Claudio, María Clara, María Claudia, Francisco, Daniel y Horacio: a ellos y a muchos otros fueron a buscar el 16 de septiembre de 1976, cuando el general Ramón Camps decidió terminar con “el accionar subversivo en las escuelas”.
Unos empezaron a militar después de la Masacre de Trelew. Otros se sumaron cuando murió Juan Domingo Perón. Algunos provenían de familias muy politizadas y otros se politizaron al calor de la coyuntura. Tenían en común dos cosas: eran estudiantes secundarios y abrazaban ideas políticas de cambio. A ellos fueron a buscar el 16 de septiembre de 1976 cuando el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y el general Ramón Camps implementaron la decisión de terminar con “el accionar subversivo en las escuelas”.
La operación represiva, que concentró una decena de secuestros, se conoció como “La Noche de los Lápices", pero hubo otras antes y otras después. Los estudiantes secundarios eran, como lo eran los obreros o los universitarios, parte del blanco definido por la dictadura cívico-militar: el objetivo era desarticular cualquier tipo de organización que se opusiera al modelo económico que se empezaba a implantar. Y los secundarios platenses venían de pelear por un boleto estudiantil que facilitara el acceso a la educación.
Claudio de Acha
Era tímido y gran lector. Se crió en un hogar de trabajadores con ideas de izquierda y con la llegada del camporismo se incorporó a la vida política: participó de la toma del Colegio Nacional de La Plata y se sumó a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) después de la muerte de Juan Domingo Perón, el 1 de julio de 1974. Tenía 17 años cuando lo secuestraron.
María Clara Ciocchini
Tenía una formación católica de dónde había tomado el servicio por el otro: fue alumna de colegios católicos y scout en una parroquia de barrio. Su militancia comenzó en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de Bahía Blanca. A fines de 1975 se mudó a La Plata e ingresó en el Bachillerato de Bellas Artes, donde conoció a María Claudia Falcone. Era oficial de Montoneros y tenía 18 años cuando la secuestraron.
María Claudia Falcone
Provenía de una familia politizada y peronista. Era hija del ex intendente de La Plata Ademar Falcone. Casi al mismo tiempo que empezó a estudiar en el Bachillerato de Bellas Artes empezó a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Dio apoyo escolar e hizo asistencia sanitaria en barrios pobres en La Plata y participó de los reclamos por el boleto estudiantil. Tenía 16 años cuando la secuestraron.
Francisco López Muntaner
Militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en el Bachillerato de Bellas Artes y dio apoyo escolar junto a María Claudia Falcone. El padre de “Panchito”, un trabajador petrolero, había caído preso durante el Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado), que aplicó Arturo Frondizi para reprimir la protesta social. Tenía 16 años cuando lo secuestraron.
Daniel A. Racero
"Encontré una trinchera para luchar por una causa justa", escribió cuando ingresó a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Era estudiantes del Normal 3 de La Plata e hijo de un suboficial naval peronista. Lo secuestraron a los 18 años de la casa de Horacio Ungaro.
Horacio Ungaro
Provenía de una familia comunista pero en 1974 se sumó a la Unión de Estudiantes Secundariios (UES). Militaba en el Colegio Normal 3 y hacía tareas de apoyo escolar en los barrios pobres platenses. Tenía 17 años cuando fue secuestrado.