El equipo integrado por cinco abogados será la última querella en alegar. Luego seguirá el Ministerio Publico Fiscal. “Quedó demostrado la sistematicidad del plan”, dijo la abogada Lyllan Luque. Desde el miércoles, Claudio Orosz valora el rol de cada uno de los imputados. La próxima audiencia es el martes que viene.
Esta semana comenzaron a alegar los abogados de la agrupación HIJOS y de Familiares de Desaparecidos de Córdoba en la megacausa La Perla, el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal N°1 de esa provincia y que tiene como principal imputado a Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército. “El terrorismo de Estado comenzó antes del 24 de marzo de 1976 en Córdoba”, dijo la abogada Lyllan Luque, la primera del equipo de cinco abogados en exponer sus argumentos. “Durante este juicio quedó demostrado la sistematicidad del plan. Todos los sitios donde hubo personas secuestradas y detenidas en Córdoba estaban contactados y funcionaban de manera aceitada”, explicó a Infojus Noticias.
En efecto, las más de 700 víctimas incluidas en este juicio pasaron por diferentes campos de detención que funcionaron en Córdoba desde 1975. El D2 de Informaciones de la Policía de Córdoba, la Casa de Hidráulica, la “Escuelita de Pilar”, el Campo La Ribera, y finalmente La Perla, fueron los diferentes escenarios clandestinos dónde se aplicó la represión. “Hubo diferentes etapas, y la Perla fue el perfeccionamiento del método”, explicó Luque.
Esta querella será la última en alegar. Representa a 90 víctimas y acusa por diferentes crímenes a 38 de los 54 imputados que llegaron al proceso oral, iniciado en diciembre de 2012. Desde el miércoles, el encargado de exponer es Claudio Orosz. El equipo de legales de los organismos se completa con María López, Ana Oberlin y Elvio Zanotti.
La estrategia de alegato se divide en dos partes. “La primera, tratamos de dar un marco general, y tomar para rebatir algunos de los argumentos de defensa que usaron los propios imputados. Como por ejemplo, inculpar a las propias víctimas sobrevivientes”, explicó Luque. Esa, precisamente, fue su tarea. “Los imputados responsabilizan a las víctimas que sobrevivieron con el argumento de la derrota política. A cada rato aparece el discurso de ‘si vos estás vivo y tus compañeros no fue por algo’. Pero es falaz esa distinción entre víctimas. Lo hacen para dividir y culpar a las sobrevivientes”, explicó Luque, que ya lleva 15 años trabajando en estas causas.
Mala defensa
Claudio Orosz se enfoca en ubicar a cada uno de los imputados en el momento y el lugar de los hechos, usando sus legajos y los testimonios.
Los acusados del juicio La Perla fueron “activos”, tomaron la palabra queda vez que pudieron y apuntaron hacia los testigos y sobrevivientes. Uno de los más locuaces fue el Ernesto Guillermo “Nabo” Barreiro, un ex teniente de Ejército que, incluso, en diciembre pasado llegó a indicar los Hornos de la Ochoa como el sitio donde había restos de personas desaparecidas. Allí fueron encontrados y luego identificados los restos de cuatro desaparecidos.
Sobre este punto, el abogado Orosz planteo en la audiencia de hoy un “indicio de mala defensa material”, realizada por el propio Barreiro, y otros dos imputados que lo acompañaron, cuando señaló Los Hornos. “Los organismos y el Equipo Argentino de Antropología Forense ya contábamos con esa información desde mucho tiempo antes. Por lo tanto, lo que Barreiro hizo no fue colaborar, si no autoinculparse”, dijo Orosz.
Plan aceitado
“Uno de los argumentos utilizados por la defensa fue decir que se atenía a las leyes de la época. Pero esas leyes no habilitaban a torturar y desaparecer ciudadanos”, explicó Lyllan Luque, el primer día de alegato. Luego, explicó como utilizaron métodos aprendidos en la escuela francesa basados en “la tortura como método para obtener información que permitiera nuevos procedimientos, utilizando el eufemismo de ‘interrogatorios duros’, para enmascararla”.
Luque también habló de las lógicas y del lenguaje de los campos de concentración, en especial La Perla. “En el juicio quedó expuesta la metodología del quiebre. Como los imputados exhibían compañeros detenidos a los interrogados, para quebrar voluntad o les mostraban organigramas, para hacerles saber que manejaban información”, explicó.
Como es común en otros juicios por delitos de lesa humanidad, la querella también hizo foco en la violencia sexual, como “herramienta de disciplinamiento”. “La violencia sexual no es solo el ataque a la genitalidad, sino el uso y la disposición total de las personas. Como por ejemplo, sacar a los detenidos a fiestas”, dijo Luque.
WC/RA