En el acto se celebró el egreso de estudiantes de la Carrera de Especialización en Magistratura y se dio la bienvenida a la nueva camada. La conferencia inaugural estuvo a cargo del defensor general de la ciudad de Buenos Aires y especialista en Derecho Público, Horacio Corti. Y se presentó el libro de Alberto Filippi: "Constituciones, dictaduras y democracias. Los derechos y su configuración política”, prologado por Raúl Zaffaroni.
“Yo veo el poder judicial en este momento como una cosa muerta, inerte. Ellos tienen el poder de la muerte”, señaló la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, durante la inauguración del quinto ciclo lectivo de la Escuela del Servicio de Justicia. Se refirió así a las resistencias que genera en los actores judiciales la implementación del nuevo Código de Procedimiento Penal. “Lo que pasa es que, el Ministerio Público Fiscal está trabajando seriamente porque va a entrar en vigor el 1° de marzo. El Ministerio Público de la Defensa creóha creado una Secretaría especial para implementar el código. ¿Qué ha hecho el Poder Judicial? Nada. Esto es muy grave, esto es el poder no sólo de la burocracia, es el poder de lo muerto, el poder de lo inerte. El poder inmenso del no hacer, no te doy los votos para que haya un nuevo ministro en la Corte, no te apruebo las ternas pero tampoco te dejo aplicar la ley de subrogancias.”, señaló aclarando que no se trata de una crítica a la oposición, sino de la explicación del mecanismo de obstrucción de lo que debe ser.
A continuación, rodeada de las autoridades de la Universidad Nacional de la Matanza y de la Escuela del Servicio de Justicia que la acompañaron en el estrado, saludó la designación de Raúl Zaffaroni, presente en el acto, como miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y se ilusionó: “Yo tengo fe que en la CIDH va a poder hacer todo lo que no le dejaron hacer en la Corte nacional”.
En cuanto a la actividad de la Escuela del Servicio de Justicia, anunció la apertura de espacios abiertos a la comunidad: “Para que venga la gente, la gente del barrio, la gente que pueda llegar, la gente que no sea abogado y enseñarle a esa gente el derecho a reclamar. Enseñarles qué derechos tiene, qué nos tienen que exigir, qué hay que exigirle a la justicia. Sobre todo ahora que está por empezar algo muy importante como los derechos del consumidor, que si no le explicamos a toda la gente que tiene esos derechos, no lo va a entender”.
Para finalizar, recomendó la lectura del libro “Patas arriba”, de Eduardo Galeano: “Este libro se escribió hace casi 20 años, y al día de hoy, todo lo que Galeano cuenta es exactamente igual o peor. Es una enseñanza de en qué mundo vivimos y qué es lo que no queremos más. Es gracioso porque lo que dice él es lo que vemos todos los días, que la gente más humilde paga con cárcel o con muerte el pertenecer a otro sector, al sector de los excluidos. Nosotros estamos para eso, para luchar a favor de los excluidos. Pero en un sistema tan poderoso, tan atrapante, y tan estructurado como el sistema de administración de justicia, la lucha desde afuera no alcanza. Hay que luchar desde adentro, y para eso están ustedes.”
A continuación de las palabras de la defensora, Horacio Corti, defensor general porteño, brindó una clase magistral sobre los desafíos que se plantean para repensar el derecho público de un modo actual e integrado. En la misma se refirió a algunos puntos que considera de especial relevancia para la elaboración de un nuevo concepto de Derecho Público: el concepto de soberanía, hasta ahora olvidado por el Derecho Público, los problemas del Derecho Internacional de protección de inversiones, la aplicación del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, la revalorización del concepto de Estado y la redistribución del ingreso.
“Gran parte de los derechos que hacen a la justicia social solo pueden ser ejercidos si hay un Estado que tiene una capacidad de poder suficiente como para organizar y realizar políticas públicas que puedan ser el sustento del ejercicio de esos Derechos”, señaló en cuanto al rol del Estado.
Para concluir el acto, se realizó la presentación del libro Constituciones, Dictaduras y Democracias. Los derechos y su configuración política,del Profesor Alberto Filippi, prologado por el Profesor Raúl Zaffaroni y editado por INFOJUS. La presentación estuvo a cargo de Alicia Ruiz, directora de la Carrera de Especialización en Magistratura y Jueza del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, y del propio Zaffaroni.
“El libro que hoy presentamos no se solaza con el horror, con los excesos y con las tragedias. Las denuncia sin disimulo, pero siempre apostando al optimismo de la voluntad para evocar a Gramsci. Lo que no es poca cosa en un profesor que hace muchos años enseña a jóvenes estudiantes en distintos espacios académicos, y materializa en la práctica cotidiana las ideas de Paulo Freire, su amigo entrañable “, destacó Ruiz. “La docencia se vuelve entonces un compromiso que excede la puesta a disposición generosa de información para proponer la discusión y el debate en torno a lo que podemos hacer para consolidar el Estado de Derecho”.
“Es muy difícil encontrar un texto que, como este, pueda ir deconstruyendo el verso, si se me permite la expresión entre comillas, de nuestra historia constitucional política. Nuestra lo digo también entre comillas, de la historia que nos escribieron otros, o que nos escribieron los procónsules de otros. No estoy hablando sólo de la Argentina sino de la visión que da este libro que es una visión continental”, comenzó Zaffaroni.
También aludió a los peligros de la cooptación por parte del aparato judicial de quienes buscan acceder a la magistratura: “Todo esto afecta en alguna medida la salud mental, sobre todo si llega un momento en que alguien se mira al espejo a la mañana, y de repente en el espejo no ve más a Raulito, empieza a ver a Su Señoría. A partir de ese momento todo lo que pueda molestar o amenazar lejanamente la estabilidad de Su Señoría, la estabilidad laboral, ya no es el mero riesgo que tiene un simple trabajador que puede perder su trabajo y encontrarse con un problema salarial. Es eso, pero acá además hay una amenaza a la identidad. Esa es la cooptación interna.”
En la misma tónica, previno a los asistentes sobre la cooptación social y académica: “Tenemos que cambiar la concepción misma que tenemos de la función del Derecho. Lo que hacemos doctrinariamente tiene que servir para que lo apliquen los operadores del aparato jurídico, que es una rama del gobierno y del Estado. Es decir que lo que estamos haciendo es un programa político”.
Finalmente, en el cierre del acto el Profesor Filippi dedicó su obra a quienes integran la Escuela del Servicio de Justicia: “El libro es el primer fruto académico de esta convivencia solidaria, dialógica y a veces polémica que debe haber cuando juntos se estudia. Con la pasión con la cual aprendo lo que ustedes me indican durante las clases y con la dedicación con la cual estudio para prepararlas”.
RA