En 1973 Galeano se exilió a Argentina huyendo de la dictadura uruguaya. Vivió en Buenos Aires hasta 1975, cuando se instaló España. El cuento corto "Pájaros prohibidos", uno de sus clásicos, refleja la situación de los presos políticos uruguayos.
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
— ¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
— Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
— Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.