La legisladora porteña del FpV se casó el lunes con Maribe Sgariglia, su compañera de vida, con la que ahora además de amor tendrá derechos y obligaciones civiles. Rachid fue una de las principales promotoras de la Ley de Matrimonio Igualitario.
La legisladora porteña del Frente para la Victoria María Rachid fue muchas veces al Registro Civil de la ciudad de Buenos Aires y escuchó que le decían no: que el matrimonio no se podía entre dos mujeres ni entre dos hombres. Ella no se cansó de exigir lo que dice la Constitución en su artículo 19: que ningún habitante será obligado a hacer lo que no manda la ley ni privado de lo que ella no prohíbe. Después de tanto reclamar, de hacer amparos, de llegar incluso a la Corte Suprema, el lunes dijo “sí quiero” y quedó unida en matrimonio con Maribe Sgariglia, su compañera de vida, con la que ahora además de amor tendrá derechos y obligaciones civiles.
El 15 de julio de 2010 a las cuatro de la madrugada Argentina se transformó en el primer país en Latinoamérica en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El 21 de ese mes la presidenta Cristina Fernández de Kirchner promulgó la ley y dijo lo que sintió cuando se levantó de la cama: “Nadie me había sacado nada y yo no le había sacado nada a nadie; al contrario le habíamos dado a otros cosas que les faltaban y que nosotros teníamos”. María, como activista de la Federación Argentina LGBT, La Fulana y la Mesa Nacional por la Igualdad, participó del proyecto en todas sus instancias.
En la ceremonia de María y Maribe el Registro Civil estuvo lleno de afectos que coincidieron en las gracias por “promover la ley de Matrimonio Igualitario”. Claudia Castrosin, vicepresidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans y activista de La Fulana, fue una de las testigos: “Somos como una gran familia donde los lazos de amor nos unen y nos ponen fuertes para criar a nuestros hijos, para ayudar cuando el otro lo necesita y también para festejar cuando se llega a los logros. Que María pueda finalmente casarse, con lo que peleó para conseguirlo, es un orgullo para todos”.
En agosto de 2003, María y Castrosín fueron las primeras mujeres que se unieron en la ciudad mediante el régimen de unión civil, que se había aprobado por la ley 1004 en diciembre de 2002. Al tiempo se separaron y siguieron siendo amigas, porque las luchas y militancia fueron más fuertes que las diferencias.
Antes que la ley de matrimonio se modificara, María y su equipo tenían aceitada una forma para presentar recursos de amparo cuando se negaban las uniones. Flavia Massenzio, defensora LGBT de la Ciudad y una de las personas que acompañaba en las judicializaciones, contó a Infojus Noticias cómo era el mecanismo: “Primero era ir a pedir un turno en el Registro Civil: soy mujer y me quiero casar con otra mujer. Te decían que no. Pedíamos el consentimiento por escrito. Decían ‘no te lo damos’ y entonces íbamos con dos amigos de testigos y con el papel hacíamos un amparo por actos discriminatorios. Si un juez interpretaba que no estaba prohibido expresamente casarse, lo aprobaban. Si interpretaba que no, te lo denegaban”.
Cuando le impedían la unión civil en 2007 María presentó un amparo que llegó a la Corte Suprema, pero no avanzó en esa instancia porque la ley de Matrimonio se sancionó antes. Ayer lo recordó frente a sus invitados: “En este lugar donde siempre nos decían que no, donde veníamos para que nos dijeran que no por escrito para tener una prueba judicial, hoy nos dicen que sí y nosotras también decimos sí”.
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