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Infojus Noticias

15-9-2013|10:32|Lesa Humanidad Nacionales
Lo mataron en 1976 y hoy la causa tiene más de 26 cuerpos

Se acerca el juicio oral y público por el crimen del obispo Angelelli

Empieza el 4 de noviembre en La Rioja y hay tres represores acusados. La dictadura intentó hacer creer que el religiosos murió en un accidente de tránsito, pero la autopsia determinó que lo asesinaron a golpes. Angelelli llevaba documentación sobre el crimen de dos curas.

  • Angelelli jamás dejó de trabajar por quienes más lo necesitaban. Télam.
Por: Cecilia Devanna

Treinta y siete años y tres meses debieron pasar para que los responsables del asesinato del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, se sienten en el banquillo de los acusados. Lo harán el 4 de noviembre en esa provincia, aunque de los cinco represores imputados, solo se presentarán tres. Jorge Rafael Videla y Albano Harguindeguy murieron antes de ser juzgados por el crimen.

Los represores Luciano Benjamín Menéndez, Luis Estrella y Juan Carlos la Bruja Romero, sí serán juzgados por este crimen de lesa humanidad ocurrido el 4 de agosto de 1976, en el marco de la última dictadura cívico-militar. También serán juzgados por la tentativa de homicidio en el caso del sacerdote Arturo Pinto, que iba junto a Angelelli al momento del asesinato.

“Este juicio es un paso adelante muy importante porque le va a poner el sello final a una sentencia que el pueblo ha dictado el 4 de agosto de 1976”, dijo a Infojus Noticias, Luis Miguel Burneto, director de Centro Tiempo Latinoamericano, entidad que sigue los preceptos solidarios que marcó Angelelli y que es una de las partes representadas en la querella. Los otros querellantes son Pinto, María Elena Coseano, sobrina del obispo, el episcopado y las secretarías de Derechos Humanos de la Nación y la provincia.

El juicio oral y público será frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja, compuesto por los jueces de Cámara José Camilo Nicolás Quiroga Uriburu, Carlos Julio Lascano y Juan Carlos Reynaga.

La causa fue elevada a juicio oral el 6 de diciembre de 2012 por el juez federal riojano, Daniel Herrera Piedrabuena. Quedó apartado del proceso por insanía el ex jefe de policía mayor Edilio Cristóbal Di Césari. Y por fallecimiento, el imputado Harguindeguy y Videla. Por la misma razón antes fueron excluidos de la investigación judicial los ex tenientes coroneles Osvaldo Pérez Battaglia y Pedro Malagamba, el ex vicecomodoro Lázaro Aguirre y otros de menor jerarquía militar.

Un crimen impune

La causa había sido archivada durante toda la dictadura y reabierta en 1986. Por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final nunca prosperó. Tras la derogación y anulación de las leyes, empezó un intenso proceso para llegar a la verdad.

“Desde el primer momento la gente de La Rioja supo que Angelelli había sido asesinado. Nadie que conociera sus acciones comprometidas con los derechos humanos, podía pensar otra cosa de lo que había pasado”, expresó Burneto. 

Al momento de la muerte de Angelelli, la versión oficial habló de un accidente automovilístico. El primero que puso en jaque esa versión fue Pinto. El sacerdote contó que cuando junto a Angelelli volvían a la capital riojana, tras haber dado una misa en la localidad de Chamical, comenzaron a ser perseguidos por un Peugeot 404 que luego, a la altura de Punta Llanos los encerró. Volcaron. Pinto vio el cuerpo de Angelelli tirado con la cabeza destrozada.

Ambos habían ido a dar esa misa para homenajear a los curas Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, asesinados quince días antes.

El cuerpo de Angelelli apareció a 25 metros de la camioneta Fiat Multicarga que manejaba. Estaba extendido y con la nuca destruida a golpes. La autopsia confirmó que murió por los golpes en la cabeza que le dieron tras haberlo retirado del vehículo, en el que ya había recibido un fuerte impacto en el tórax.

“En la parte de atrás del asiento trasero de la camioneta, Angelelli llevaba una carpeta con documentación de una investigación que estaba haciendo sobre los crímenes de Murias y Longueville. Ese fue el motivo inmediato del asesinato. Y la prueba de eso es una copia de esa carpeta que el oficial Peregrino Fernández vio en el escritorio de Albano Harguindeguy”. Fernández lo declaró en el exterior. Junto a la carpeta también había una serie de correspondencias entre Angelelli y el episcopado, donde les comentaba lo que estaba sucediendo en la provincia y el país.  

A los crímenes de Muria y Longueville estaban vinculados militares de la base de la Fuerza Aérea en Chamical y en 2012 concluyó el juicio por sus homicidios. Menéndez, Estrella y el policía Domingo Benito, fueron condenados a prisión perpetua por ellos.

El cura de los obreros y los campesinos

Nacido en Córdoba, el 17 de junio de 1923, Angelelli había sido ordenado sacerdote en Italia. En 1961, por decisión del papa Juan XXIII, fue designado como obispo auxiliar de Córdoba. Allí se contactó con obreros, campesinos y gente de origen humilde.

En 1967 se dio a conocer el documento en el que 18 obispos, encabezados por el brasileño Helder Cámera, sentó las bases del Movimiento de Sacerdotes el Tercer Mundo. Agelelli adhirió a él junto a Carlos Mugica, entre otros. Denunciaban la situación de explotación en la que vivían los pueblos subdesarrollados y responsabilizaba a los países industrializados.

En 1968 fue designado por el papa Pablo VI titular de la diócesis de La Rioja. Durante los 8 años que transcurrieron hasta su muerte, Angelelli jamás dejó de trabajar por quienes más lo necesitaban y fue en pos de la justicia.  “Era una persona alegre y abierta. Un poco calentón, que se indignaba con las injusticias y que no cuidaba las palabras cuando se enojaba. Esto fue lo que enfrentó con los poderosos. Condenaba la falsa prudencia porque decía que quedar bien con todos atentaba contra el mandato principal que era ayudar a los pobres”, recuerda Burneto.

Y agrega: “A este juicio llegamos por todo el movimiento nacional que se da en este país entorno al compromiso a los derechos humanos desde 2003. La causa tiene más de 26 cuerpos, documentación y pruebas. Hay una enorme investigación detrás. Creo que la justicia va a llegar”.

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