Se investiga cómo comenzó el fuego. La tragedia se produjo a 9 años del incendio del taller de Luis Viale 1269, en Caballito. Esa causa no tiene procesados y está al borde de la prescripción. Hoy a las 20 se hará una asamblea con los vecinos, en Morón 2453, en el barrio porteño de Flores.
El fuego y el humo fueron más rápidos que los dos nenes. Los alcanzó en el sótano, donde estaban durmiendo. Tenían 7 y 10 años y murieron carbonizados. El fuego había comenzado cerca de las 10.30, en la planta baja de una vieja casona ubicada en Páez 2796, en el barrio porteño de Flores. Allí funcionaba un taller de costura textil en el que vivían con su familia: Amparo Menchaca, de 41 años, y Julián Rojas, de 45, que fueron atendidos en el Hospital Álvarez. “Llegaron con un cuadro de asfixia y ella tenía quemaduras superficiales”, dijo a Infojus Noticias una de las médicas que los atendió.
Los policías de la comisaría 50 llegaron esta mañana al lugar por el llamado al 911 de un vecino que avisó del incendio. El primer agente que llegó no entró, el segundo debió ser auxiliado por asfixia. Los acompañaban el SAME y los bomberos. Las tareas de rescate fueron más complicadas porque la puerta de entrada estaba semi tapiada y dentro del viejo edificio se produjo un derrumbe.
Los vecinos del lugar dicen que allí funcionaba un “taller clandestino” de costura. Las máquinas y los rollos de telas que se ven desde la entrada confirman la actividad textil. Menchaca y Rojas, que sobrevivieron al fuego que mató a los dos chicos, manifestaron en su declaración policial que estaban trabajando por su propia voluntad y que vivían con los dos niños: uno era hijo de crianza y el otro era sobrino. Todos habían llegado desde Bolivia.
“Vemos todo el tiempo camiones subiendo y bajando telas. Hoy murieron dos criaturas inocentes por el hacinamiento en el que tienen que vivir los que allí trabajan”, dijo una mujer que vive en la cuadra donde funcionaba el taller pero que prefirió preservar su identidad.
Desde la Agencia Gubernamental de Control (AGC), el organismo que habilita y fiscaliza los locales comerciales de la Ciudad de Buenos Aires, dijeron que no tenían registro de habilitación ni denuncias sobre la dirección donde ocurrió el incendio.
La causa por la muerte de los dos nenes tramita en la fiscalía de instrucción 22, a cargo de José Cubría. La carátula es “incendio seguido de muerte”. Los funcionarios judiciales trabajan para develar cuáles fueron las causas del origen del incendio.
Este mediodía, el legislador Gustavo Vera se acercó al lugar. Según el referente de la Fundación Alameda, este organismo denunció el año pasado en sede judicial la existencia del taller de la calle Páez y de otros dos más en la misma cuadra. “Están conectados entre sí”, dijo el diputado por Bien Común.
Por su parte, Juan Vázquez, de la organización Simbiosis cultural, dijo que esta noche se hará una asamblea con los vecinos del barrio. “Esto pasa a 9 años de Luis Viale. En Villa Celina encontraron hace una semana a una nena atada a una maquina" dijo a Infojus Noticias. El encuentro será a las 20 en Morón 2453 (entre Artigas y Fray Cayetano), en Flores.
El incendio de la calle Viale
Este mediodía en la vereda de la calle Páez los vecinos curiosos que se acercaban al vallado recordaban otro incendio en un taller textil hace 9 años en Caballito: el de Luis Viale 1269. La investigación judicial por este incendio no tiene a ninguno de los responsables procesados y la causa está al borde de la prescripción.
El 30 de marzo de 2006, en un edificio de dos plantas habilitado como taller de costura el fuego mató a cinco niños y una mujer embarazada. Juana Vilca Quispe, de 25 años; Elías Carbajal Quispe, de 10; Rodrigo Quispe Carbajal, de 4; Harry Rodríguez Palma, de 3; Wilfredo Quispe Mendoza, de 15, y Luis Quispe, de 4 años. Todos eran de Cantón Ocaña, Bolivia. Luis Sillerico, el encargado del taller, los había traído desde allí.
El lugar estaba habilitado para cinco máquinas de coser y cinco trabajadores, pero había 40 máquinas y 40 trabajadores. La ropa que se encontró en el lugar era de marcas que se vendían la zona comercial de Avenida Avellaneda, epicentro del comercio textil.
MFA/PW