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No hubo sorpresas, ni ataques sigilosos ni tramas secretas en el nuevo choque entre las dos facciones de la barrabrava de Boca. El domingo pasado,  con facas largas de aluminio y disparos que retumbaron de a cientos quebrando la siesta del Bajo Flores, se desató otro capítulo de esta guerra. Hubo dos muertos -Marcelo Carnevale, 35 años, y Ángel Martín Diaz, 44- y seis heridos. En cuestión de horas, era vox pópuli que se trataba de un nuevo capítulo del enfrentamiento entre la barra oficial que transitoriamente encabeza Cristian “Fido” Desbaux y otra que solía aguantar con el ¿retirado? Rafa Di Zeo.

“Una barra descabezada genera un riesgo. Con una banda sin líder todos quieren ocupar ese lugar. En este caso, La barra oficial deja para que cuiden ese lugar”, dice un abogado que conoce a algunos de ellos.

El enfrentamiento se produjo ayer cerca de las dos de la tarde, a seis cuadras de la cancha de San Lorenzo. Hasta donde se sabe, la barra oficial de Boca, encolumnada  detrás de Fido -jefe de la barra desde que los jefes Mauro Martín y Maximiliano Mazzaro cayeron presos por un asesinato-   esperó a sus rivales, que desde hacía unas semanas se hacían ver por la canchas, y habían tenido enfrentamientos.

Pero antes, mucho antes de eso, solían parar todos juntos. En 1994, luego del asesinato de Ángel Delgado y Walter Vallejos, el “Abuelo” y otros diez barras fueron condenados a 13 y 20 años de cárcel. Entre los condenados figuran barras de ambos bandos: quien hoy se menciona como el capo “del grupo de Lomas”, Marcelo Aravena, y Jorge “Corbacho” Villagarcía, mencionado en la causa de los carnets truchos.

Después de la muerte de José Barrita, los Di Zeo asumieron la jefatura y durante algunos años no hubo grandes sobresaltos en La Doce.

Todo comenzó a cambiar cuando los hermanos Di Zeo cayeron presos en  2007. Delegaron el “cuidado” de la brava en Mauro Martín y en su ladero, alguien más discreto y cerebral: Maximiliano Mazzaro. “Ni siquiera figuras con tanta ascendencia como los Di Zeo podían manejar la barra desde la cárcel. Legaron esa potestad en las personas Martín y Mazzaro”, dijo un hombre vinculado desde  hace años  a barras de Boca.

Pero no todo salió como lo pensaron. Los líderes transitorios habían ganado una autonomía con la que se sienten capaces de desprenderse de los jefes. “Tienen la línea directa con la gorra”, explicó hace un tiempo un barra de Boca a Infojus Noticias.

Al principio, los distintos grupos que llegaron desde el conurbano, a veces con liderazgos propios pero subordinados al capo, se alinearon con los rebeldes. Pero cuando los Di Zeo recuperaron la libertad, cuatro años después, la cosa cambió. Muchos volvieron con el “Viejo”.

Al lado de Mauro Martín quedaron muchos de los hinchas que hace poco fueron presos  por asociación ilícita y venta de carnets mellizos. Oscar Otazú, Santiago "El Gitano" Lancry  -un barra histórico que trabaja hace años en la seguridad de la Legislatura porteña- Alberto Crocamo alias "el Gordo Beto", Cristian Garro, Hernán Cantón, Carlos Santa Cruz, Luis Arrieta (el loco), Raúl “Lulú” Armijo, y uno de los absueltos junto con el “Abuelo”, Jorge “Corbacho” Villagarcía. También Maximiliano “Levy”, el tesorero de La Doce según una fuente policial, que pasó unos meses en la cárcel acusado en el mismo crimen que sus jefes, pero por encubrimiento.

Últimos enfrentamientos

Desde entonces, los bandos están enfrentados. A mediados de 2011, en un partido contra Atlético Rafaela, las dos facciones fueron a distintas tribunas de la Bombonera. Milagrosamente no pasó nada. Quince días después, cuando estaban por repetir la escena, una comitiva del Ministerio de Seguridad habló con Di Zeo y negoció que desconcentraran los 22 micros, y las 1.500 personas que habían reunido, en una esquina alejada, en Mataderos. Nadie supo lo cerca que estuvieron de nuevo enfrentamiento.

El choque finalmente se concretó el 25 de agosto de 2012. Una docena de barras, incluyendo a Di Zeo, fueron absueltos nuevamente por la justicia, esta vez en una causa de asociación ilícita. La balacera se desató en la autopista entre Capital Federal y Santa Fe, cuando una decena de micros fueron devueltos  en un retén de la vecina provincia. El Rafa quería volver al trono y sabía que fuera de la capital y sin el blindaje de la Federal, la banda de Martín se iba a desguarnecer. En aquél enfrentamiento fueron heridos el propio Mauro Martín –que pasó una semana internado- y el actual líder, Fido. Pero ante la justicia los barras no dijeron nada, ni siquiera un apodo.

El penúltimo choque fue el domingo 14, cuando Boca enfrentó a Estudiantes y la “barra oficial” rompió dos autos y hubo escaramuzas que no llegaron a ser peleas. Y aunque Fido Desbaux todavía resiste, una semana después volverían a la carga. “En el vacío aparece siempre un grupo opositor. Éste estaba hace tiempo a la expectativa. En estos casos siempre hay un topo, que pasa información de una facción a la otra. Se armaron los de Lomas, alguien les pasó ese dato a la barra oficial y salieron a cuidar su lugar”, dice la misma fuente. “Pero yo nunca vi, en mis años en este ambiente, que nadie lo hiciera como fue ayer”, agregó.

Ayer, los primeros estampidos secos se produjeron sobre la calle Janer en el Bajo Flores.   Allí chocaron dos facciones de la barra de Boca: la oficial, comandada por Fito Devaux –y el “grupo de Lomas de Zamora”. Hubo fuego cruzado. A las 14.50, en la intersección con la calle Lafuente, cayó muerta una persona de 35 años con un tiro en el tórax, según confirmó el titular del SAME, Alberto Crescenti. Su nombre era Marcelo Carnevale. Los de Devaux retrocedieron hasta el cruce con la avenida Riestra. Allí hubo más tiros.

La segunda muerte de la tarde se produjo en el hospital Santojanni. Se trataba de un hombre de 44 años al que una bala le entró por la región dorsal y le salió por el abdomen. No era un desconocido en el mundo de la hinchada de Boca. Ángel Martín Díaz, alias Feco de Hurlingham, era uno de los laderos de mayor trayectoria de Rafael Di Zeo cuando lideraba la barra, y ahora también.