Alejandro Cibotti tiene diagnosticado VIH desde hace 15 años. Hasta hace un tiempo tomaba 16 pastillas por día. Hasta que empezó a tratar sus dolores con leche de aceite de cannabis. Por eso hizo una presentación en la Justicia porteña. “Lo que quiero es que el hospital me provea de cannabis y si no me lo puede dar o me lo niega, que me permitan cultivarlo”, dice.
Probar la marihuana fue un antes y un después para Alejandro Cibotti. Nada tuvo que ver el efecto relajante o recreativo asociado habitualmente a su uso. En 1998 le diagnosticaron VIH. Años más tarde, comenzó a sufrir otras enfermedades derivadas y tomaba 16 pastillas por día. Era coauditor de alimentos y bebidas en colegios porteños cuando, en 2009, la administración macrista cerró el programa. Esto le provocó una crisis que terminó con una polineuritis sensitiva, que es la falta de mielina en los nervios, con intensos dolores. A lo largo de dos años sufrió mareos y calambres que lo hacían desmayarse del dolor. Un día el SAME lo trasladó al hospital para darle morfina. Al regresar a su casa, su hijo lo esperaba con una leche de aceite de cannabis. “A partir de ahí, fue como un escaneo, empecé a sentir el alivio que le pedía a dios todos los días de mi vida”, contó Alejandro a Infojus Noticias. “Y pensé: esto es maravilloso; ¿cómo hago para tenerlo cuando lo necesite?”
A partir de ese momento su vida cambió: el dolor se convirtió “en un mal recuerdo”, y comenzó su investigación y activismo en pro de la legalización del cannabis para uso medicinal. Así se acercó al equipo de abogados y profesionales de la legisladora María Rachid, quienes lo asesoraron para presentar un recurso de amparo ante la Justicia. “Yo lo que quiero es que el hospital me provea de cannabis en estado natural. Y si no me lo puede dar o me lo niega, que me permitan cultivarlo”, relata.
En Argentina la legislación no discrimina si el uso del cannabis es recreativo o medicinal. Tener o plantar marihuana para uso personal es ilegal, aunque ya no está penado. Así lo explicó el juez platense César Álvarez, que en noviembre de 2012 sobreseyó a una pareja que cultivaba en su casa de Ensenada plantas de marihuana para consumo personal: “No nos hemos metido con los aspectos sanitarios, no tiene nada que ver si es para uso medicinal o recreativo; nosotros hicimos un análisis normativo.”
En ese caso, la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata consideró inconstitucional el anteúltimo párrafo del artículo 5 de la Ley 23.737 de Tenencia y Tráfico de Estupefacientes, por considerar que viola el artículo 19 de la Constitución Nacional, sobre las acciones privadas de los hombres, cuya base es la autonomía. “Si está destinada a consumo personal, está dentro del ámbito de las acciones privadas; no puede ser un delito”, explicó el juez Álvarez. “No hay manera de que afecte a otro, y el Estado no puede meterse”.
El consumo de cannabis es legal en países como Holanda y Uruguay. En algunos estados de EE.UU. es legal su uso con fines medicinales.
“La compra venta de droga implica la vinculación de los consumidores con el narcotráfico y el crimen, y el autocultivo evita todo tipo de vinculación con ese mundo”, dijo Álvarez a Infojus Noticias. “El narcotráfico existe y es muy peligroso. Lo más preocupante es el poder paraestatal; no la marihuana ni la cocaína, sino la sustitución del poder del Estado. Ese poder efectivo, real, territorial que hace el narcotráfico y al que la organización del Estado no puede dejar nunca de combatir.”
Cannabis para aliviar dolencias
Desde que en 2011 Alejandro comenzó a tomar aceite de cannabis para sus dolencias, el alivio no paró. Pasó de tomar 16 pastillas diarias a una gota de aceite. “Y lo más interesante es que no tengo que subir la dosis”, cuenta. Durante meses no les dijo nada a sus médicos, hasta que decidió contarle a Teresa Franco, anestesista y directora del Centro del Dolor del Hospital Tornú. “Me sorprendió: ella siempre con el protocolo y cuando le conté mi decisión, me dijo: ‘Vaya para adelante’. Era lo que necesitaba para salir de esto”.
Hoy en día son muchos los médicos que respetan y apoyan el uso del cannabis en pacientes con dolencias agudas. Matías Giuliano es anestesiólogo del Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, especialista en dolor. “En realidad no se trata de un descubrimiento nuevo”, explicó a Infojus Noticias. Ees una de las drogas más antiguas, la usaban los egipcios, los fenicios, los incas y en el último tiempo se ha usado en Occidente, por ejemplo como Nabilona, un derivado sintético, para distintos tratamientos del dolor”.
Giuliano utiliza el cannabis con sus pacientes oncológicos personales. Primero habla con ellos y les propone el tratamiento. “No es la primera droga de elección, pero es un complemento”, aclara. Y cuenta que una paciente de 77 años, luego de probar su uso y volver a comer, apareció un día con hojas y flores de marihuana. “Mi sobrino tiene unas plantas; las traje por si hay pacientes que no pueden conseguir”, le explicó.
La marihuana ha dado resultados excelentes en el tratamiento del dolor, como droga antivomitiva, para devolver el apetito, para problemas bronquiales con asmáticos y, por supuesto, el dolor en el tratamiento oncológico y el dolor neuropático en enfermedades comoVIH y esclerosis múltiple. “No podemos decir que el fumarla sea la forma más indicada como tratamiento médico, por la irritación bronquial que produce. Por eso lo usamos como té, preparado con leche, a partir de un aceite que se saca de la planta”.
Es la forma en que siempre la utilizó Alejandro para sus dolores. Él no acostumbra a fumar marihuana. Pero a pesar de su mejoría, no logró que los médicos del hospital le recetaran la marihuana: “Yo llevaba morfina, pregabalina y amitriptilina, que son psicofármacos. ¿Sabés cómo pegan? ¿Y no voy a llevar marihuana? Es una cosa totalmente absurda. El cannabis es lo más natural. Por año, en Argentina, hay 8000 muertes por alcohol y algo así como 1000 muertes por el cigarrillo. Por la marihuana, no existe muerte en el mundo en la historia”, dice.
Su activismo lo ha llevado a crear una Red de Usuarios de Cannabis Medicinal (Rucam), donde participan profesionales médicos, abogados y antropólogos, que brinda asistencia a personas con diversas dolencias físicas. También participó, junto a la Agrupación de Agricultores Cannábicos Argentinos (AACA) y a la Mesa Nacional por la Igualdad, del proyecto de ley presentado en el Congreso por la diputada correntina Araceli Ferreyra, para modificar la actual 23.737 y legalizar la tenencia, el consumo y el cultivo de cannabis para uso personal.
“Piensan que legalizar es hacer cualquier cosa; y no es así”, dice Alejandro. “Es regular un mercado que está en manos del narcotráfico, el mercado ilegal. Si nosotros legalizamos, les cortamos el negocio. Es simple”.
El recurso de amparo presentado por Alejandro Cibotti se encuentra en el juzgado N° 13 en lo Contencioso Administrativo de la ciudad, a cargo de Guillermo Scheibler.