Lo contó a Infojus Noticias Raúl Klein, hermano de Ricardo que fue asesinado junto a su mujer Miriam Kowalczuk , y sus restos se encontraron en la casa donde vivían con sus cuatro hijos. Por el crimen están detenidos los hijos mayores de la pareja, acusados de "doble homicidio calificado".
A pesar de que tenían un trato distante y no se veían con frecuencia, a Raúl Klein le preocupó la falta de noticias de su hermano Ricardo y su cuñada Miriam Ester Kowalczuk, y el sábado radicó una denuncia por “averiguación de paradero”. Fue el puntapié inicial para una investigación que terminó con un allanamiento en la casa de la pareja, donde se encontraron restos óseos en un balde. Allí también se detuvo a la hija de Klein y al hijo de Kowalczuk, que también son pareja. Por el momento no hay información oficial sobre la declaración de la joven. Klein tenía 52 años y su mujer, 50.
El jefe de la Departamental Pilar, Darío Lutte, aseguró hoy en declaraciones a los medios que “según el médico policial, los restos pertenecen a una mujer”. Y contó también que el hombre sigue desaparecido.
Raúl vive en Del Viso, a pocas cuadras de la calle Sarratea al 2200, sobre la que está la casa de dos plantas a medio terminar en la que vivía su hermano junto a Miriam y Daniela, la hija de él; Leandro Yamil Acosta, el hijo de ella, y los mellizos, un varón y una nena, que Ricardo y Miriam tuvieron juntos. Los Klein siempre vivieron en la zona, mientras que Miriam había llegado desde el Chaco, de donde era oriunda.
Apenas llegó al norte del conurbano bonaerense, Miriam empezó a trabajar como empleada doméstica en una casa de un country de Pilar. Después conoció a Ricardo y cuando a él le empezó a ir mejor en su trabajo, ella renunció al suyo para trabajar con él. “Estaban juntos desde hace unos 12 o 13 años”, contó Raúl a Infojus Noticias. Poco después llegaron los mellizos, de 11, que ahora están a cargo de una trabajadora social. “Ella era una mamá ejemplar”, dijo sobre su cuñada, que todavía no sale del estupor por lo que pasó, sobre Miriam.
“No es cómo andan diciendo, que Ricardo era cartonero. Él tenía una empresa de personal de limpieza y retiro de mercaderías. Trabajaba en supermercados y fábricas. Se rompía el alma trabajando. Siempre trabajó en fábricas y también en albañilería”, detalló Raúl. “Se mataba trabajando para mejorar las cosas, de hecho ahí mismo les estaba haciendo una casita a esas dos bestias”, dijo haciendo referencia a Daniela y Leandro.
"Denunciaron para tener una coartada"
Fue un cliente de Ricardo quien alertó a Raúl sobre que creía que algo malo pasaba con él. El hombre había ido hasta la casa de la familia para hacer un negocio con él y lo atendió Acosta. “Le dijo que se habían ido a Uruguay, a un casino, y que sabía que no iban a volver”, contó. Al hombre le llamó la atención y se lo contó a Raúl, quien a su vez le dijo a uno de sus cinco hermanos que fuera a ver qué pasaba. A él le dijo otra cosa distinta y lo mismo sucedió cuando fue un primo de los Klein a consultar sobre Ricardo. A eso se sumaron las sospechas de los vecinos que les contaron que desde comienzos del mes nos veían al matrimonio salir a trabajar como hacían todas las mañanas, ni a llevar a los mellizos a la escuela. Además, aunque estaban acostumbrados a ver salir columnas de humo por los materiales que se incineraban en la casa, a los vecinos les llamaba la atención que estos salían de la terraza y no del fondo, como pasaba antes. Y también que un par de días el humo comenzó de madrugada. Algo atípico en los movimientos de la familia.
La pareja estaba desaparecida desde los primeros días de septiembre data la desaparición de la pareja, y el 9 hubo una denuncia de Acosta y Karen Klein por violencia de parte de Ricardo contra los mellizos. “Ya estaban desaparecidos y fueron y denunciaron eso, fue a propósito para desviar la atención y tener una coartada”, dijo Raúl.
Desde que supo que algo andaba mal, Raúl pasó por la casa de su hermano varias veces. Nunca lo vio, como pasaba habitualmente. Entonces el sábado fue hasta la comisaría 4° de Del Viso y allí explicó la situación. “Yo lo sospechaba, por los movimientos y las respuestas que daba este chico”, afirmó.
El allanamiento y las detenciones
Cuando la policía y el fiscal llegaron hasta la casa de Sarratea, Raúl estaba con ellos. Era de noche. Tocaron timbre y se asomó Acosta, “no quería abrir la puerta, se negaba”, relató. Cuando finalmente abrió, Raúl alcanzó a ver a los mellizos subiendo rápidamente por la escalera de la casa. Después se sentó a esperar en la puerta. “Nadie me decía nada. Después me dijeron que era prematuro sacar conclusiones, que se estaba investigando”, contó.
Con el correr de las horas y ya en su casa, Raúl se enteró de los detalles por la televisión. “Me parece irónico que haya sido así”, agregó. Hoy volvió al lugar y le dijeron que “se habían encontrado restos óseos. Que de mi hermano nada, que los restos que se encontraron hay que ver si son de la mamá –por Miriam-”.
Tras una pausa agregó que durante los días en los que su hermano y Miriam estuvieron desaparecidos, “Acosta regaló muchas bolsas con cosas: yo creo que ahí se fueron los restos de mi hermano”. Y agregó que el día del allanamiento él alcanzó a ver dentro de la casa un hacha y machetes. “Parecían nuevitos, estaban bien limpios”, completó.
En el lugar, informó la agencia Télam, los investigadores secuestraron una pistola 9 milímetros marca Bersa, vainas servidas del mismo calibre, una escopeta 12/70, un hacha, dos palas y una horquilla que serán peritadas para determinar si fueron utilizados para cometer el doble crimen, y también unos 8.000 dólares en efectivo.
Ante esta situación, los policías, por orden del fiscal general de San Isidro Eduardo Vaiani, quien está subrogando la Unidad Funcional de Instrucción Especializada en Delitos Conexos de ese Departamento Judicial, detuvieron a Karen Klein y Acosta, quienes se encontraban en el lugar junto a los mellizos. La agencia Télam consignó que ambos quedaron acusados de "doble homicidio calificado".
Para los investigadores, sólo se encontraron pocos restos de las víctimas porque los indicios apuntan a que los acusados se deshicieron de los demás en los días previos al hallazgo. En ese sentido, los inquilinos de los Klein contaron a los pesquisas que el acusado Acosta encendió varias fogatas en el patio durante toda la semana pasada.
CD/LC