El documental sobre el fusilamiento de 22 militantes, ocurrido el 13 de diciembre de 1976, se estrenó en el Festival de Cine de Mar del Plata y en 2014 llegará a las salas. El documental hace foco en la “masacre regional” y centra su mirada en cómo fue la represión en el interior del país.
El 13 de diciembre de 1976 el Ejército fusiló a 22 militantes peronistas en un pueblo chaqueño llamado Margarita Belén. En la memoria colectiva se lo recuerda como “La Masacre de Margarita Belén”. La versión militar habló de “enfrentamiento entre las fuerzas y guerrilleros”. Varios cuerpos fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de Resistencia, otros nunca aparecieron. Como Ema Cabral y su compañero Reinaldo Zapata.
Cecilia Fiel se propuso reconstruir la vida de Ema “Pelusa” Cabral, terapista ocupacional y militante montonera, para plasmarlo en su ópera prima documental “Margarita no es una flor”, recientemente estrenado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Todo comenzó cuando a la realizadora la invitaron a un aniversario de la masacre y alguien le contó que después del fusilamiento los militares comieron un asado a unos metros del lugar. Pensar en esa imagen le causó espanto, horror y la movilizó a hacer algo con esa historia.
En mayo de 2012 fueron condenados a prisión perpetua los exmilitares Athos Renés, Ernesto Simoni, Aldo Martínez Segón, Jorge Carnero Sabol, Ricardo Reyes, Germán Riquelme, Horacio Losito (quien ya había sido condenado a 25 años en la causa por el ex Regimiento de Infantería 9, en Corrientes) y Luis Alberto Patetta (también condenado a 25 años, pero en la causa Caballero que investigó la represión ilegal en el Departamento de Policía de Chaco) por la Masacre de Margarita Belén.
Se cerraba una parte de la historia pero la de Ema Cabral estaba por contarse. De todos los fusilados aquel 13 de diciembre hubo un nombre que a la directora le llamó la atención: Ema. Tres letras que formaban la segunda palabra que ella aprendió a escribir después de mamá.
“Desde un punto de vista narrativo la figura de Ema me planteaba tensiones y conflictos. Ema provenía del norte santafesino y había realizado un periplo que la llevaba por 3 provincias: Santa Fe, Corrientes y Chaco, lo que era un hilo conductor por el tema de la masacre regional”, le dijo Cecilia Fiel a Infojus Noticias sobre la elección de su personaje principal.
La directora también tuvo en cuenta un dato que resultó clave para estructurar el guión: Ema fue acusada por los militares de integrar un grupo que asaltó la columna para salvar a sus compañeros cuando ella, en verdad, estaba siendo trasladada por los militares.
El documental hace foco en la “masacre regional” y centra su mirada en cómo fue la represión en el interior del país, donde aún queda mucho por averiguar y saber, aunque de a poco esas historias van saliendo a la luz.
Con cartas, fotos, recortes de diarios y entrevistas la directora va desarmando la versión de los militares y reconstruye pedazos de la historia de Ema. En Santa Fe se encuentra con Delfina, la madre de Ema, quien le brindó un retrato íntimo de su hija, de su trabajo como terapista ocupacional, de su militancia, su pase a la clandestinidad y su huida hacia el Chaco con su compañero.
La figura de Ema se materializa con una placa en el hospital donde ella trabajaba y se la menciona como “una mujer solidaria de familia católica que un día se puso a militar”. A partir de ese momento la vida de esta terapista ocupacional se llena de interrogantes. Hay indicios de que fue secuestrada en noviembre del ‘76 en la ciudad de Corrientes y de que con su compañero alojaron a “Lito” que en realidad era el oficial del ejército José Luis Aspiazu, un infiltrado que frustró operaciones y delató a la pareja y a su círculo más cercano. Al ser descubierto, un grupo de Montoneros lo ajustició.
El 2 de noviembre de 1976 los militares capturaron a Reinaldo, compañero de Ema, y lo trasladaron a la Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco. Dos semanas después detienen a Ema y es vista por última vez en la Alcaidía de Resistencia.
Durante la investigación la directora se encontró con el ex conscripto Alfredo Maidana, testigo de la masacre. “Él negó haber estado en el momento del fusilamiento y prefirió no dar su testimonio a cámara. Pero Maidana publicó su biografía donde se cuentan detalles de la masacre aunque luego se desdijo. También un chacarero de la zona fue clave en la historia: pasó por el lugar minutos después para pastar a su ganado, él ayudó a armar la escena de la tragedia, en el mismo lugar de los hechos”.
Cecilia Fiel también intenta averiguar qué saben los habitantes de Margarita Belén sobre la masacre y las respuestas son de total desconocimiento de lo ocurrido. “Creo que hay un factor cultural, de idiosincrasia, pero también el hecho de que para ellos Margarita significa muchas otras cosas, como ser una de las primeras cooperativas agrarias del país de la cual muchos de los habitantes eran sus empleados”, dijo.
El 16 de mayo de 2011 en los tribunales chaqueños comenzó el juicio por la masacre de Margarita Belén. En esos momentos muchos se enteraron lo que había ocurrido 35 años atrás. “Cuando comenzaron los juicios los seguí lo más que pude ya que me facilitaba mucho la investigación. Me hubiese sido imposible viajar por todo el noreste, por una cuestión de costos. Todo ese proceso lo hice sin la ayuda del INCAA. El juicio hizo que cambiara mucho la forma final que iba a tener el documental”, cuenta la directora del film que tendrá su estreno en salas comerciales a partir del segundo semestre de 2014.