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La gente empezó a ver perros muertos. Al costado de las rutas, en los bosques, en las plazas y en las calles: cadáveres mutilados con nubes de moscas. En la ciudad cordobesa de Río Cuarto el pueblo un día no aguantó más. Hicieron una marcha, llegaron a la comisaría y denunciaron.

“Los animales no mueren solos, son el resultado de las peleas de perros que se organizan los domingos debajo de los puentes. Todos sabemos lo que pasa ya que aparecen autos lujosos y camionetas 4 x 4 que no vemos todos los días. Se mueve mucha plata y los animales lastimados ya no les sirven. Por eso los tiran”, dijo a Infojus Noticias María Elina Chiarvetto, presidenta de la Asociación Protectora de Animales Río Cuarto (APAR)

Después de la marcha, la fiscalía local empezó a trabajar de oficio para investigar lo que pasa con los perros. “Nosotros desde la Asociación vemos lo peor, todo el tiempo animales trastornados por los maltratos que recibieron antes de ser abandonados. Pero sabemos que no es fácil capturar a los responsables porque cambian de lugar seguido”, agregó Chiarvetto.

La ley nacional 14346 de protección animal tiene un inciso especial para las peleas. “Realizar actos públicos o privados de riñas de animales, corridas de toros, novilladas y parodias, en que se mate, hiera u hostilice animales serán considerados actos de crueldad”, dice la norma sancionada hace 60 años.

“El tipo penal exige que se detenga a las personas en el momento en que se están realizando las peleas. Los actos anteriores y posteriores no son considerados delito y eso complejiza los casos. Muchas veces se sabe lo que pasa por una denuncia pero cuando se llega al lugar no se puede intervenir por más alevoso que sea lo que pasa”, dijo a este portal Susana Dascalaky, directora del departamento de Asuntos Legales del Centro de Prevención de Crueldad al Animal.

En 2009 Dascalaky participó como querellante junto a Alfredo Mellado (Asociación de la Vida Animal) de un juicio por peleas de perros en Mendoza. Cuatro personas fueron condenadas a ocho meses de prisión y a dos años de tratamiento psiquiátrico.

“En Mendoza hubo una investigación previa muy importante, ya que las riñas se dan siempre en la clandestinidad. Aparte de moverse dinero por las apuestas hay venta de drogas y también estimulantes prohibidos para los animales. En este caso se detuvo a 24 personas y más de 30 animales fueron secuestrados. Algunos que ya habían intervenido en la riña obviamente tenían lesiones muy fuertes, como heridas cortantes en sus estómagos. Las fotos de la causa dan escalofríos”, dijo Dascalaky.

De los 24 detenidos solo cuatro fueron condenados porque el resto se mantuvieron prófugos y aparecieron recién cuando la causa prescribió. Esos cuatro fueron juzgados y por una estrategia de la defensa cambiaron de defensor: pidieron más plazo para dilatar la causa. Pero la jueza no se los concedió.

“Este caso fue un antecedente valioso porque no se les otorgó el beneficio de la probation, ya que se consideró que era una causa en donde había una afectación a la seguridad pública y que debía debatirse en público. Esto es un antecedente muy importante porque tiene similitud con lo que pasa con la violencia familiar, donde no se otorgan beneficios. Además los condenados fueron inhabilitados para tener animales”, contó Dascalaky.

La reinserción

¿Qué pasa con el carácter de los perros después de pasar por las peleas? Chiarvetto dice que algunos de los animales sometidos “son muy difíciles de volver a socializar, ya que los dejan trastornados de tantas torturas. En la Asociación hay un perro con el que se trabaja hace varios meses y no hay forma que alguien pueda socializarlo. De tanto morder los barrotes se le gastaron los dientes”.

También con ejemplos Dascalaky dice otra cosa: “Durante el operativo de Mendoza los animales fueron rescatados por los policías, que los levantaron en sus brazos para llevarlos hasta la camioneta. Les daban de tomar agua con las manos y los perros no atacaban. Después de un tiempo internados para recuperarse de las lastimaduras fueron dados en adopción”.

Los relatos de las organizaciones proteccionistas coinciden en estas versiones: los dogo y los pitbull son razas especialmente requeridas para las peleas. Los entrenamientos incluyen golpes y varios días de ayuno antes del enfrentamiento. También se usan perros callejeros como cebo que terminan mutilados cuando se los encierra con los animales que están sin comer. Las peleas son organizadas en lugares apartados y a veces ponen música fuerte para que los aullidos de dolor no se escuchen.   

Víctimas

Alfredo Luna es instructor canino y fundador de Mi vida por un pitbull, una asociación civil en trámite que se ocupa del rescate, rehabilitación y posterior adopción de pitbulls en situación de riesgo.

“Veo al pitbull como una víctima y no como un ser agresivo de por sí. Cuando un perro es violento es porque fue fomentado por selección del ser humano. Pero en realidad el pitbull es uno de los perros con mayor predisposición a la gente y a la sociabilidad. Los casos de agresividad hacia el ser humano son puntualmente porque situaciones de maltrato y mal manejo”, dijo a Infojus Noticias Luna.

En julio de 2013 el fiscal Rubén Caro desactivó un campeonato internacional en Córdoba. Cinco argentinos, dos brasileños, un estadounidense y un serbio fueron detenidos en el hotel con 19 perros. No se los pudo acusar aunque era obvio para qué habían traído a la Argentina a sus animales.

Según Dascalaky, “para que la ley actual realmente ayude a combatir el maltrato animal debiera modificarse. Ya que fue creada hace muchos años y los que perpetran estos delitos estrategias para evitar que los demanden”.