Son tres las causas judiciales que investigan el homicidio ed Laura Carlotto; su sustracción, retención y ocultamiento, durante 36 años. Y la que indaga sobre los crímenes que se cometieron en el centro clandestino La Cacha, para determinar quien lo sacó de ese lugar y lo entregó.
A Guido Carlotto, el hijo de Laura que hoy se reencontró con vida, lo robaron de los brazos de su madre, el 26 de junio de 1978, después de que naciera en un lugar sombrío -que según ella le dijo a sus compañeros de cautiverio- era un hospital militar. Laura alcanzó a estar unos días con él. Según las fuentes jurídicas consultadas por Infojus Noticias, ahora hay tres causas judiciales diferentes que están investigando el homicidio de Laura y el robo del hombre que hoy recuperó su identidad.
Una de ellas es por el delito de sustracción, retención y ocultamiento de Guido durante treinta y seis años se investigará en una nueva causa penal que se abrirá a partir de ahora. En ese expediente deberían investigarse el rol de los apropiadores y del entregador, es decir, cómo llegó a la familia que lo crio durante su infancia y su adolescencia. También podría investigarse –según el caso- al médico y a las parteras que estuvieron en su alumbramiento. Esa causa debería abrirse en la fiscalía de turno, dependiendo de la jurisdicción en la que haya sido anotado por su familia de crianza.
La segunda es una causa judicial que sigue instruyéndose en el juzgado federal 1 de La Plata, a cargo del juez Manuel Blanco, que indaga sobre los crímenes ocurridos en La Cacha en 1978. Allí se intenta conocer la responsabilidad de quienes actuaron en La Cacha: los mandos superiores y los guardias en la entrega de guido. Allí se intentará saber quién lo sacó de allí y a quiénes se los entregó. Esa causa podría ser elevada a juicio oral el año próximo.
El homicidio de Laura, en tanto, se está juzgando en el juicio oral que está llevando adelante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, en la ex sede de la Amia. Ese juicio está en etapa de alegatos. En las últimas audiencias, los abogados de Abuelas y la fiscalía pidieron que se ampliaran los cargos contra los imputados por el delito de homicidio, teniendo en cuenta que los testimonios de los sobrevivientes y familiares habían aportado información nueva sobre su asesinato. Ese pedido fue aceptado por el tribunal.
Hace dos meses, Estela fue a declarar como testigo en ese juicio. Conmovida, mirando a los jueces de frente, la presidenta de Abuelas reflexionó: “trabajamos con la Justicia. Confiamos en la Justicia, esperamos los tiempos de la Justicia que a veces son muy injustos. No es fácil para mí estar hoy acá. Estoy acostumbrada a luchar pero esto significa remover lo mío, mi historia. Tengo 13 nietos más pero me falta Guido. Soy católica. Y a lo mejor algo de mis palabras puede llegar al corazón de los que están siendo juzgados. Espero que mi fe se transmita para ablandarles el corazón. Les pido: tengan el valor de decir dónde están nuestros nietos. Tenemos poco tiempo”, advirtió entonces.