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Nehuén Rodríguez murió tras ser atropellado por un patrullero de la Policía Metropolitana en la esquina de Brandsen y Ramón Carrillo, en el barrio de La Boca, hace exactamente nueve meses. Tenía 18 años. Sus familiares y amigos encabezaron, este mediodía, una movilización en la esquina de Bolívar y San Juan, en San Telmo, cerca del colegio donde iba el adolescente. Reclaman que avance la investigación judicial y piden que el Ejecutivo porteño responda a un pedido de informes vinculado con el caso.

“Destruyeron toda una familia. Ellos están para cuidarnos no para matar a nuestros pibes”, dijo a Infojus Noticias Roxana Cainzos, la madre de Nehuén, mientras sostenía la foto del chico que era fanático de Huracán. El adolescente tenía tres hermanos. La más chica tiene 8 años y no quiere participar de las movilizaciones. “Era muy pegada a él y todo esto le causa mucho dolor”, contó la mujer.

Roxana Cainzos, la madre de Nehuén, y una de sus hijas.

Roxana junto a Ariel Rodríguez, el padre de Nehuén, encabezan el reclamo de Justicia. Cuando su hijo murió, no sabían que hacer. Nunca habían tenido un abogado ni caminado los despachos judiciales. Lo primero que hicieron fue empezar a pegar carteles para encontrar testigos del choque: “Si alguien vio o escuchó algo, que nos llame”. Ahora, todos los 15 organizan alguna marcha para recordarlo y exigir que se esclarezca su muerte. Se reunieron con otros familiares, amigos, compañeros del Normal 3, hinchas de Huracán, militantes políticos, vecinos y conformaron la comisión "Justicia por Nehuén". Hoy se manifestaron, después del mediodía. También estuvo el legislador José Cruz Campagnoli, del Frente para la Victoria-Nuevo Encuentro, que los acompaña desde un primer momento.

El último 15 de diciembre Huracán goleó a Atlético de Tucumán por 4 a 1 en Mendoza. La victoria significó la vuelta a primera división. Después de la medianoche Nehuén salió de su casa en La Boca hacia lo de un amigo para festejar el ascenso. Cuando lo atropellaron, manejaba su moto Golera GLA 110 por la calle Brandsen a baja velocidad y llevaba puesto su casco.

La camioneta Ford Ranger de la Policía Metropolitana que impactó a la moto de Nehuén era conducida por el oficial Daniel Germán Castagnasso y el subinspector José Daniel Soria Barba iba como acompañante.  Ambos coincidieron en que el patrullero iba con luces y sirenas. También dijeron que el chico no llevaba casco. Sin embargo, un testigo contradice la versión policial: cuenta que sólo escuchó el estruendo del choque, que no vio balizas ni oyó sirenas. “Mi hijo cruzó en verde en una calle con subida. No hay posibilidades de que haya ido rápido. Además, llevaba casco”, asegura la madre del joven.

La investigación recayó en la Fiscalía de Instrucción en lo Criminal 23, a cargo de Marcelo Martín Retes. Primero la carátula fue homicidio simple, después cambió a homicidio culposo. Otro dato que se desprende de la causa es que la moto fue arrastrada veintiséis metros por el móvil.  Nehuén falleció dos horas después en el Hospital Argerich.

Cuando Roxana se enteró del accidente, fue hasta el hospital donde repitieron la versión policial. “Si su hijo hubiera llevado el casco puesto no le hubiera pasado nada”, le dijeron. “Hay muchas irregularidades. Los policías siguen trabajando”, dijo Cainzos. Pero aseguró que no va a parar hasta conseguir que se haga Justicia por la muerte de su hijo.

En junio, los legisladores porteños Pablo Ferreyra (Seamos Libres) y Campagnoli presentaron un pedido de informes para saber si los dos efectivos que estaban a bordo del patrullero, Daniel Castagnasso y José Soria Barba, siguen prestando servicio y si se inició algún tipo de sumario en su contra.

MFA/RA