La abogada querellante de HIJOS, Ana “Pipi” Oberlin, alegó hoy en la megacausa La Perla por la desaparición de sus tíos Héctor Oberlín y Ángel Baudracco. Los secuestraron el 7 de enero y el operativo se llamó “La noche de los Moncholos”, una especie de bagre con el que las fuerzas armadas de Córdoba denominaban a los miembros de Montoneros.
La última reunión de los ocho hermanos Oberlin fue en la noche de Reyes de 1976 en Córdoba. Los anfitriones fueron Héctor Guillermo Oberlin y Ángel Santiago Baudracco, casado con Inés Oberlin. Ambas familias ocupaban dos casas contiguas en barrio Comercial, donde militaban. “Esa noche yo estaba en la panza de mi mamá”, dijo hoy la abogada Ana “Pipi” Oberlin, querellante de HIJOS en el juicio La Perla. Sus padres, René Oberlin y Ana Berraute, volvieron a Buenos Aires en la mañana del 7 de enero. Esa misma noche fueron secuestrados en diferentes operativos más de treinta militantes montoneros y de la Juventud Peronista de Córdoba. Se conoció como “La noche de los moncholos”, una especie de bagre con el que las fuerzas armadas denominaban a los miembros de Montoneros.
Los hombres que encabezaron el operativo se identificaron como del Comando Libertadores de América, la Triple A cordobesa, y el ex capitán Héctor Vergez lo reivindicó en su libro “Yo fui Vargas”. Hoy, en la audiencia 274 del juicio La Perla, la abogada alegó por el secuestro y la desaparición de sus tíos Héctor y Ángel, desaparecidos esa noche. “Entre otras cosas, preguntaban por mis padres”, contó Ana a Infojus Noticias.
“Nadie va a devolver todas las ausencias que hay en mi familia, pero una sentencia condenatoria puede ayudar a reparar algo de la búsqueda de casi cuarenta años. Y seguro hará que creamos un poco más en las instituciones”, dijo Ana ante el Tribunal Oral Federal N°1 de Córdoba. Su padre, René, fue asesinado el 6 de septiembre de 1977, en Burzaco, en la provincia de Buenos Aires.
Ana integra desde sus inicios HIJOS. Como abogada también de Abuelas de Plaza de Mayo y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación participó en diversos juicios por delitos de lesa humanidad. Hoy trabaja, además, en causas ligadas a la violencia institucional y la violencia de género.
Dos militantes sociales
El equipo de legales de HIJOS comenzó sus alegatos la semana pasada. Representa a 90 de las 700 víctimas que tiene el juicio La Perla, iniciado en diciembre de 2012 en el Tribunal Oral Federal N°1 de Córdoba. Oberlin alegó en la causa “Vergez”, una de las que investiga los crímenes cometidos por el Comando Libertadores de América, una fuerza clandestina que contenía a militares y policías del D2, previo al 24 de marzo de 1976. En la audiencia, sentado junto a la abogada, estuvo Mariano Oberlin, hijo de Héctor. Mariano es, desde hace once años, el sacerdote de la parroquia Crucifixión del Señor, de barrio Müller, al oeste de Córdoba, dónde lleva una activo trabajo social con jóvenes.
“Héctor y Ángel eran dos militantes sociales. Ellos habían decidido irse a vivir a barrio Comercial, en una zona muy humilde, dónde militaban junto al cura Vasco”, recordó la abogada. Como referentes gremiales en la Municipalidad de Córdoba, sus nombres figuraban, además, en una lista anónima que el Comando Libertadores de América difundió días antes. “Les recomendaban que dejaran el país”, dijo la abogada.
Según declaró Héctor Horacio Pez, que esperaba un hijo con Graciela Oberlín, la noche de la reunión de Reyes Magos, ese “panfleto” fue tema de conversación. Pez también fue testigo del secuestro. “Unos tipos con pistolas y borcegos entraron a los golpes, mi mujer empezó a gritar. Uno de ellos vio que estaba embarazada y dijo: ‘Sácame ésta loca de acá o le pegó un tiro en la panza’”, relató, según el Diario del Juicio, de HIJOS.
“En este caso tenemos mucha prueba testimonial, pero también muchos documentos. Mis tíos fueron secuestrados durante un operativo que se conoció como ‘La noche de los moncholos’ y eso fue reconocido por uno de los imputados”, dijo en su alegato Oberlín.
Vergez, el principal acusado
En esta causa el principal imputado es el ex capitán del Ejército Héctor Pedro Vergez. Una de las principales pruebas que lo complican es propio libro, “Yo fui Vargas: en antirerrorismo por dentro”. Durante la audiencia, Vergez tuvo que escuchar otra vez las frases escritas por él mismo cuando estaba amparado por un indulto, pero ahora citados durante un alegato.
Oberlin y Baudracco fueron secuestrados en lo que se conoció como “La noche de los Moncholos”, una amplísima redada donde fueron detenidos más de 30 militantes montoneros y de la Juventud Peronista que se ejecutó entre el 7 y el 8 de enero de 1976, por el Comando Libertadores de América, una fuerza clandestina integrada por militares y policías del D2. Vergez era uno de sus líderes. “Moncholos era, en la jerga policial cordobesa, el mote genérico para designar peyorativamente a los guerrilleros montoneros”, explicó Vergez en un pasaje de su libro.
En el escrito el militar detalla el operativo y confiesa que las detenciones no fueron comunicadas a los jueces federales, tal como indicaba el procedimiento: “La información, depurada e integrada en un cuadro de situación, me posibilitó planear una importante operación entre octubre de 1975 y enero de 1976. Apenas celebrados los festejos de Reyes, el 7 y el 8 de enero ejecutamos la fulmínea operación. Mediante allanamientos cronométricamente calculados, en cuarenta y ocho horas detuvimos a cuarenta y ocho delincuentes terroristas, prácticamente, como promedio, un subversivo montonero por hora”, escribió.
Por esos días, los detenidos eran alojados en el centro clandestino Campo La Ribera, que comenzó a funcionar en diciembre de 1975 en barrio Müller, dónde ahora es párroco mariano Oberlín. “En febrero de 1976 comenzaron a correr rumores de que había detenidos, y los vecinos de la zona organizaron una marcha. Así que la orden del Tercer Cuerpo de Ejército fue asesinar a esos detenidos”, dijo Oberlin.
WC/RA