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Infojus Noticias

3-6-2015|22:10|#NiUnaMenos Nacionales
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Masiva marcha #NiUnaMenos: "Ya no estamos solas”

Crónica de una marcha multitudinaria que se repitió en más de 100 puntos del país. Las historias que impulsaron a varones y mujeres de todas las edades a manifestarse contra la violencia machista. "Todos estamos de acuerdo en que esto tiene que parar".

  • Télam , Infojus Noticias
Por: Ana Fornaro

Cuando a las seis y media de la tarde se dio por terminado el acto en la Plaza de los Dos Congresos, y las doscientas mil personas que acompañaron la convocatoria de #Niunamenos hacían fuerza para abrirse paso y volver a sus casas, otros cientos marchaban con carteles en dirección contraria: todavía no habían podido llegar al Congreso. “¿Cómo, ya terminó?”, preguntaban. Las respuestas no los amedrentaban. “Esto recién empieza”, se alentaban entre empujones o decidían cambiar el rumbo hasta Tribunales. Allí otra plaza repleta recibió a varias columnas de agrupaciones políticas, de derechos humanos y de organizaciones no gubernamentales, además de ciudadanos y ciudadanas que fueron por las suyas a reclamarle al Poder Judicial medidas para combatir y erradicar la violencia machista.

La ansiedad era mucha, y si bien la convocatoria para decir basta a los femicidios estaba pautada para las cinco de la tarde, desde las 15hs la plaza frente al Congreso de la Nación estuvo llena de mujeres, varones, familias enteras y grupos de adolescentes. Respondieron a una convocatoria que empezó en las redes y luego se extendió a las agrupaciones feministas y a sectores políticos. Los puestos de comidas se alternaban con los que vendían remeras, pines y banderas con la frase #Niunamenos, palabras que se repetirían a coro, como oleadas, a lo largo de toda la tarde.

El escenario estaba en medio de la plaza y de espaldas al Congreso. Las sillas, protegidas por una valla, recibieron a los familiares de las víctimas de femicidios y a las sobrevivientes que acompañaron la movilización. Antes de que empezara el acto, a pocos metros de ahí, apoyados a un móvil de un canal de televisión y con la cúpula del Congreso de fondo, un grupo de estudiantes se repartía los carteles que habían traído desde Morón. “No queremos más un mundo machista”, decía Julián, de 16 años. Él y los compañeros de secundario sintieron que tenían que “hacer algo”. “Nosotros vemos día a día, en el colegio y en el barrio, el trato que se les da a las mujeres. Y no siempre es fácil enfrentarte a eso”, dijo Mariana, una de sus compañeras, a Infojus Noticias. “Algunos militamos en organizaciones políticas y otros no, pero todos estamos de acuerdo con que esto tiene que parar. Estar acá para nosotros es importante. Hasta les dijimos a nuestros padres que vinieran”.  

Muy cerca de ellos, dos mujeres empujaban los carritos con sus bebés, y agarraban fuerte de las manos a varios nenes. Habían viajado desde Ezpeleta, Quilmes, donde viven en una pensión. Hoy son amas de casa pero antes trabajaron en talleres textiles y como empleadas domésticas. Mariela tiene 34 años y se le nota el orgullo de haber venido: “Trajimos a los nenes, que son todos varones, porque les queremos enseñar desde chicos que hay que luchar por las mujeres. Para nosotras, hace años  era impensable estar en algo así. Hasta hace un tiempo era común ver a una mujer con el ojo verde, o presenciar cómo una pareja le pegaba a una amiga”, dijo.  Francisca la interrumpió: “Yo viví años con un golpeador. Ellos – y señaló a sus hijos- tuvieron que presenciarlo. Lo más difícil es salir de ahí. Lo que la gente no entiende es lo difícil que para las mujeres encontrar un refugio, que en la comisaría te presten atención. A mí me trataron de loca. Nosotras le reclamamos a la Justicia. Esto tiene que seguir cambiando. Y quiero que mis hijos sepan que su madre formó parte de ese cambio”, sentenció.

Desde los parlantes del escenario sonaba “Lo que sangra (La cúpula)” de Soda Stéreo y los grupos, como pequeñas islas heterogéneas, se fueron fundiendo en la plaza. Estudiantes universitarios, señoras con sus nietos, parejas de clase media y muchísimas familias de clases populares se hicieron preguntas entre sí, opinaron, se contaron los porqués y los cómo llegaron allí. “Esto es muy intenso. Nunca había visto tanto diversidad de gente en una marcha. Y mirá que tengo marchas encima”, dijo a Infojus Noticias Blanca, de 72 años. “Si no, mirá a esas nenas”.

“Esas nenas”: un grupo de adolescentes de 13 y 14 años, todas la misma remera con la foto de Lola Chomnalez, la adolescente asesinada en enero en Uruguay. Para la mayoría de las compañeras de colegio de Lola, era su primera movilización popular y estaban ahí junto a sus padres. “No podíamos no venir”, dijo Muriel. “A nosotras lo que le pasó a Lola nos marcó para siempre, pero no estamos solo por eso. Porque todas sufrimos el machismo todos los días”.

- Desde que salimos de nuestras casas y nos gritan cosas por la calle. Para muchos varones son “piropos”, pero nosotras nos sentimos mal- dijo Milagros, de 14 años.

- O cuando en el colegio vemos como le dicen “puta” a alguna compañera porque se viste de tal o cual manera- agregó Muriel.

- O cuando un profesor me dijo que mejor no fuera periodista deportiva porque eso no era para las mujeres. ¡Me dio una rabia!- se quejó Hueilén.

Una de las madres que las acompañaba, abrazaba a su hija y repetía: “Vamos a llorar a Lola toda la vida. Y no nos vamos a quedar cruzadas de brazos. Esto es un problema de la sociedad . No sólo del Gobierno o de la Justicia o de lo que sea.”

Apartadas del escenario, un grupo de chicas envueltas en bolsas de basura, permanecía dentro de un círculo. La ronda estaba delimitada con una cinta de nylon como las que usa la policía para aislar la escena de un crimen. Cada una de las chicas llevaba un cartel alusivo a la violencia de género. Cada una de ellas podría ser un cadáver en una bolsa. Pero hoy están vivas y dicen lo que las víctimas de femicidio no pudieron decir.

“El patriarcado está en todos lados, metido en la piel”

En algún momento, un chico pidió perdón. Acompañado por un amigo, estaba parado en la mitad de la plaza con una hoja de papel pegada al pecho con la palabra “perdón” impresa en mayúsculas. Su miniperformance fue un éxito. Muchas personas se tomaron fotos con él y algunos varones se acercaron diciendo “yo también”. Marcos, 22 años, vino con su cartelito desde Almirante Brown. Contó que empezó a tomar conciencia real del lugar de las mujeres en la sociedad a partir de los 18 años, a partir de lecturas pero sobre todo gracias a canciones, como las de la banda española “Ska-P”.  “Es fácil darse cuenta de la violencia, decir que está mal. Lo que no es fácil, y más como varón, es desnaturalizar el machismo. Porque el patriarcado está en todos lados. Lo tenemos metido en la piel. Cuando era chico era normal ver que mi padre le dijera algo a una mina por la calle. Después, eso me empezó a dar asco. Y eso viene con los medios de comunicación. Con tipos como Tinelli, como Del Sel”.

- ¿Y por qué pedís perdón?

-Pido perdón por toda esa manga de pelotudos. Porque ellos no lo van a pedir nunca.

Cuando en el escenario empezaron los preparativos para la lectura de adhesiones y y del comunicado que redactaron desde la organización, algunos se abalanzaron para conseguir un lugar privilegiado. Mientras, por Rivadavia seguían avanzando las columnas de agrupaciones políticas y sociales que después encararon hacia Tribunales.  Entre ellos, el colectivo Justicia Legítima encabezados por la jueza María Laura Garrigós de Rébori. Alicia Ruiz, jueza del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, dijo a Infojus Noticias:  “Estamos acá por la misma razón que están las otras mujeres, como mujeres. Pero también porque formamos parte de un Poder Judicial que queremos que se transforme en muchos sentidos, entre otros democratizando. Esto es una batalla cultural. Y como batalla cultural es compleja y se tiene que dar en distintos ámbitos. Vamos a marchar hasta Tribunales, que es un lugar más familiar para nosotros”.

En el momento en que Erica Rivas, Juan Minujín y Maitena le pusieron su voz al documento que expresó reclamos puntuales, ya era imposible moverse.  "Es importante lo que dice el documento pero lo más importante es lo que está pasando acá, con la gente en la calle", dijo Rivas. Florencia de la V también estuvo presente: "Me impresiona la cantidad de gente que hay, la cantidad de hombres, está bueno porque es una convocatoria para todos. Creo que es un día bisagra y que a partir de hoy se va a generar un cambio".

"Hace mucho que tendríamos que haber gritado Ni Una Menos", decía la mamá de Wanda Taddei, una de las tantas familiares de víctimas que estuvieron ahí. Y a unos metros de ahí, Susana Trimarco repetía: "Esto no termina con el cartelito, es de todos los días".  

 
En medio del tumulto, de empujones para salir de la plaza, de niños que ya estaban hartos y de cánticos que invitaban a seguir hasta Tribunales, una mujer apoyada en un auto miraba la escena llorando. Víctima de violencia durante diez años, hace casi treinta, las palabras que se dijeron desde el escenario- y ver a tanta gente apoyando- la devolvieron a ese momento. “Yo viví eso, ¿entendés? Yo fui ésa a la que la fajaban y después le decían “mi amor perdóname, es la última vez”. Y yo volvía. Al final pude salir, pero salí sola. Ojalá que ninguna mujer más tenga que pasar por esto. Sé que parece una estupidez, o una utopía. Pero ver a tanta gente acá me hace sentir que no estamos más solas”. 
 
MEL
 

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