El joven de 26 años falleció tras una brutal golpiza en 2012. Fue en la Unidad 46 del Servicio Penitencio Bonaerense y hay seis acusados.
La fiscal Paula Leiva pidió perpetua por "tortura seguida de muerte" para los seis penitenciarios acusados del crimen de Patricio Barros Cisneros, el joven de 26 años que falleció tras una brutal golpiza en 2012 en un penal bonaerense. Los abogados Mariano Lanziano y Eva Asprella del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que representan a la familia de la víctima, exigieron la misma pena ante el Tribunal Oral Criminal 4 de San Martín.
El debate oral comenzó el 7 de abril y hoy entró en la recta final con los alegatos de la querella y la fiscalía. Mañana será el turno de las defensas de los imputados. Se cree que la próxima semana se conocerá el veredicto de los jueces Mónica De Benedetto, Marcelo José Machado y Julio César Giorgi.
El día de su muerte, Patricio esperaba la visita de su novia, Giselle González. Ella estaba embarazada de cuatro meses. Como era verano y hacía mucho calor, Patricio les pidió a los guardias de la Unidad 46 del Servicio Penitencio Bonaerense, donde estaba alojado, tener la visita en una pieza que ya había utilizado en otra oportunidad, según relataron varios detenidos y su novia durante el juicio.
Se lo negaron, Patricio los insultó y le respondieron con golpes de puño, patadas, trompadas y gas pimienta, contaron los detenidos que declararon en la causa. Esa golpiza –precisaron- fue en un pasillo a la vista de todos por eso pudieron dar cuenta de ella. Incluso frente a su mujer. Patricio gritó y les pidió que pararan hasta que uno de los penitenciarios-el más robusto de todos- le saltó encima mientras él estaba en el piso con las manos atadas, reconstruyeron los testigos. Después de eso, dejó de gritar. Murió “asfixiado”, detalló una médica en el debate oral, tras una paliza que duró entre 5 y 15 minutos, según reconocieron los penitenciarios en las declaraciones indagatorias.
Giselle se convirtió en una testigo esencial para la causa. Los penitenciarios le dijeron que su novio los había agredido y que después se había golpeado contra la reja hasta morir. Ella sabía que esa versión era falsa, por eso declaró detalladamente en sede judicial como así también lo hizo en este debate oral. Contó, entre llantos, cómo él le pedía ayuda y ella no podía hacer nada porque había una reja de por medio. Después de la muerte de su novio, tuvo que enfrentar la pérdida de su embarazo. En ese momento tenía 18 años.
"El hundimiento del globo ocular habla de la brutalidad del castigo. Los testigos contaron que le patearon la cabeza como una pelota, como una bolsa de basura", dijo la fiscal en su alegato. Y agregó: "Fue una actividad organizada. Cada uno tuvo un rol específico y a pesar de que se representaron la idea de muerte continuaron igual".
Los abogados del CELS repasaron de forma detallada cómo fue el último día de Patricio. También puntualizaron los roles que cumplieron cada uno de los agresores que "sabían lo que estaban haciendo y a pesar del salvajismo y la brutalidad lo hicieron de manera organizada". Asprella destacó que los imputados eran quienes "tenían la obligación de mantener la seguridad de las personas privadas de su libertad". Y enmarcó el caso como una violación los derechos humanos que se repite en otros penales del país. "No son hechos aislados", dijo.
En ambos alegatos se remarcó que ninguno de los penitenciarios intentó frenar la golpiza. El propio Patricio pidió que pararan. "Ya basta. Ya fue", dijo, según los testigos. Otro detenido también declaró que él mismo les reclamó que se detuvieran. "Lo van a matar", les advirtió.
Quienes enfrentan la posibilidad de la máxima condena penal son Héctor Aníbal Mario, Rodrigo Emilio Chaparro, Gerardo Rodolfo Luna, Miguel Gallego, Claudio Keem y Juan Liberto. Hubo otro agresor identificado, Víctor Silva, quien fue encontrado ahorcado en su celda de la Alcaidía de Avellaneda. César Raúl Benítez también participó de la paliza pero está prófugo y con pedido de captura internacional.
En sus alegatos, la Fiscalía y la querella exigieron también que se avanzara en la investigación sobre las maniobras de encubrimiento. La representante del Ministerio Público Fiscal también pidió la inmediata detención de Keem y Liberto, dos de los acusados que llegaron en libertad a esta instancia.
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