Berardi tenía 16 años y fue secuestrado y asesinado en 2010. Fueron condenados once imputados. Hoy el tribunal dio a conocer los fundamentos de la sentencia. Fue importante el testimonio de la novia de uno de los acusados. Contó que capturaron al chico por "cheto”.
Los jueces Elbio Osores Soler, Lidia Soto y Germán Castelli, del Tribunal Oral Federal N°3 de San Martín, dieron a conocer hoy los fundamentos del caso por el crimen de Matías Berardi. Coincidieron en la responsabilidad de cada uno de los condenados y afirmaron que la menor que estuvo imputada en el juicio era inocente. La sentencia fue el 19 de abril y de los once imputados, cinco recibieron prisión perpetua. El resto tuvo condenas que fueron de 18 a 24 años de prisión por el delito de secuestro extorsivo agravado por el empleo de arma de fuego, por haberse cometido en perjuicio de un menor de dieciocho años.
Berardi tenía 16 años cuando fue asesinado, en 2010, luego de escapar de un galpón de la familia Souto–Moyano donde lo tenían secuestrado, en la localidad de Ingeniero Maschwitz.
En las 430 páginas de fundamentos, los jueces hicieron un recorrido por las declaraciones de los testigos y los alegatos de la querella. Uno de los testimonios “sumamente valioso” por los jueces fue el de Andrea Celeste Soverón Quintana, que era menor de edad en 2010 y pareja del condenado Gonzalo Álvarez, de 34 años. Pese a las amenazas que recibió, declaró en Cámara Gesell detalles del secuestro y la ejecución de Matías que le contó su ex novio. La adolescente relató que el día que secuestraron a Berardi, el 28 de septiembre de 2010, en realidad iban a robar una casa y como se les "pinchó ese trabajo", lo capturaron a Matías: “Lo agarraron por cheto” (sic), afirmó, en referencia a la ropa que vestía.
La chica afirmó que del secuestro participaron Raúl Figueroa, de 27 años, Néstor Facundo Maidana, de 25, Federico Maidana, de 30, Damián Sack, de 26 y Álvarez. Quintana dijo que pudo leer un mensaje en el teléfono celular que decía: “Tenemos al chancho de América” (sic). Eso significaba que habían secuestrado a una persona.
Los jueces afirmaron que tras analizar las llamadas entrantes y salientes de los celulares de los imputados "se advierte la gran cantidad de comunicaciones mantenidas al momento de producirse la captura de Matías y con posterioridad a ese hecho".
En relación a las pruebas respecto de la captura, se tuvo en cuenta la declaración de la madre de Matías y las llamadas extorsivas, que en total fueron ocho. La última fue la posterior a su escape, con intervención policial. Las llamadas fueron realizadas desde el celular de Matías al celular de su madre. Todas tienen congruencia geográfica con el lugar de los hechos.
El fallo destacó que "ninguna duda existe respecto de que Néstor Facundo Maidana fue quien se encargó de realizar las llamadas extorsivas" a la familia de Matías, ya que otra víctima de secuestro de la misma banda, Augusto Castillo, reconoció su voz.
Sobre el lugar de cautiverio, se dio por acreditado que Berardi fue llevado a la casa del herrero uruguayo Richard Fabián Souto, de 46 años, y que su esposa, Ana Cristina Moyano, de 41, su hermana, Celeste Moyano, de 29 y la hija del matrimonio, Jennifer Souto Moyano, de 21, ayudaron a retenerlo y cuidarlo junto con el grupo que lo capturó y con otro joven, Elías Vivas, de 18 años.
Los imputados no hicieron declaraciones en el juicio por estrategia de la defensa. Sólo declararon en la etapa de instrucción.
Los jueces descartaron que la otra hija de 17 años de Souto, Alexa Moyano, haya sido "vigiladora" o "cuidadora" de Matías, tal como afirmaron los abogados de la familia de Berardi y la fiscalía durante el juicio. Dijeron que no estuvo en la casa cuando Berardi se escapó y luego fue asesinado por ese motivo. Recordaron que apenas ocurrió esto, cerca de las 19.30, Ana y Jennifer empezaron a gritar a los vecinos del barrio que Matías era un ladrón para que nadie lo ayudara. Eso es lo que efectivamente ocurrió.
Por entonces, la chica de 16 años cursaba cuarto año, era abanderada y los directivos, profesores y preceptores que declararon destacaron su "muy buen comportamiento", incluso con sus compañeros. Pero una prueba fue determinante para los jueces: la chica iba a la escuela de 17 a 22 horas. Según el libro de asistencias, el 28 de septiembre estuvo presente y no se retiró antes.
Richard Souto, Néstor Maidana, Sack, Álvarez y Figueroa fueron condenados a prisión perpetua. Ana Cristina Moyano recibió 24 años; Federico Maidana, 21 años; Celeste Moyano, 19 años; Vivas, 18 años; y Jennifer Souto, 17 años. Respecto de quien mató a Matías, uno de los jueces dijo que el disparo mortal fue realizado por Néstor Maidana porque la prueba del dermotest detectó pólvora en su mano.
La banda pidió un rescate de 30.000 pesos y trasladó al chico al taller de Souto, donde lo tuvo atado y vendado en un baño. Tras pasar 14 horas cautivo, Matías logró escapar y comenzó a pedir ayuda entre los vecinos a quienes les decía que lo tenían secuestrado, pero no logró que nadie lo ayudara, ni refugiara. Tras ser recapturado, fue trasladado a un descampado en Campana, donde los asesinos lo mataron de dos disparos.
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