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“Aplicamos la Ley de defensa al consumidor” dijo a Infojus Noticias Alejandra Tévez, jueza de la Sala que dictó una sentencia por la cual un Banco deberá indemnizar a una clienta por la salidera bancaria de la que fue víctima.

Sandra tenía que depositar en un banco el saldo del auto que había reservado, pero primero debía hacer una operación de cambio, porque tenía dólares y el depósito era en pesos. El 13 de febrero de 2008, llegó a una sucursal del banco HSBC de la localidad de Florida con 13.400 dólares en la cartera. Esperó su turno y fue atendida por una cajera que requirió que le exhibiera el dinero, pero minutos después la misma empleada le informó que no podía materializar la transacción porque no era clienta de esa entidad.

A Sandra la cuestión no le cerraba, por eso la gerente de la sucursal tuvo que ir para ratificárselo: debía trasladarse a otra sucursal donde sí figuraba como clienta.

Así lo hizo, y luego de estacionar su vehículo en compañía de un amigo fueron interceptados por dos personas en moto que estaban armadas. “Dame la del banco, dale, dale”, consta en el fallo que le dijeron los hombres. Sandra, por temor a que le hicieran algún daño, les entregó el sobre que contenía los dólares.

“Hizo la denuncia al banco y al gerente que le hizo exhibir el dinero frente a todos, ya que en ese momento todavía no había ocurrido el caso Píparo ni se había sancionado la ley que incorporó mamparas a las sucursales”, contó Tévez.

Finalmente, la Sala F de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial de Capital decidió, en un fallo que se conoció esta semana y que publica Infojus Noticias en esta nota,  condenar al HSBC a pagar 40.000 pesos más intereses a Sandra, por los daños materiales y psicológicos que sufrió a raíz del episodio.

Tévez, junto a los jueces Juan Manuel Ojea Quintana y Rafael Barreiro, concluyen en el fallo que “es indudable que los sufrimientos que experimentara excedieron el concepto de mera molestia o incomodidad, para tornarse en una situación en la cual vio frustradas sus legítimas expectativas como cliente bancaria”. Es desde esta perspectiva que verificadas “tanto la imposibilidad de realizar la operación de cambio como la sustracción del dinero –atribuible al banco en razón de la infracción al deber de seguridad-, debe tenerse por suficientemente acreditado el daño moral padecido”.