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Infojus Noticias

6-4-2015|19:50|Justicia Nacionales
El homicidio simple con dolo eventual prevé una pena de entre 8 y 25 años

Picadas mortales: qué penas les corresponden a los que atropellan y matan

A Diego Cuevas lo acusan de homicidio simple con dolo eventual por la muerte de Lautaro Juárez, en Haedo. Las condenas en los casos Cabello y Altamirano. ¿Por qué pueden ser homicidios culposos o dolosos?

Por: Juan Carrá

Los investigadores que tienen a cargo la causa por la muerte de Lautaro Juárez (16), atropellado ayer junto a cinco amigos en Haedo, se inclinan sobre la hipótesis de que el hecho ocurrió mientras Diego Cuevas, de 19 años, corría una picada con su automóvil Nissan Tiida color champagne. Por eso desde la Fiscalía se lo acusó por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”, carátula que prevé penas de entre 8 y 25 años.

Un antecedente similar a este caso es el que tuvo como imputado a Sebastián Cabello. El 30 de agosto de 1999, Cabello, de entonces 19 años, embistió con su Honda Civic el Renault 6 en el que iban Celia González Carman (38) y su hija de tres años Vanina. El choque fue en avenida Cantilo, barrio porteño de Núñez.  El Renault 6 se incendió y madre e hija murieron carbonizadas. Cabello huyó sin prestarles asistencia.

Cabello fue detenido durante la instrucción de la causa y luego excarcelado, aunque volvió  a prisión cuando -pese a una prohibición judicial- denunciaron que volvió a manejar.

En 2003, el Tribunal Oral en lo Criminal 30 condenó a Cabello a 12 años de cárcel por "homicidio simple con dolo eventual", al entender que el imputado tuvo que representarse la posibilidad de que al conducir un auto a 137 kilómetros por hora en una ciudad, podía provocar un accidente como el que protagonizó.

El fallo fue apelado y el 2 septiembre de 2005, la Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal redujo su condena a tres años de prisión al considerar que se había tratado de un "homicidio culposo", descartando así la idea del homicidio con dolo eventual. El 14 de noviembre de 2006 la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó ese último fallo.

El 16 de junio de 2008, Matías Cardozo, de 23 años, fue atropellado por Víctor Hugo Altamirano mientras éste corría una picada en San Martín. Por el hecho, el Tribunal Oral 3 de esa localidad del conurbano bonaerense, condenó  al conductor a  8 años de prisión. Casación confirmó el fallo en 2013 y desde entonces Altamirano cumple condena en el penal de Olmos. "El caso de Matías fue considerado como un asesinato en tránsito", explicó Noemí de Cardozo,  madre de Matías y fundadora de la ONG “Malditas picadas”. En su testimonio a radio Vorterix la mujer remarcó la importancia de difundir este fallo “para que los que corren y matan, sepan que van a ir a la cárcel, porque por las calles no se corre”, dijo.

El abogado Diego Diéguez Ontivero, que representó a la madre de Cardozo, señaló que los casos que se dan en el marco de picadas deben ser entendidos por la justicia como homicidios simples y no culposos. Además calificó a las picadas como “un flagelo que no cesa”. Y dijo que desde 2008 las picadas son un delito: “todo aquel que las organiza, las corre o facilita los vehículos puede ser condenado de 6 meses a 3 años de prisión”, explicó el abogado. En estos casos, vale aclarar, no es necesaria la existencia de una víctima para que pueda actuar la justicia.

Según señaló a Infojus Noticias el abogado penalista Sebastián Rodríguez, más allá de este caso, la existencia de dolo implica “tomar una actitud desaprensiva sabiendo que podés causar un mal grave sin importar las consecuencias”. En este sentido, Rodríguez aclaró que se ponen en juego elementos subjetivos para poder decidir, pero que a la vez existen cuestiones objetivas que pueden ayudar a determinarlo. En el caso concreto de las picadas, para Rodríguez toma especial relevancia si la calle en la que se realiza la carrera es una calle habitualmente transitada y la existencia de un acuerdo previo entre los coches que participan de la carrera. “Estos elementos podrían servir para pensar en un caso de dolo eventual”, explicó.

En el caso de Cuevas, quien se negó a declarar ante el fiscal, las pericias sobre su auto serán determinantes para saber a qué velocidad circulaba. A eso se le sumará el análisis de las cámaras de seguridad del municipio de Morón que, según explicó el intendente Lucas Ghi, ya fueron entregadas a la justicia. En esas imágenes se buscará confirmar si un Volkswagen Bora participó de la corrida ilegal.

Otro punto clave será determinar si Cuevas manejaba bajo efectos de alcohol. Para esto, según informaron fuentes policiales, se le extrajo sangre al imputado. Su acompañante dijo ante la Justicia que habían estado tomando champán. Cuevas está en calidad de detenido, luego de que el juez de Garantías, Alfredo Meade confirmó el pedido realizado por la Unidad Fiscal de Instrucción 4 de Morón.

Repudio por redes sociales a las picadas en Morón

Las picadas callejeras en Morón no son una novedad. Incluso, desde las redes sociales se convoca para encontrarse y correr. La página “Picadas callejeras Morón”, tiene más de 3000 miembros. En ella se postean fotos de las carreras y de los autos preparados para picar. Desde que se dio a conocer lo ocurrido en Haedo, en la página diferentes usuarios de Facebook entraron para reprobar la conducta de quienes utilizan las calles como autódromos. 

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