La Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, ubicada en el Espacio Memoria (ex ESMA), luce diferente. El dibujante Ricardo Siri, más conocido como "Liniers", pintó un mural que dice: “No nos van a vendar nunca más”. Estuvo Estela de Carlotto.
Ricardo Siri, más conocido como Liniers, invitó a Estela de Carlotto a tomar un pincel. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dibujó un lunar rojo y luego el artista firmó la obra. Así quedó terminado un mural que desde ayer adorna una de las paredes de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, ubicada en el Espacio Memoria (ex ESMA). “Este es un lugar que tiene una historia tan oscura pero que de a poco se fue iluminando. Me da mucha felicidad venir a poner un poco de arte”, dijo Liniers a Infojus Noticias.
Las paredes de la sala “La lucha las hizo Abuelas” están vestidas con imágenes en blanco y negro de las protestas y de un sólo pedido desesperado: “¿Dónde están nuestros nietos?”. El mural de Liniers empieza por cuadros de distintos personajes “tabicados”, con los ojos vendados, y una mujer que tiene cara de sorpresa al sacarse la venda. Su mensaje es “No nos van a vendar nunca más”. Y al lado, el abrazo contenido de años de una abuela y su nieto recuperado iluminan la sala. Para el artista, significa esa bisagra entre la búsqueda y el sufrimiento, y la luz del reencuentro. “Tiene una especie de narración de arriba para abajo, se puede leer como la historia de lo que pasó”, explicó. “Alegrás esta pared con tu trabajo, gracias porque nos llenás de luz y de arte”, le dijo Carlotto a Liniers ante el público.
Había más chicos que adultos en la sala. Una nena de cuatro o cinco años agarró el celular de su papá para sacarle una foto al mural. Un padre extendió los brazos a su hijo imitando el cuadro: “Ese abrazo es el de la abuela que se reencuentra con su nieto”. Una improvisada hilera de guardapolvos y uniformes se fue armando delante del artista para que les dedicara uno de sus personajes de Macanudo.
Liniers estaba salpicado de pintura de pies a cabeza. Para disimular las manchas de su remera blanca, se puso un chaleco de vestir para firmar los libros de chicos y grandes. Mauricio, de 11 años, vino con su hermano Bruno y su mamá. Llegó con sus libros preparados para ser autografiados. Hizo un dibujo con birome azul en una hoja y se lo llevó a Liniers. “Para vos”, le dijo. “¡Muy bueno! ¿Es un personaje tuyo?”, le preguntó el dibujante. Mauricio volvió contento a su silla. “Con la presencia de los jóvenes y los niños santificamos este lugar que tiene que ser de lucha pero también de amor. A los chicos no les puede esperar el miedo, y este cuadro está lleno de vida y de color. Se nota que lo hizo una persona maravillosa, te agradezco muchísimo y te doy el abrazo contenido de años a vos también”, dijo la titular de Abuelas.
Este mural es el primero que realiza el artista plástico para la organización. Sin embargo, no es la primera vez que pinta para ellas. En el 2014, participó de la muestra TwitteRelatos por la Identidad III con un grupo de artistas y actuó junto a Kevin Johansen + The Nada en el Teatro Argentino de La Plata, por el aniversario de los 37 años de Abuelas, que coincidió con el cumpleaños de Carlotto. “Si me invitan a hacer otro mural, estaría feliz de la vida. Cuando era chico, me gustaba pintar las paredes pero me retaban: acá te dejan hacer vandalismo con permiso”.