Lo dijo Esteban Mur, padre de Rodrigo y Rolando Menchaca, los nenes que murieron en el incendio del taller clandestino de calle Páez, en Flores, durante una marcha para pedir justicia. El lugar volvió a incendiarse hoy y temen que haya sido un incendio intencional para hacer desaparecer pruebas relacionadas con la investigación de la muerte de los nenes.
Mientras en Esteban Mur y Corina Menchaca pedían justicia por la muerte de sus hijos Rodrigo de 10 años, y Adail Rolando, de 5, en la calle Páez las llamas volvían a tomar por asalto el taller clandestino en el que hace diez días morían los dos chiquitos. Las organizaciones sociales que respaldan el pedido de justicia de los padres de las criaturas temen que el incendio haya sido intencional y que su finalidad sea la de hacer desparecer pruebas relacionadas con la investigación por la muerte de los nenes.
Esteban subió al camión que hacía las veces de escenario en el acto convocado por La Red Textil Cooperativa (RTC), junto a la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) de Ciudad con una gorra con la visera hacia atrás. “Agradezco por hacer honor a la muerte de Rolando y Rodrigo, que no quede impune y que ninguna otra familia pase por lo que estoy pasando. Que se haga justicia”, dijo con la voz entrecortada y pidió al Gobierno de la Ciudad que no se persiga a los trabajadores de los talleres.
Los abogados Nahuel Berguier y Gabriela Carpineti acompañarán a Esteban y Corina en el camino en busca de Justicia para sus hijos. Berguier explicó a Infojus Noticias que aún no han podido tomar contacto con el expediente y que desde la Fiscalía de Instrucción 22 porteña, quien lleva adelante la investigación caratulada “incendio seguido de muerte”, se elevó un dictamen al Juzgado número 2 para que envíen las actuaciones al fuero Federal, donde tramita otra causa caratulada “averiguación de trata”. Además, el abogado explicó que durante la semana estarán analizando lo actuado para tratar de establecer responsabilidades concretas en el hecho y pedir las medidas necesarias.
“Ni un pibe menos”
Los pedidos desde el micrófono era concretos: renuncia del director de Protección del Trabajo Porteño, Fernando Macchi y la necesidad de bregar por políticas públicas para el fortalecimiento de la economía popular. En el acto estuvieron acompañando los legisladores porteños del Frente para la Victoria José Campagnoli, Paula Penacca y Pablo Ferreyra (Seamos Libres)
Joaquín Fernández, de la CNCT, remarcó la complicidad del Gobierno de Mauricio Macri para que puedan existir más de tres mil talleres clandestinos en el barrio de Flores. “Nos acaban de informar que se está incendiando otra vez el taller”, dijo Fernández y entre los presentes se extendió la preocupación y la sospecha: “¿Cómo puede ser que se haya prendido fuego si no había nadie y tenía custodia policial?”, se preguntaban algunos.
En el incendio trabajan tres dotaciones de bomberos. “Adentro de ese taller había papeles que comprobaban la relación de ese taller con las grandes marcas que todos conocemos, llama mucho la atención que hoy se incendie habiendo un policía en la puerta. Se están perdiendo papeles necesarios para la causa”, afirmó Eduardo López, secretario general de la CTA Ciudad (CTAC). “Más allá de la especulación sobre si el incendio es o no intencional, la cuestión es que no se habían hecho aún los peritajes y adentro había documentación fundamental”, sumaron desde la Casona de Flores, una de las organizaciones que viene impulsando la organización en el barrio luego de las muertes de las criaturas.
Voceros de la Policía Federal, informaron que el edificio de la calle Páez –casi esquina Terrada– estaba vacío cuando comenzó el incendio, que ya está controlado, y no se reportaron víctimas. En el lugar trabajan dos dotaciones de bomberos voluntarios y una de la Policía Federal.
Ariel Velázquez, representante del Sindicato del Cuero y secretario gremial de la CTAC, expresó que la muerte de los chicos “no fue un accidente sino las consecuencias de las políticas neoliberales. Estamos cansados de que los muertos siempre sean los hijos de los trabajadores”. En igual sentido se expresó Humberto Rodríguez, secretario general adjunto de la Central: “Tenemos que comprometernos para que no haya más chiquitos ni más familias en esta situación”, dijo y agradeció a las organizaciones del barrio de Flores y a los maestros de los hermanos Menchaca por haberse organizado.
Como corolario del acto, se anunció que el próximo jueves, a las 17, se realizará una nueva marcha, esta vez desde el taller de la calle Páez al taller de la calle Luis Viale –donde años atrás murieron otros chicos en circunstancias similares a las de los hermanos Menchaca–, la intención es unir los hechos, darle un anclaje territorial al tema, bajo la consigna “No olvidamos, no perdonamos y ni un pibe menos en la ciudad de Buenos Aires”.
JC/LC