El dramaturgo Arístides Vargas presenta en Argentina “Instrucciones para abrazar el aire”, una pieza teatral basada en Chicha Mariani y en la “casa de la calle 30” de La Plata, el lugar donde funcionó la imprenta clandestina de Montoneros.
Una mañana de noviembre del 2009 Arístides Vargas miró por la ventanilla de una camioneta hacia el portón acribillado de la casa de la calle 30 entre 55 y 56 de La Plata. Vio los restos de lo que había sido una ventana y una pared ametrallada. Se bajó de la camioneta y entró a la casa. La recorrió en silencio. Un tiempo después, esa casa, la historia de esa casa, se convirtió en insumo de “Instrucciones para abrazar el aire”, la obra de teatro que el dramaturgo Arístides Vargas presentará el el 19 de noviembre, a las 21 horas, en el Centro Cultural Haroldo Conti (ex ESMA).
En esa casa de la calle 30 vivían Diana Esmeralda Teruggi de Mariani y Daniel Enrique Mariani. El 24 de noviembre de 1976 la casa fue cercada y atacada por el ejército con armamento de todo calibre por más de tres horas. En ese lugar funcionaba la imprenta clandestina de Montoneros.
En ese ataque mataron a Diana y cuatro compañeros de militancia de sus padres. También se encontraba en la casa Clara Anahí, de 3 meses: desde ese día está desaparecida.
Los personajes de la pieza teatral de Vargas son dos ancianos que inician un viaje imposible: viajar hacia una casa que existió en el pasado. Ella es una mujer que se está quedando ciega y experimenta la realidad de diferentes maneras pero que busca incansablemente a su nieta desaparecida. Ese personaje recrea parte de la vida Chicha Mariani fundadora de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo.
Autor, director, actor, Vargas nació en Córdoba en 1954. A los 22 años se fue del país. “Me fui tres días antes del golpe de Estado, tenía pedido de captura. Tuve que abandonar todo un pasado, una vida. Y luego de andar por varios países de Latinoamérica, me quedé en Ecuador”, le dijo a Infojus Noticias, al terminar un ensayo.
A pesar de tener publicadas una decena de obras que son montadas en todo el mundo, la Argentina permanece indiferente al autor cordobés. “Lo que me pasó en Argentina me hace tener esa sensación tan contradictoria, porque uno no se siente cómodo en los espacios donde fue castigado por alguna razón”.
“Instrucciones para abrazar el aire” fue presentada en Argentina en octubre en el VIII Festival de Teatro y Danza organizado por el grupo La Cuarta Pared de la Plata. La compañía teatral hizo el nexo entre el dramaturgo y Chicha Mariani. Así se pudo juntar al personaje real con el ficcional. La fundadora de Abuelas, con su ceguera avanzada, escuchó toda la obra a metros del escenario. Terminada la función no pudo contenerse, se paró y estrechó en un abrazo con la actriz Charo Francés, quien la interpretaba.
En la obra los protagonistas cocinan conejos al escabeche, una actividad que remite directamente a lo que se hacía en la “casa operativa”, donde Montoneros disimulaba las tareas políticas de sus militantes vendiendo conejos. Detrás de esa fachada, la organización ocultaba una imprenta clandestina: tenían una duplicadora rotaprint, una impresora off-set, un mimeógrafo, una prensa de grabado y otros elementos de labor gráfica. Ahí mismo se imprimían buena parte de las publicaciones nacionales de la organización peronista, entre ellos la revista Evita Montonera.
“Yo militaba en la juventud universitaria, en ese entonces nos preguntábamos sobre la eficacia del arte con la política. El arte debía ser lo suficientemente referencial para que de inmediato sea leído, para cambiar la realidad. Esas inquietudes todavía tienen vigencia en mí. Fui parte, soy parte de eso. Me siento parte activa. Escribo por lo que soy, y por lo que viví en ese momento”, dijo Vargas.
¿Sigue creyendo que el teatro es fundamental para cambiar la realidad?
Si, pero ahora es diferente. No necesitas crear una referencia concreta sobre lo que estás haciendo. Sólo necesitas una perturbación en el campo de lo real. Es una contraposición de ficciones diferentes. La política tiene pretensiones de verdad, y el teatro hoy no la tiene. En aquellos años, nosotros sí, teníamos pretensiones de verdad.
¿Por qué cree una obra como “Instrucciones…” puede representantes y comprenderse en otros países ?
Porque es una escritura exiliada. Que intenta nombrar una realidad que no es la estás viviendo. Escribo en un contexto que puede tener varias lecturas. Es una escritura descentrada. Entonces todos se ven referenciados con esas situaciones.
¿Cómo surge la idea de escribir una obra sobre la casa de la calle 30?
En una visita que hago a la ciudad de La Plata en el 2009, Horacio Rafart (director del grupo La Cuarta Pared) me cuenta la historia de la casa y me lleva al lugar. Y la impresión por lo que no se había dicho me pareció súper teatral. Ver que unos tipos levantan un muro para ocultar la realidad. Pero la realidad real, o irreal estaba afuera de ese muro. Porque en el frente de la casa funcionaba una fábrica de conejos al escabeche. Entonces funciona como una pregunta recurrente de que es lo real. Lo que está tras el muro, o lo que pasó delante del muro. Y el teatro tiene ese juego, de mezclar realidad y ficción en proporciones iguales.
¿Cómo fue la sensación de interpretar la obra delante de Chicha Mariani?
Es una responsabilidad que excede lo artístico. Porque nuestra idea desde un comienzo es no expandir el dolor ajeno. Sino resarcir desde nuestra actividad la memoria y el olvido de las personas. Y sabemos que interpretar obras de este carácter delante de las personas afectadas puede generar gratificaciones como incomodidades emocionales. Pero anteriormente le hicimos a Chicha una lectura de la obra en su casa. Y al verla tan conmovida y emocionada, nos dio la certeza de que habíamos cumplido en parte con nuestra tarea. Creo que luego de la función, y del abrazo con ella se cumplieron nuestras pretensiones como personas y como artistas.