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Una serie de documentos descubiertos por el diario español Público demuestran que el aparato represivo del terrorismo de Estado argentino durante la última dictadura cívico- militar recibió una inyección de dinero del gobierno español de transición post franquista. Y que fue el Rey Juan Carlos I quien facilitó los acuerdos para que el préstamo fuera posible.

Menos de tres meses habían pasado desde el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y las arcas del aparato represivo parecían quedarse sin dinero. Jorge Rafael Videla, al mando de la máquina de sangre, necesitaba inyectar dólares para mantener a pie la horda asesina. Al mismo tiempo, en España, el cuerpo de su mayor dictador, Francisco Franco, se enfriaba bajo la tierra. El Rey Juan Carlos ayudó para que el presidente  Adolfo Suárez, presidente de la transición a la democracia española, pudiera disponer de unos 12 millones de dólares para la dictadura cívico-militar argentina.

Según el artículo que lleva la firma de Danilo Albin “el 1 de julio de 1976, el monarca recibió en su despacho al embajador de Videla en Madrid, el general Leandro Enrique Anaya. De acuerdo al informe reservado elaborado por el diplomático, el rey tuvo ‘expresiones de beneplácito por el éxito con que nuestro Gobierno está afrontando los problemas económicos coyunturales que éste vive’, al tiempo que se mostraba muy generoso ante la próxima visita a España del ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, uno de los máximos defensores del ultraliberalismo en Sudamérica”.

En los documentos hallados, el Rey le afirma al embajador que Martínez de "tendría la mejor acogida y disposición de banqueros, inversores e industriales, para concurrir al encauzamiento y solución de los problemas que pudieran plantearse y/o proponerse. En tal sentido, dijo que España estaba en el mejor estado anímico para concretar operaciones comerciales y financieras con la República Argentina". 

Cuatro días después de esa reunión amigable reunión entre el embajador y el Rey, la dictadura anunció en Buenos Aires que España volvía a comprar ganado a la Argentina después de seis años. 

Martínez de Hoz llegó a España y de la mano del Rey Juan Carlos tuvo reuniones con los principales banqueros y empresarios. Dice el artículo del Público: “Ante la apretada agenda del ministro argentino —que tenía menos de 48 horas para tratar de consolidar las relaciones económicas con políticos y empresarios españoles—, el Marqués de Tejada, haciendo gala de su cargo de gobernador del Banco de España, se encargó de prepararle un multitudinario almuerzo, en el que logró reunir en un mismo comedor a lo más selecto del sector público y privado. De acuerdo a la nómina de invitados que poco después fue enviada a la Junta Militar, en aquella comida de trabajo estaban presentes 64 personalidades españolas, entre las que figuraban los ministros de Comercio, Industria y Hacienda, así como los presidentes de los principales bancos de la época y un buen número de empresarios. El principal tema de conversación fue la relación entre España y Argentina, así como las posibilidades de negocios para ambos Estados”.

Las relaciones comerciales siguieron en Buenos Aires, meses después, cuando el ministro de Comercio español, José Lladó, llegó al país con la orden del presidente Adolfo Suárez para negociar un millonario acuerdo con la dictadura. En 72 horas se llegó a un acuerdo mediante el cual definían “poner en práctica un programa de cooperación económica y financiera por el cual España vendería a Argentina bienes de equipo, barcos de características especiales, dragas y otros elementos flotantes, así como equipos de carga y descarga para puertos, locomotoras y demás material ferroviario, y otros equipos y plantas industriales por un valor global de 290 millones de dólares”.