El abogado laboralista estuvo en el centro del intento de soborno por parte de una de las empresas de tickets canasta. La maniobra fue denunciada penalmente y esta semana fue condenado uno de los empresarios acusados. El otro está prófugo.
A fines de 2007 mantenía una conversación con un publicista amigo que me decía lo siguiente “la valija de Antonini con 5 millones estuvo semanas en las tapas de los diarios y la coima de 20 millones que te ofrecieron a vos a penas un rato”. Cuánta razón tenía.
Hoy en el año 2015, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 dictó condena a 3 años de prisión contra Miguel Gutierrez Guido Spano. El principal responsable, Santiago Lynch todavía no fue juzgado, se encuentra prófugo de la justicia con pedido de captura a través de INTERPOL.
Un proyecto de ley de mi autoría proponía derogar el perverso sistema de pago de parte de los salarios de los trabajadores por medio de tickets canasta. Las empresas del sector lo veían como el fin del “negocio” e intentaron sobornarme para que frenara la ley o que incluso redactara un proyecto que mantuviera el negocio o lo convirtiera en algo más lucrativo. La propuesta llegó a través de mi hijo Mariano Recalde.
Para no hacer una mera denuncia sin pruebas, Mariano Recalde, mediante videograbaciones ocultas registró el intento de soborno, que tenía distintas variantes económicas dependiendo de si “cajoneábamos” el proyecto o si modificábamos la Ley un poco, o muy a favor del negocio de los tickets. La propuesta económica iba desde los veinte mil dólares mensuales hasta veinte millones de dólares.
Este hecho nos hace reflexionar respecto al camino que recorre la ruta del dinero de los corruptores, la dirección recorrida en este caso fue de lo privado a lo público, buscando hacer cómplices a legisladores de un negocio multimillonario en perjuicio directo de los trabajadores.
Siento la satisfacción de haber podido demostrarle a toda la sociedad que se puede luchar contra la corrupción y la impunidad. Siendo honesto y con convicciones firmes uno puede aportar los elementos a la Justicia para que, con tiempo y una sólida investigación, la verdad salga a la luz y las consecuencias lleguen a los responsables.
Sé que el descreimiento, que constantemente se intenta instalar desde lo medios hegemónicos respecto al funcionamiento de nuestro sistema judicial y de la política en general, es permanente pero este caso demuestra que la Justicia puede tener independencia respecto de poder económico concentrado. Esos grupos suelen contar con cobertura y complicidad por parte de los medios, que presionan, extorsionan y someten a jueces y periodistas a la categoría de empleados suyos cuando no quieren ser investigados.
Quiero cambiar esa teoría de “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio” por la de “la Justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad”.
HR/PW