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Infojus Noticias

7-11-2014|20:03|Hallazgo Nacionales
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Lo reconoció una vecina

La desaparición de Lucas Díaz: 27 días de lagunas

Al joven de 22 años lo asaltaron en el tren en el que iba para Bernal. Después, se bajó en La Plata, una "ciudad extraña" para él. Allí pasó la primera noche y eso le habría provocado un estrés muy fuerte. Siguió deambulando sin rumbo casi un mes.

Por: Pablo Waisberg

La semana en que se cumplía el décimo aniversario de la muerte de su mamá, Lucas Díaz se perdió. Salió de su casa rumbo a un asado con amigos en Bernal, en el sur del conurbano bonaerense. Tomó el tren y a poco de andar dos jóvenes lo asaltaron a punta de pistola. Le sacaron el teléfono celular y se bajaron en Bernal. Lucas tuvo miedo de bajarse con ellos y siguió en el tren. Se bajó en cercanías de La Plata o en La Plata. Eso es lo que recuerda con cierta claridad. A partir de allí su relato se vuelve confuso y es complejo entender qué ocurrió con ese joven durante los 27 días que vagó por La Plata, donde vivió en situación de calle, durmió en La Catedral y se alimentó dónde y cómo pudo.

Lucas siempre fue un chico muy prolijo, que se bañaba muy seguido y que todo el tiempo andaba cuidando su peinado, coinciden Cristian, el mayor los cuatro hermano, y Nadia, la tercera, que cuidó mucho de Lucas desde que la madre murió. En ese momento, Nadia tenía 21 y Lucas 11 años. Ese cuidado por el aspecto se ve en las fotos que sus hermanos hicieron circular por las redes sociales ni bien Lucas desapareció. Parecía que se había esfumado: la última imagen de él estaba en una filmación de una cámara donde se lo veía caminando por avenida Juan B. Justo y San Martín, en el barrio porteño de La Paternal. Llevaba jean, zapatillas y un buzo bordó tipo canguro. Hacía dos semanas que lo habían echado del trabajo:  el call center de una compañía de seguros.

Eso fue el viernes 10 de octubre. Después de ese día, no hubo más noticias de Lucas salvo un par de llamados telefónicos fingiendo un secuestro y pidiendo dinero. Ninguno de los hermanos lo hizo trascender. Sobre todo porque los extorsionadores cometieron el error de mencionar a los padres de Lucas como si estuvieran vivos.

Lucas llegó a La Plata la noche del viernes y durmió dónde pudo. Tal vez esa primera noche la pasó en La Catedral. No está claro si esa noche durmió allí. Si, cuenta, que alguna vez pasó la noche ahí, otros días en la terminal de ómnibus. No sabe cuántas noches pasó en cada lugar e, incluso, cuando lo encontraron creía que había vivido unos diez días en la calle. No tenía idea de que había pasado casi un mes. “Esa desorientación de vivir en situación de calle, esa enorme desconexión temporal, es lo que le suele ocurrir a la gente que no está habituada a eso y Lucas no lo estaba. Eso es lo que nos explicó la psicóloga que lo está viendo”, relató a Infojus Noticias el abogado de la familia, Lisandro Yofré.

Ese primer robo –Lucas sufrió varios en La Plata- le provocó “un estrés muy fuerte”, dice Nadia, su hermana. Y niega una y otra vez que su hermano menor, al que ayudó a criar y que hacía apenas un año que vivía solo, se hubiera “ido de gira”. Lo que elle cuenta es lo poco que dijo Lucas: “Que caminaba porque quería llegar a algún lado”.

Así, caminando, lo vio una chica de su edad en La Plata, el miércoles. Hacía veintiséis días que Lucas no aparecía. Sus hermanos habían movido cielo y tierra: medios de comunicación, fuerzas de seguridad, organismos del Estado nacional y provincial. Y habían insistido con la difusión de su fotografía. Esa imagen  tenía la chica en su memoria. Lo vio pasar y llamó a la Policía bonaerense, al Ministerio de Seguridad Nacional y a un número de teléfono celular que era de Nadia. A todos les dijo que había visto pasar a Lucas, caminando, tranquilo, sin rumbo claro.

Pero no se quedó conforme. Lo llamó al novio y empezaron a seguir a Lucas.  Lo vio caminar sin rumbo fijo, lo vio pasar por la puerta de una verdulería y llevarse dos frutas, que agarró al pasar. Y poco después vio un patrullero. Le dijo que ese era el pibe que había desaparecido, que la familia lo estaba buscando. El subcomisario Leandro Garizoain, que estaba a cargo del móvil, le pidió el documento y comprobó que era Lucas Fernando Díaz pero radió sus datos y desde el Ministerio de Seguridad bonaerense le dijeron que no había ningún pedido de paradero.

“Le dijo que su familia lo estaba buscando. Lucas le preguntó cómo podía hacer para volver a su casa y el policía le dijo que fuera a terminal y le indicó cómo llegar”, relató el abogado Yofré.

Lucas llegó a terminal de ómnibus platense y le preguntó a un guardia cómo podía hacer para trabajar ahí. Le dijeron que llevara un curriculum vitae.

Mientras tanto, sus hermanos llamaban por teléfono a todos los organismos estatales de seguridad. Eso reactivó la búsqueda y al mediodía del jueves 6 encontraron a Lucas. Estaba repartiendo volantes de una pizzería. El abogado cree que estaba intentando reunir dinero para volver a su casa.

Nadia, la hermana que lo crió, y Cristián, el mayor de los cuatro hermano, dicen que Lucas les contó que estando en situación de calle se acercó a algunas personas que lo trataron muy mal, que eso le impidió mendigar, que fue comiendo dónde y cómo pudo, que durmió en lugares que no recuerda claramente. “Lucas le dijo a la psicóloga que lo está atendiendo que tenía vergüenza de volver porque estaba todo sucio”, contó Yofré. Lo mismo repitieron Nadia y Cristian.

Lucas llegó a la casa de un familiar ayer por la tarde. Está acompañado por sus hermanos. Nadia no se mueve de ahí.

En las primeras diez horas que pasó en una casa se bañó seis veces.

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