Primero la pregunta, después el pedido. En medio de la marcha del Día de la Memoria, la pregunta es específica: “¿Por qué viniste?” Después de la respuesta, viene el pedido, que es simple: respirar hondo. Ahí es cuando el fotógrafo Res saca la foto. La pregunta les recuerda el lugar en el que están, y el pedido intenta que se relajen, que olviden esa respuesta. Pero sigue ahí, en esos retratos de rostros sonrientes, decididos, aliviados.
Diego Marcelo Pinillos.
Elida Castillo.
Emanuel Rojas.
Emiliano Sandoval.
Giselle Ratcliffe.
Lucrecia López.
Manuel Richards.
Mariano Germán Benítez.
Mariel Uncal.
Martín Pusso.
Matías Ginepro.
Maximiliano Granzurter.
Verónica Torres.
Víctor Ramón Rotfla.
Victoria Tobar.
Si habitualmente se dice que una imagen vale más que mil palabras, las fotos de Raúl Eduardo Stolkiner- "Res"- (Córdoba, 1957) multiplican la ecuación porque muestran pero también dicen: son fotos sobre fotos, que indagan la relación entre tiempo, historia y representación.
El pequeño e improvisado estudio móvil donde Res pregunta, pide y retrata a los manifestantes de la marcha, tiene apenas un fondo blanco y un par de paraguas para iluminación. Ubicado en Avenida de Mayo y 9 de Julio, al lado de un puesto de choripanes, se irá moviendo durante la tarde. Pero siempre estará flanqueado por una bandera con su consigna "¿Por qué viniste?", pregunta que se repite en las remeras que luce él y el reducido grupo de colaboradores que lo acompañan en la tarea.
Sofía Giudici es la más nueva en el grupo, y se dedica a la producción. Es quien acerca a los manifestantes para los retratos y toma nota de su nombre y su respuesta. Kala Moreno es fotógrafo, y ya había trabajado con Res en la obra: “Belgrano y Santucho en el Monumento”. Allí, doscientas personas vestidas de negro pusieron el cuerpo en el Monumento a la Bandera de Rosario, para hacer las caras de Belgrano y Santucho. Una de ellas era Osvaldo Bayer. Mario Gómez Casas, también fotógrafo, participó de “Ante la ley”, una demostración de cómo incendiar un Citroen 3cv con una molotov, como en el Cordobazo. Dos proyectos recientes que testimonian que la búsqueda de Res se ha volcado hacia la reflexión teórica y hacia la acción, y la fotografía ha dejado de ser el soporte exclusivo de su obra.
El disparador original detrás del proyecto de esta tarde se remonta a 1989, explica Res, cuando en medio de la hiperinflación se quedó sin trabajo y sin dinero, y un amigo que tenía una librería cerca del Registro Civil de la calle Uruguay lo invitó a que fuera con su máquina a sacar fotos carnet para quienes no les alcanzaba el dinero para hacerse una Polaroid. Allí, los fotografiados debían mirar un cartel que le recordaba que no cerraran los ojos. “Todos salían tensos y con los ojos bien abiertos, ya que seguramente no tenían plata para pagar otra foto”, recuerda Res. Así aprendió a generar subjetividades en sus fotografiados.
Un 24 de marzo de hace 39 años, Res estaba exiliado en México, donde se recibió de Licenciado de Economía, además de dedicarse a la fotografía. A su regreso, con la llegada de la democracia, comenzó a construir una carrera que mereció, en el 2009, una retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta, y ha acumulado premios como el Konex, el Nacional de Fotografía, el subsidio de Antorchas, la beca del Fondo Nacional de las Artes, entre otras distinciones
MP/RA