La convocatoria de la campaña circuló por las redes sociales. “A despatriarcar. Mujeres contra la opresión”, firmaban la invitación. "Sin clientes no hay trata”, “Se trata de todas". Estos fueron algunos de los mensajes que se leían en los folletos que aparecieron pegados por la calle Corrientes esta semana.
La estampa es conocida: los folletos de la oferta sexual empapelan semáforos, paradas de colectivos, volquetes de basura y teléfonos públicos en el microcentro porteño y otros puntos urbanos. Un grupo de mujeres se juntó esta semana en el Obelisco e intervinieron los mismos lugares donde se pegan los volantes, con folletos similares pero con otro objetivo: denunciar la trata.
“Sin clientes no hay trata”, “Se trata de todas”, “Puede ser tu hija, tu esposa o tu hija”. Estos fueron algunos de los mensajes que se leían en los folletos que aparecieron pegados por la calle Corrientes el viernes a la mañana.
La convocatoria para formar parte de esta campaña circuló por las redes sociales. “Las invitamos a recorrer el centro porteño reemplazando los papelitos con oferta sexual con mensajes contra la trata”, decía el evento. “A despatriarcar. Mujeres contra la opresión”, firmaban la invitación y los volantes que tienen un diseño similar a los que promocionan “departamentos privados” y prostíbulos.
En la Ciudad de Buenos Aires está prohibido por ley desde hace dos años pegar o entregar volantes de la oferta sexual. Sin embargo, en este tiempo solo surgieron iniciativas de ONGS para despegar estos folletos. No hay datos públicos de sanciones y decomisos a quienes los distribuyen.
Cuando alguien despega uno de estos volantes, siempre hay una persona que viene detrás y pega muchos otros. El circuito es aceitado. Los llamados “volanteros” o “tarjeteros” son el eslabón más bajo de la cadena de trata y explotación sexual. Trabajan día, tarde y noche. Cumplen roles fundamentales en la organización: son quienes contactan a los “clientes” y, además, conocen la dinámica de “la calle”.