Oral Federal Número 1 de La Plata comenzará a las 10. Los testimonios delos mellizos serán después del mediodía.

Sus padres, María Rosa Tolosa y Enrique Reggiardo, eran militantes de Montoneros. María Rosa fue secuestrada el 8 de febrero de 1977 en Florencio Varela. Estaba embarazada de seis meses y medio. Enrique fue secuestrado un día después en Lanús. Ambos fueron vistos en La Cacha y existen muchas posibilidades de que también hayan estado cautivos en el Pozo de Arana, otro centro clandestino ubicado cerca de La Plata. El 16 de mayo, María Rosa fue llevada a la cárcel de Olmos para el parto en el que nacieron dos varones, según pudo reconstruirse a través de los testimonios de familiares de otra detenida.

Los bebés fueron anotados como hijos legítimos del subcomisario Samuel Miara. En el año 1986, a través de la intervención de Abuelas de Plaza de Mayo, la justicia ordenó que se realizaran exámenes de ADN a los chicos para determinar sus identidades. En ese momento, Miara y su mujer se fugaron a Paraguay, por lo que recién en 1989 se pudieron realizar los análisis que establecieron que los niños eran hijos de María Rosa y Enrique.

En 1993 se restituyó la verdadera identidad de los jóvenes. Fue en medio de una campaña que pretendió instalar la idea de que los hermanos eran revictimizados al volver con su familia biológica. En ese contexto, las Abuelas debieron explicar que la identidad es "un derecho irrenunciable y que la apropiación es un delito imprescriptible".

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