El tribunal condenó a Rubén Recalde por asesinar en agosto de 2012 a Sandra Colo (43) y en enero de 2014 a Paola Tomé (38). "Es el tercer asesino serial de la historia argentina después de Robledo Puch y el 'Petiso' Orejudo”, dijo la fiscal. En sus últimas palabras, el acusado declaró: "No voy a hacer ninguna declaración, gracias por todo".
Un mecánico fue condenado hoy a prisión perpetua por el homicidio y femicidio de dos mujeres cometidos en 2012 y 2014 en dos locales del rubro infantil de la ciudad bonaerense de Junín, al término de un juicio oral hecho en esa ciudad. La condena fue impuesta por el Tribunal Oral Criminal 1 (TOC1) de Junín a Rubén Recalde (54), por asesinar en agosto de 2012 a Sandra Colo (43) y en enero de 2014 a Paola Tomé (38). "Es el tercer asesino serial de la historia argentina después de Robledo Puch y el 'Petiso' Orejudo. Para mí es el homicida de María Fernanda Repetto en 1999, pero esa causa prescribió", dijo a Télam la fiscal de juicio, Vanina Lisazo.
En su alegato ante el TOC 1 de Junín, Lizaso dijo que el imputado tiene un "desarrollo del serial típico" ya que "estudia, acecha, elige el día y planifica" todos sus actos. "A Recalde no le importa matar porque para esta clase de psicópatas las personas somos como una mesa que si les molesta las corre", dijo. Los abogados Darío De Ciervo y Carlos Torrens, representantes de las familias de las víctimas, se mostraron de acuerdo.
La fiscal recordó el testimonio de tres peritos que coincidieron en que el acusado es un psicópata que goza con el sometimiento de sus víctimas. "(Recalde) comprende su criminalidad y es inteligente, nunca va a reconocer pero tampoco va a negar, sólo calla", dijo y agregó que durante la declaración de los testigos "el propio imputado afirmaba con la cabeza".
Para la fiscalía quedó acreditado que Colo fue estrangulada por Recalde el jueves 16 de agosto de 2012, entre las 10 y las 12, en el local de fiestas infantiles "Abracadabra", ubicado en Alem 388, de Junín. Y también un jueves 16, pero de enero de 2014, entre las 17 y las 18, Tomé fue asesinada en similares características en el comercio de artículos infantiles Rowena, ubicado en calle General Paz 45, de la misma localidad, y del cual era propietaria.
En el segundo asesinato el accionar de Recalde "no fue tan sofisticado" porque dejó su impronta en el marco de la puerta y en el baño de ese negocio. La fiscal valoró el testimonio de la perito genetista Elina Francisco por el que se "determinó sin ninguna duda que el perfil genético único y completo coincidió con el de Recalde”. Otra prueba de ese caso fue en el cotejo de la huella encontrada en el baño con las zapatillas Ultratech, número 42, marca Topper, que pertenecían al acusado.
“Una relación de superioridad con su presa”
Los jueces Karina Piegari, Esteban Melilli y Miguel Ángel Vilaseca dijeron en su resolución que "claramente puede advertirse un modo de comportarse en relación a sus víctimas, del género femenino, mediante las cuales instaura una relación de cosificación, priorizando sus más bajos instintos, colocándolas en el lugar de instrumentos u objetos que le son útiles a sus necesidades".
"Han señalado los peritos psicólogos y psiquiatras intervinientes, intentando desentrañar las particulares y gravísimas conductas del encausado, que el mismo busca instaurar una relación de superioridad con su presa que logre cubrir su sentimiento de inferioridad y de no aceptación social", agregaron.
Después de citar un fallo de la Cámara de Casación Penal de Entre Ríos, los jueces explicaron que aplicaron la figura de "femicidio" en el caso de Tomé porque ésta "no requiere la existencia de una relación de pareja previa" sino que "puede darse aún en relaciones casuales, ocasionales, fugaces, transitorias, efímeras o pasajeras". Por el crimen de Colo, esa figura no pudo ser aplicada porque cuando ocurrió su crimen todavía no había sido incorporada al Código Penal.
Al momento de aplicarle la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, lo que le impide acceder a cualquier beneficio, destacaron "la gravedad de los hechos, constituida por un gran despliegue de violencia de parte del sujeto activo, así como la multiplicidad de víctimas, escogidas al azar, y acechadas previamente desde el anonimato por su agresor, potenciando su vulnerabilidad, y sin haberse podido determinar los venales motivos de dicha elección".
El defensor oficial, Silvio Acerbo, basó su alegato en estudios psicológicos y psiquiátricos realizados a Recalde y planteó su "inimputabilidad" pero, subsidiariamente, pidió al tribunal que de declararlo culpable le aplique una condena por "homicidio en ocasión de robo", el cual prevé una pena de entre 10 y 25 años de prisión. Tras escuchar los alegatos de las partes, ayer Recalde pronunció sus "últimas palabras" frente a los jueces. Se puso de pie ante el tribunal y se limitó a decir: "No voy a hacer ninguna declaración, gracias por todo".
Télam/RA