Detuvieron a un grupo de japoneses y los amenazaron con hacerlos pasar una noche en la comisaría sino no les daban dinero.
Dos policías federales fueron procesados por amedrentar a un grupo de turistas japoneses y pedirles dinero bajo amenaza de pasar una noche en la comisaría. Los jueces de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional dispusieron además el embargo de los bienes de los investigados.
Los jueces consideraron que, abusando de su cargo, los policías “requirieron de los ciudadanos extranjeros un pago jurídicamente indebido”. “Lo importante para configurar el delito no es la libertad con la que éste (la víctima) actúa sino la marcada desigualdad de posiciones”, explicaron los magistrados.
Los afectados en este caso fueron 6 turistas japoneses. Caminaban por una calle del centro porteño cuando el patrullero se detuvo y dos policías descendieron del vehículo. No llevaban las identificaciones correspondientes y, como no hablaban castellano, terminaron llamando al hotel en el que paraban.
Una empleada del hospedaje ofició de traductora. Uno de los turistas le pidió que le explicara a la policía “que no estaban haciendo nada malo y que no entendían el idioma”. Un hombre que dijo ser miembro de la federal, le dijo a la chica del hotel que detuvo a los turistas por “causar disturbios en la vía pública y que estaban indocumentados”. Afirmó que por eso debía trasladarlos a la comisaría, agregando “soluciones hay muchas” y “esto se puede arreglar de muchas maneras”.
La conversación concluyó cuando los policías le sugirieron a dos de los turistas que subieran al patrullero y los trasladaron hasta el hotel. Cuando llegaron sus compañeros de viaje los esperaban en la recepción, junto al conserje del turno noche y otros dos empleados.
Un policía descendió, mientras el otro permaneció con los dos turistas en el móvil policial. El que ingresó al hotel, dicen los testigos que insistentemente repetía “vamos encontrar una solución para que no pasen la noche en la comisaría, depende de la voluntad de ellos”. El conserje le explicó entonces a uno de los turistas que les estaban pidiendo dinero y éste dijo que sólo poseía doscientos pesos. El interlocutor se lo informó al policía, pero este respondió que debía consultarlo con su superior y se retiró hacia donde estaba estacionado el patrullero. Ya de regreso refirió “se ve que los muchachos no tienen voluntad de solucionar esto”, agregando “somos muchos para repartir”. Finalmente, los turistas juntaron $350, se los dieron y evitaron que sus compañeros pasaran una noche en la comisaría.
Al confirmar los procesamientos los jueces resaltaron que “la intimidación ejercida” por los policías que amenazaron a los turistas con llevarlos a la comisaría, “opera como un plus en la conducta dado que, además del temor genérico a la autoridad, el sujeto activo presenta o hace notar concretamente la ocurrencia de un mal futuro”.