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En el segundo piso del Anexo de la Cámara de Diputados, esta tarde a las 18, el Secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, participará junto con junto con el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el diputado nacional del Frente para la Victoria, Héctor Recalde, de la presentación del proyecto de ley para establecer el 7 de julio el “Día del Abogado laboralista”.

La iniciativa busca reconocer a Norberto Centeno, impulsor de la ley de Contrato de Trabajo, secuestrado y asesinado en la llamada “Noche de las corbatas”, durante la última dictadura, como así también  "a todos quienes han consagrado su vida a la defensa de los derechos de los trabajadores”, según señala el texto del proyecto.  

La Ley de Contrato de Trabajo fue una de las normas con las que arrasó la última dictadura cívico-militar para avanzar con su proyecto económico. El decreto dictatorial, que sepultó el instituto del salario mínimo vital y móvil y mutiló la norma aprobada en 1974, fue parte del entramado legal que propiciaron los grupos económicos que impulsaron y sostuvieron el golpe de Estado. Junto con él, la dictadura buscó terminar con buena parte de los profesionales que le habían dado carnadura. Uno de ellos fue Centeno.

-¡Alto, Ejército argentino!-, gritó un hombre, de pelo corto y vestido de civil. Sin darle tiempo se le fue encima. Lo acompañaban otros más. Detuvieron y golpearon a Centeno. Lo subieron a un auto y lo llevaron a la Base Aérea de Mar del Plata. A su empleado también lo golpearon pero lo dejaron ahí, medio aturdido. Era el 6 de julio de 1977, el inicio de la “Noche de las corbatas”, que se extendería por una semana más con el secuestro de otras diez personas. Ese grupo, cuyo corazón era media docena de abogados laboralistas, incluía a Jorge Candeloro y Marta García, que habían sido secuestrados un mes antes, en Neuquén por pedido del Ejército y trasladados a la ciudad costera. El grupo totalizaba trece personas, la mayoría continúa desaparecida. El cuerpo de Centeno, muerto poco después del secuestro, apareció unos días más tarde, molido a golpes.

Junto con la Ley de Contrato de Trabajo, los técnicos jurídicos que dieron forma al cambio de modelo económico también terminaron con la ley  20.557, que regulaba las inversiones extranjeras e impusieron una Ley de Entidades Financieras que propició la concentración y la destrucción de la banca local. Todos esos cambios no fueron casuales y buscaban terminar con las regulaciones existentes.

El caso de la legislación laboral es central. Hasta 1974, las relaciones de trabajo habían sido regidas por el Código de Comercio más algunas leyes aisladas y específicas. Pero ese año se sancionó la Ley 20.744 (De Contrato de Trabajo) y estableció los derechos mínimos para los trabajadores de la actividad privada.

“A poco más de un mes de tomar el gobierno por la fuerza, cuando la Ley de Contrato de Trabajo contaba con apenas un año y medio de vigencia, se ensañó con esa norma surgida del proceso constitucional de sanción de las leyes, y a través de un decreto dictatorial firmado por un genocida y elaborado por técnicos jurídicos que aún hoy se mantienen en el anonimato, dispuso su mutilación”, indicó el diputado Recalde. Fueron derogados veintisiete artículos consagratorios de derechos laborales y otros noventa y nueve fueron modificados en perjuicio de los trabajadores.

Ese proyecto requirió de una política sistemática de persecución, secuestros y desapariciones, que se concentró en el descabezamiento de las comisiones internas sindicales y cualquier partido u organización política que se resistiera. También a los profesionales que tuvieran un compromiso social en la defensa del interés y derecho de los trabajadores y sus organizaciones.