Desde el 2012 una ley prohíbe la publicidad callejera de oferta sexual. La ley habla de forma explícita de los "papelitos", que inundan la ciudad de Buenos Aires. No hay datos públicos de sanciones y decomisos a quienes los distribuyen.
Pega diez pequeños papelitos en un poste de luz de la calle Esmeralda, en pleno centro porteño. Camina hasta una obra en construcción y repite la operación. “Flor y Romi: solitas en casa”, dice el pequeño volante que lleva el chico en sus bolsillos. La imagen de una mujer desnuda de espaldas, un teléfono y la frase “24 horas” completan la información. Desde la esquina lo miran un policía y un empleado del gobierno de la ciudad con chaleco verde. Ninguno hace nada a pesar de que, en la Ciudad, pegar o entregar volantes de la oferta sexual está prohibido por ley desde hace dos años.
La estampa es conocida: los folletos empapelan el microcentro porteño y otros puntos urbanos. Hace diez días, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad presentó ante el Subsecretario de Uso del Espacio Público, Patricio Di Stefano, un pedido de informe sobre el cumplimiento de esta ley.
En diciembre de 2012, tras el primer fallo por el caso Marita Verón en Tucumán-que absolvió a los 13 acusados de su secuestro y explotación sexual- la indignación social empujó la legislación de distintas normas en materia de trata de personas. El 20 de diciembre de ese año, la legislatura porteña votó la ley 4486, que modifica la legislación existente sobre "Publicidad Exterior". Prohibió los volantes y la publicidad con contenido sexual.
El proyecto tiene la firma de la diputada del PRO, Gabriela Seijo. Planteó sanciones, decomisos y multas. Pero los “papelitos” siguen encorsetando teléfonos públicos, cubriendo volquetes de basura o flameando en paradas de colectivos.
“Hoy hay una ley que prohíbe y condena a toda la cadena, sin embargo hay un claro incumplimiento. Los volantes están por todos lados y son explícitos cien por ciento. Es expreso que se trata de comercio sexual”, dijo a Infojus Noticias la abogada Mariana Becerra, experta en temática de trata que trabaja en al Defensoría del Pueblo de la Nación.
En agosto del año pasado, la abogada empezó una acutación de oficia para ver qué se estaba haciendo después de la sanción de la norma.
La ley 4486 no deja margen a la interpretación. Prohibió “hacer entregar o hacer colocar para ser retirados en cualquier espacio público o en las puertas de acceso a los locales, volantes que tengan por objeto la promoción explícita o implícita de la oferta sexual”.
Según el texto, el que los distribuya en la vía pública y el que los haga colocar serán sancionados con la multa de 1.000 a 50.000 unidades fijas, y el decomiso de los materiales.
“Empecé a consultarle al gobierno de la Ciudad qué pasaba con esta ley que había sido sancionada hacía un año”, contó Becerra. “Consulté a la Dirección General de Ordenamiento del Espacio Público y luego al área de legales de la Dirección General de Inspección del Uso del Espacio Público. Primero me dijeron que había que reglamentarla. Hasta que legales de Espacio Público me contestó que no necesitaba ser reglamentada porque otra ley, la 2936, ya la hacía de por sí sola, operable”.
María Elena Naddeo está a cargo de la Dirección General de niñez, adolescencia, género y diversidad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. En ese ámbito se ocupa del seguimiento de la legislación en prevención de la violencia de género. “Recibimos la actuación de la Defensoría del Pueblo de la Nación y remitimos el pedido. Queremos saber cuáles son las sanciones, decomisos y multas que hizo el ejecutivo. Estamos esperando las respuestas”, explicó Naddeo a Infojus Noticias. La funcionaria también remitió el pedido de informes a la subsecretaría de Derechos Humanos, a cargo de Claudio Avruj.
Para ella, no alcanza con despegarlos. La intervención del gobierno local debería ser el puntapie inicial para investigar quiénes están detrás de las redes de explotación sexual. “Ellos son la autoridad de aplicación de la ley que regula la publicidad en la vía pública. Tendrían que tomar medidas. Veo que hay algunos operadores de calle que se dedican a limpiar los postes, las puertas, lugares públicos que fueron pegados con espátulas. No hay un cuidado en el sentido de investigar un poco más el contenido”, dijo Naddeo.
-El primer eslabón de la cadena
“Masaje y más”, “el mejor momento de tu vida”, “Nuevo paraíso”, “Hoy podés”, “2 x 1”. Las imágenes de cuerpos de mujeres fragmentados acompañadas de teléfonos o direcciones son una de las puertas de entrada a los prostíbulos que funcionan y sobreviven en la ilegalidad. Algunos son más explícitos que otros. También están los que esconden la explotación sexual tras la máscara de los servicios de “masajes”. Detrás de los que los pegan le siguen quienes eligen despegarlos. Por las calles del Once hay una mujer que los quita y los tira en una bolsa de supermercados mientras reza en voz baja. También han surgido algunas ONGs que se encargan de convocar a “despegatinas”. Se trata de un fenómeno visible en los grandes centros urbanos. Además del microcentro, estos “papelitos” se ven en Rosario y Córdoba.
Cuando se habla de este tema, es inmediata la conexión con la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Desde julio de 2011tiene a su cargo la aplicación y cumplimiento del decreto que prohibió los anuncios conodidos como “rubro 59”. Chantal Stevens es la titular de este organismo. Todos los días su equipo revisa más de 100 diarios de todo el país . Pero los “papelitos” repartidos y distribuidos en la vía pública no entran en el alcance del decreto 936. “No es competencia nuestra, pero cada vez que vamos por la calle los agarramos y así vamos engrosando la base de datos: los cruzamos con los teléfonos y direcciones de los avisos que aparecen en los diarios. La gente también nos hace llegar muchos de estos folletos”, explicó Stevens a Infojus Noticias con una carpeta repleta de avisos en la mano.
“Hacemos lo que queremos”, “Somos mayores de edad”. Muchos de estos “papelitos” hacen hincapié que se trata de “mujeres independientes que trabajan solas”. “Los volantes execeden la capacidad de logística y promoción que puede tener una mujer sola. Hay modelos de folletería, distintas fotografías, los volantes se renuevan” aportó Stevens. Otro foco de análisis pone la linterna sobre la violencia simbólica que enuncian . La funcionaria amplió: “las redacciones de los volantes plantean una cosificación total de la mujer. Aparecen como mujeres no pensantes, que no se mueven, objetos inanimados”.
Los llamados “volanteros” o “tarjeteros” son el eslabón más bajo de la cadena de trata y explotación sexual. Sin embargo, cumplen roles fundamentales en la organización. Son los que contactan a los “clientes” y quienes conocen la dinámica de “la calle”. Esta semana se hicieron 21 allanamientos en distintos puntos del centro porteño por una causa en la que se investiga una red de prostíbulos VIP. Cuando los agentes de la Prefectura Naval llegaron a uno de los burdeles, se encontraron con que el volantero hacía de campana cuando veía movimientos extraños en las calles del edificio. Esta vez no hizo a tiempo.