Está acusado de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. Víctimas declararon haberlo visto en los calabozos de un centro clandestino de detención mendocino. Presenciaba torturas, a veces con una Biblia en la mano.
El sacerdote Franco Reverberi Boschi nació en Parma, Italia. A los once años emigró con su familia a nuestro país. En 2011, a los 74 años, emprendió el regreso a su tierra natal. Esta vez, huyendo de la justicia federal argentina que lo acusa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Reverberi Boschi fue capellán auxiliar del Escuadrón de Exploración de Montaña VIII de San Rafael del Ejército en San Rafael Mendoza. La historia de su procesamiento por “partícipe secundario del delito de tormentos” es particular. En 2010 se realizó en Mendoza el primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en esa provincia. Se juzgó a 24 personas por la violación de los derechos humanos de 73 personas. El sacerdote estaba citado a declarar como testigo.
En el curso de las audiencias, cinco víctimas declararon haber visto a Reverberi Boschi en los calabozos de “La Casa Departamental”, un centro clandestino de detención que funcionó en la sede de los tribunales provincial de Mendoza. Los testimonios relatan que el cura estaba presente durante las torturas.
Roberto Flores contó en el juicio que Reverbi Boschi no golpeaba a los detenidos pero presenciaba las torturas, algunas veces con una Biblia en la mano. Sergio Chaqui declaró haberlo visto adentro del centro clandestino. Huego Riera contó haberlo visto en Infantería. Ángel Di Cesare contó que vio al cura vestido con traje de combate y que bendecía las armas con las que se torturaba a los detenidos.
Un testimonio clave en la causa es del Mario Bracamonte. Según reseña un informe del Ministerio Público de la Nación Bracamonte contó que “una tarde, dijo, hubo una golpiza y luego, como tormento, les hicieron secar el piso con el cuerpo, arrastrándose. Era invierno, cuando las temperaturas en esa ciudad suelen bajar de los -10°. En ese momento, explicó Bracamonte, levantó la cabeza y vio a Reverberi junto al oficial de la policía mendocina, enlace con las fuerzas armadas, José Mussere”. Bracamonte contó que el cura iba al centro clandestino todas las noches.
Imputado
Reverberi pasó de ser testigo a ser llamado a prestar declaración indagatoria. “En el medio del juicio pedimos suspender la audiencia porque nos dimos cuenta de que iba a ser imputado”, cuenta hoy el fiscal federal Franciscon José Maldonado a Infojus Noticias.
El 24 de septiembre de 2010 Maldonado pidió la indagatoria a de Revérberi. El juez Eduardo Puigdengolas rechazó la solicitud y le delegó a la fiscalía una investigación.
Mientras tanto, el 10 de mayo de 2011 Reverberi Boschi se subió a un vuelo de Aerolíneas Argentinas hacia Roma. Tres meses después el juez Puigdengolas finalmente ordenó la indagatoria. Pero entonces el cura dijo que tenía problemas de salud y no podía regresar. Ahora ejerce su actividad religiosa en la Parroquia Santi Faustino y Giovita de Sorbolo, Parma.
La fiscalía solicitó al juez que pidiera la captura internacional y solicitara la extradicción. El 23 de agosto de 2012 el juez dispuso esas medidas.
“Lo citamos a indagatoria para que ejerza su derecho a defensa. Nosotros consideramos que tiene méritos suficientes y que tiene que formular sus descargos por los hechos por los que está imputado”, relata el fiscal Maldonado.
No a la extradición
“No a la extradición” dijo la Corte de Apelaciones de Bologna.
La información llegó a San Rafael Mendoza a través de los medios de comunicación.
Francisco José Maldonado, el fiscal de instrucción, todavía no fue notificado. Ricardo Erlini, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) San Rafael, organismo querellante en la causa, se enteró de la decisión por el llamado de Infojus Noticias. “Es una pésima noticia”, dice.
La última información oficial que tuvo el fiscal Maldonado es de hace veinte días cuando supo que el 29 de octubre la Corte de Apelaciones iba a tomar una decisión. Y así fue.
La defensa de Reververi sostuvo que en el expediente del cura está asentado que comenzó a ser capellán del ejército en 1982 y que por lo tanto el sacerdote que los testigos dicen haber visto es otra persona.
El fiscal Maldonado responde: “el legajo dice que el ingreso fue en el 82, pero en ese mismo expediente Reverberi cuando solicita su nombramiento manifiesta que viene ejerciendo esa actividad con anterioridad y no está registrado desde cuándo”. Además de en este documento, la fiscalía se basa en la credibilidad de los testigos y las víctimas para sostener la acusación.
La Corte de Apelaciones de Bolonia tuvo en cuenta los argumento de la defensa de Reverberi y consideró en la decisión hecha pública el martes 29 de octubre a la mañana que la investigación argentina no presentó pruebas de demuestren que Reverberi “haya asistido” a torturas.
Según registra la prensa italiana, la Cámara de Apelaciones agregó otra consideración que llama la atención. Dijo que aunque hubiera sido cierto que asistió eso no implica necesariamente que sea responsable y que la situación puede compararse con los sacerdotes que asisten a los condenados a muerte.
La defensa de Reverberi declaró a los medios italianos que esperan los fundamentos de la decisión de la Cámara de apelaciones que serán públicos dentro de 60 días para pedir a la justicia argentina que retire los cargos.
APDH San Rafael es querellante en la causa contra el cura. El 6 de agosto pasado Ricardo Ermili, su presidente, envió una nota al papa Francisco por intermedio del Nuncio Apostólico en Argentina Monseñor Emil Paul Tscherrig. Ermili pidió para que “en virtud de su autoridad canónica y espiritual, interceda, instruya, ordene, o cuanta acción considere útil, para que F.R. se allane al proceso judicial que se sustancia en la República Argentina en el que se podrá demostrar su responsabilidad criminal o confirmar la presunción de inocencia en el marco del goce pleno de las garantías constitucionales y el estado de derecho democrático”.
Tscherrig respondió que “dicho sacerdote, de nacionalidad italiana, se ha presentado voluntariamente a la justicia de su país y ha quedado a disposición de la misma”.
La decisión de la justicia de Italia de no extraditar a Reverberi no hace caer el pedido de captura internacional de Interpol. Es decir, Reverberi Boschi sólo puede transitar libremente por ese país.