La modelo Zahina Rojas se sentó ante el juez federal Norbeto Oyarbide y negó ser una de las dealers de una banda que vendía cocaína y drogas sintéticas en exclusivos restós de las Cañitas, y repartía deliverys a distinguidos clientes. “Yo no vendía drogas”, dijo la modelo en la escalinata de Comodoro Py, cuando los periodistas que montaban guardia la abordaron.
Rojas había sido la punta del ovillo hace seis meses, cuando los federales detectaron movimientos sospechosos y le intervinieron el teléfono. Comenzaron un trabajo de inteligencia que terminó el martes con diez detenidos en quince allanamientos sincronizados en los que se secuestraron 8 kilos de cocaína, elementos de corte, balanzas de precisión y dos armas. Su abogado, Pablo Scortazo, corroboró que lo que vinculaba la modelo al expediente “son escuchas telefónicas, que ella ya aclaró”.
A Zahina la detuvieron –junto a otras nueves personas- en su casa, mientras dormía- A ella no le encontraron drogas y quedó libre desde la comisaría. Eso no significa que su responsabilidad haya sido descartada. “Todos los que no tenían drogas en la casa fueron liberados, más allá de que se los siga investigando”, confió una fuente de la causa a Infojus Noticias.
“No quiero hablar mucho. Estoy bien, muy tranquila, estoy en libertad y la causa sigue", dijo la modelo después de declarar en Comodoro Py. Fustigó a la prensa porque “dijeron un montón de cosas”, y negó haber vendido drogas.
El propio secretario de Seguridad, Sergio Berni, había hablado sobre su rol específico en el negocio: “Ella vendía en restoranes caros donde se cena y luego hay baile”.
“Las investigaciones tienen fundamento; el juez ordenó un allanamiento. Ella fue indagada y está en libertad. Los cargos se van a fijar cuando el juzgado emita el procesamiento”, explicó su abogado defensor, Scotazo. Pero no quiso dar detalles: “no voy a hablar por una estrategia de defensa. No voy a hablar sobre si es consumidora de droga”, se excusó.