Está acusado de inutilizar la bala que se extrajo del cuerpo de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero asesinado por una patota ferroviaria el 20 de octubre de 2010. Aseguró que hablaría frente al Tribunal en el final del debate oral.
“En media hora cumplo 76 años”, dijo Roberto Locles ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 16 esta mañana. El perito, acusado de inutilizar la bala que mató a Mariano Ferreyra, se limitó a confirmar sus datos personales frente a los jueces y se negó a prestar declaración indagatoria. Aseguró que hablaría frente al Tribunal al final del debate oral.
Cuando fue consultado sobre sus ingresos, Locles manifestó: “Nadie me llama para trabajar como perito desde que empezó todo esto”. Acostumbrado a pasearse por los canales de televisión para opinar de distintos casos policiales, esta vez Locles tuvo que comparecer ante la Justicia.
En la primera jornada de juicio, que comenzó a las 9.30, se presentaron seis testigos que fueron interrogados por el Tribunal y las partes. El propósito de esta audiencia era reconstruir la junta de peritos del 22 de febrero de 2011 en la que el Licenciado en Criminalística golpeó sobre una mesa la bala que se extrajo del cuerpo del joven militante del PO asesinado por una patota ferroviaria en 2010. De acuerdo al expediente de su procesamiento, Locles golpeaba el proyectil mientras gritaba: "¿Ven que esto no se deforma?”. Según él su objetivo era demostrar que la bala había rebotado contra el piso antes de impactar en la víctima.
Al comienzo de la audiencia, la defensa de Locles, encabezada por Luis Grisoglia, pidió la nulidad de la acusación por "violación a las garantías constitucionales y la defensa en juicio". Según el abogado del perito, las dos actas labradas contra su defendido se hicieron de manera irregular. Los jueces Gustavo Ferrari, María Cristina Bértola e Inés Cantisani negaron el pedido de nulidad.
El primero en declarar fue el inspector de la Policía Federal Juan Leguiza, de la división Balística y a cargo de conducir la reunión de peritos solicitada por la jueza Wilma Lopez, que investigaba el crimen de Ferreyra. "Cuando ví cómo lo golpeaba no podía creerlo. Fue un momento bastante traumático", declaró el policía.
Leguiza fue quien le sacó la bala a Locles de las manos aquella tarde en la División Balística de la Policía Federal Argentina. "Cuando la soltó, ví que tenía un brillo que antes no tenía, dejamos constancia y él se retira sin firmar, lo llamaron por teléfono, salió afuera y cuando volvió dijo que se tenía que ir y pasaría a firmar al día siguiente", dijo el Subinspector.
Mientras hablaba el primer testigo, el polémico perito sacó de su valija un maniquí de madera. La atención de los presentes se desvió hacia Locles. El presidente del Tribunal le pidió que no hiciera ruido y le advirtió que era un “llamado de atención” para que se comporte.
-Silencio por favor. En este momento no tiene que sacar nada, Locles- expresó Ferrari.
El hombre guardó el muñeco y el debate continuó. Otro de los testigos, Martín Descalzo, policía de la Metropolitana dijo: “Cualquier persona se da cuenta que un proyectil de plomo desnudo se va a deformar si se hace esta operación”.
Los testigos coincidían en que la tarde de 2011 se sorprendieron sobremanera cuando Locles golpeó la bala. “Era la primera vez que sucedía algo así con una prueba de causa”, declaró el policía Matías Romero.
Además, el relato de las seis personas que declararon confluye en que había otros proyectiles para ser utilizados como pruebas testigos y que Locles sabía que la bala que manipuló era la extraída del cuerpo del joven Ferreyra.
"Después del incidente Locles se fue de la junta de peritos de manera rápida y abrupta. Se fue sin firmar", declaró uno de los policías que declararon esta mañana.
La querella que representa a la familia Ferreyra está encabezada por Maximiliano Medina y Federico Efrón del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En la sala, además de las partes, estaba la familia del joven asesinado en 2010. A Locles solo lo acompañaban sus abogados y asesores
El fiscal Fernando Fiszer, interinamente a cargo de la Fiscalía General ante los TOC N° 16, representa al Ministerio Público Fiscal en este juicio. Además de las personas que declararon hoy, se espera que presten testimonio 8 testigos más. El juicio continuará el miércoles con los alegatos de las partes.
Locles llega a juicio oral por la infracción al artículo 255 del Código Penal. Este delito prevé penas de prisión que van de uno a cuatro años para quien sustrajere, alterare, ocultare, destruyere o inutilizare objetos destinados a servir de prueba.
El hombre había sido convocado como perito de parte balístico por la defensa del ferroviario-ahora absuelto- Guillermo Uño, picaboletos de la Línea Roca.
Los golpes de Locles habían producido en la bala: “leves aplastamientos en la parte de su ojiva y el cuerpo, más específicamente, donde se hallaban las deformaciones lineales y paralelas que presentaba el proyectil”.
En 2012 la Cámara del Crimen procesó a Locles por inutilizar el proyectil. “Nunca tuve intención de hacerlo. Estaba muy nervioso. Con un ataque de presión, pero aclaro que por más que lo hubiese golpeado con toda la fuerza, el proyectil por su dureza no lo hubiese deformado”, argumentó en su descargo Locles ante el Tribunal que lo procesó.