Lo dijo Aldo Ferrer, que junto con otros cinco economistas consultados por Infojus Noticias, analizaron los posibles escenarios tras el rechazo de los fondos buitre a la propuesta argentina. Desalentaron una mirada catastrófica sobre el tema.
La negativa de los fondos buitres a aceptar las propuestas de la Argentina para suspender la aplicación de la sentencia que dictó el juez Thomas Griesa y el rechazo a la oferta de ingresar al canje de deuda en la misma condiciones que los bonistas que adhirieron en 2005 y 2010 configuran un nuevo escenario: concluyó ayer el plazo para que los bonistas reestructurados cobren los créditos que vencieron hace un mes. El país cumplió con su parte y depositó los fondos para el pago en el Bank of New York (BoNY), pero el bloqueo impuesto por el juez estadounidense impide que se concrete la operación. Seis economistas explicaron a Infojus Noticias los alcances de una situación que calificadoras de riesgo, medios, voceros y representantes del establishment financiero describen como un eventual default. Lo desmintieron y señalaron que “los problemas de la economía real, como la inflación o la necesidad de reforzar las políticas de crecimiento, se solucionan fronteras adentro y no mágicamente si se hubiera accedido a las pautas fijadas por el juez norteamericano”.
Los consultados fueron el titular de la Comisión Nacional de Valores Alejandro Vanoli; los economistas del Plan Fénix, Abraham Gak y Aldo Ferrer; el experto en comercio exterior Ariel Slipak; el coordinador del departamento de economía del Centro Cultural de la Cooperación, Martín Burgos; y el sociólogo y licenciado en economía y docente de la cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, Rodrigo López, quien advirtió que este muestra “la falta de un órgano jurídico internacional para atender a estas cuestiones”.
“A nivel internacional nos movemos en un mundo pre jurídico, donde valen las legislaciones parciales, cooptadas por el más fuerte, como demuestra la entrega de la potestad a la parte litigante (los fondos buitres) para que decida sobre dar o no unstay. Es como darle a la familia de una supuesta víctima un palo para que decidan si se lo rompen en la cabeza al acusado. En el mismo sentido, el "default" lo define una empresa privada que se puso un kiosco para poner fajas de default como si se tratara de un inspector municipal, pero sin tener la envergadura de la autoridad pública”, advirtió López.
No estamos en default
“No estamos en default porque Argentina giró al banco pagador los fondos que correspondían al servicio de la deuda. El juez le ordeno al banco que no girara esos fondos y está afectando a terceros que no están en el juicio”, dijo a Infojus Noticias Alejandro Vanoli el titular de la Comisión Nacional de Valores. El economista que impulsa junto a otros intelectuales y referentes políticos y sociales la Convocatoria Económica y Social explicó que esta situación “no afecta de manera sustancial a la economía real”. “Desde hace más de diez años Argentina crece sin acceso al crédito externo y solo toma deuda para financiar obras de infraestructura, como los convenios que se celebraron ahora con China. Esto es lo que permite realizar obras y sostener el crecimiento”, concluyó Vanoli.
Rodrigo López recordó que “la economía argentina ha sufrido un default mucho más fuerte en el 2001 y con un escenario macroeconómico muchísimo más complicado” y coincidió con sus colegas en que el modelo vigente no está parado sobre el endeudamiento externo, sino más bien sobre el desendeudamiento. “Lo que se corta, en todo caso, es la posibilidad de que entren nuevos capitales financieros”, aclaró. “El gobierno argentino no va a pagar nada a los buitres, al menos hasta el 2015 –dijo López. Y agregó: los buitres pueden esperar, se dedican a esperar. Y el gobierno ha estado más de una década en default, así que unos meses más no le va a cambiar mucho la situación”.
Abraham Gak el titular de la cátedra libre Plan Fénix que durante la década del ‘90 se plantó como un faro frente a las políticas neoliberales coincidió con Vanoli: “Argentina pagó en tiempo y forma, por lo tanto no está en default” y desalentó los fantasmas que hablan de los límites para acceder al crédito externo. Gak explicó que a nivel internacional “hay un organismo privado conformado por entidades financieras -entre las que está el fondo buitre Elliot, al que representa Paul Singer- que en una serie de puntos define qué es un default. Ninguno de esos puntos abarca la circunstancia muy particular donde el país paga y el que está incumpliendo es el banco comprometido por contrato a transferir el dinero a los acreedores”. “Mejor vivir sin pedir prestado”, señaló el economista y advirtió que desde hace más de diez años Argentina sostiene una política de desendeudamiento.
Aldo Ferrer además desalentó una mirada catastrófica para abordar el tema. “Este tema prolonga un viejo conflicto y no modifica el cuadro de situación”, señaló y destacó que “los problemas económicos reales como la inflación, dinamizar la economía o evitar la fuga de capitales se resuelven fronteras adentro. No se modificarían mágicamente si se hubiera accedido a las pautas fijadas por el juez norteamericano en favor de los fondos buitres”. El economista, compañero de Gak en Plan Fénix, dijo que el conflicto con los fondos buitres “es un obstáculo que existió en los últimos años, pero no impidió que Argentina avance en la definición de sus políticas económicas. Es un tema al que se le está dando más importancia de la que tiene”.
Sin repercusiones directas en la economía local
Ariel Slipak definió la situación del default como “sui generis”, pero advirtió que “en materia de comercio exterior mientras el mundo siga necesitando de los productos primarios (commodities) que Argentina le vende el impacto es escaso”. Aclaró que ahora es necesario “ser cautelosos ante la posibilidad de nuevos embargos de activos argentinos, como ocurrió con la Fragata Libertad”. Pero desestimó que esa continúe siendo la estrategia de los fondos buitres, “entonces su intención era acorralar a la Argentina para que negocie. Ahora el país está dispuesto y obligado por la sentencia de Griesa a negociar, por lo tanto es poco probable que opten por obstaculizar los mercados de exportaciones o que les convenga salir a embargar.”
“En términos de la política interna, el escenario será favorable para el gobierno que se ha afirmado mostrando al pueblo que es necesario defender la soberanía nacional con políticas de Estado. La mayoría entiende que mantener una pose opositora no es negocio si a cambio nos cuesta volver a lidiar con toda la deuda del 2001”, advirtió López, el economista fundador de la cátedra Jauretche. “Esta causa la han entendido propios y extraños y eso ya es un logro como pueblo”, señaló.
En ese mismo sentido, el titular del departamento de economía del Centro Cultural de la Cooperación, volvió sobre la idea del default. El investigador advirtió que “si Griesa nunca hubiese metido a los terceros (los bonistas del canje) en el medio, no habría default, se seguiría negociando”. Pero también advirtió que el juez neoyorquino no está solo, lo apoyó la Corte de Apelaciones e implícitamente la Corte Suprema de Estados Unidos. “No es un trasnochado, se está generando una nueva jurisprudencia para países que defaultean y hacen una reestructuración por fuera de lo que es la recomendación del FMI”, dijo Burgos y advirtió que el fallo abrió “grietas que son vacíos jurídicos que van a tener efecto sobre futuras reestructuraciones de deuda”.
Como Martín Burgos, López puso el foco en los futuros vencimientos de bonos que entraron en el canje de deuda. “Parece raro que los banco y el capitales financiero en general se pierdan el habitual negocio del refinanciamiento de deuda soberana. La inflación y el empleo se nutren de efectos reales, pero indirectamente también de financieros. Más precisamente de las posibilidades de administración del tipo de cambio. El gobierno no podrá relajar los controles en esta materia, al menos hasta llegar a tierra firme. Con el cañonazo recibido en el palo mayor, deberá remar con políticas de fomento de la actividad interna que afecten lo menos posible el balance de pagos. Ya lo ha hecho en el pasado y siempre llegamos a buen puerto”, concluyó.