Diego Cuevas atropelló y mató a un adolescente e hirió a otros cinco durante una picada. El juez de Garantías de Morón consideró que no existió “el dolo de matar” y lo imputó por homicidio simple. El fiscal del caso apelará la decisión. Tras nueve días en prisión, el conductor recobró la libertad.
Diego Cuevas pasó 9 días en prisión. La madrugada del lunes 5 de abril, a bordo de su auto, atropelló y mató al adolescente Lautaro Juárez e hirió a otros cinco. Para el fiscal del caso, Alejandro Jons, el joven de 19 años corría una picada y por eso lo había acusado del delito de “homicidio simple con dolo eventual”. Pero este martes el juez de Garantías N°4 de Morón, Alfredo Meade, resolvió conceder el "beneficio de la excarcelación”. Tras analizar un pedido de la defensa, el magistrado también decidió modificar la calificación legal que pesaba sobre el conductor, por la de “homicidio culposo”, que prevé una pena muy inferior. Para Meade, “el dolo de matar no se advierte de ningún modo”.
Se trata de una diferencia de criterios entre el fiscal y el juez. Meade da por válidas las pruebas que constan en el expediente, y que ubican a Cuevas como participe de una picada, pero interpreta que el delito es otro distinto del que le adjudicó el fiscal. "Estábamos esperando este fallo. No sólo la libertad de Diego, porque no merece estar detenido, sino también por la modificación del delito que se le imputa, ya que se trató de un 'homicidio culposo'", dijo el abogado de Cuevas, Marcelo Mazzeo, a la agencia Telam.
“Esta medida me dio más dolor, impotencia y bronca. No se trata sólo de Lautaro. Todavía dos chicos siguen muy graves”, señaló en dialogo con el canal C5N Eduardo Juárez, padre de chico de 16 años que murió.
Por su parte, el fiscal del caso, Jons, adelantó a Télam que apelará la decisión del juez Meade tras analizar los fundamentos de su resolución.
Más allá de la definición del juez, las pruebas complican a Cuevas. Una conductora de un Fiat Palio declaró que se cruzó a Cuevas minutos antes del accidente y, desde su auto, la desafió a correr una carrera. Hoy se difundió una filmación de una de las cámaras de seguridad de Morón, donde se ve el Nissan Tiida, pasar a gran velocidad detrás de un Volkswagen Bora.
Son los instantes previos a la tragedia, alrededor de las 7 del 5 de abril, cuando el Nissan que circulaba por Rivadavia se salió de la avenida y atropelló a un grupo de seis amigos, cinco hombres y una mujer, que caminaba por la vereda de la mano contraria, junto al paredón que separa las vías del ferrocarril Sarmiento.
Cuando la policía llegó, Lautaro Juárez ya estaba muerto. Sus amigos –algunos de ellos, primos suyos– quedaron tirados en el piso, entre la vereda y la avenida. El vehículo golpeó contra el paredón, salió despedido hacia la calle y quedó atravesado en contramano. Los heridos tienen entre 16 y 23 años. Dos de ellos fueron llevados al hospital de Morón y ya fueron dados de alta, mientras que los otros cuatro fueron trasladados al Güemes, de Haedo, donde permanecen internados.
Las picadas callejeras en Morón no son una novedad. Incluso, desde las redes sociales se convoca para encontrarse y correr. La página “Picadas callejeras Morón”, tiene más de 3000 miembros. En ella se postean fotos de las carreras y de los autos preparados para picar. Desde que se dio a conocer lo ocurrido en Haedo, en la página diferentes usuarios de Facebook entraron para reprobar la conducta de quienes utilizan las calles como autódromos.
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