La Cámara de Diputados votó las leyes para crear tres Cámaras de Casación y regular las medidas cautelares contra el Estado. Antes, la cámara baja había aprobado proyecto clave del paquete para democratizar la Justicia: la reforma del Consejo de la Magistratura, que ahora volverá a debatirse en el Senado.
Tras 17 horas de debate, a las 5.39 de la madrugada la cámara baja aprobó la reforma del Consejo de la Magistratura, que volverá a ser analizada por el Senado. El momento del voto se transformó en un escándalo: la mayoría de los diputados de la oposición decidió retirarse, y la sesión continuó con la votación artículo por artículo del proyecto. A las 7.39, con 126 votos afirmativos y 8 negativos, se convirtió en ley la creación de las Cámaras de Casación. Casi a las 9 de la mañana, con la misma cantidad de votos afirmativos, se aprobó el proyecto de regulación de las cautelares.
A las 5.34 de la madrugada, el jefe del bloque oficialista Agustín Rossi terminó de pronunciar una encendida defensa de los proyectos que componen el paquete de reformas. Además, cuestionó a la oposición por no solidarizarse con los doce diputados que sufrieron presiones de varias ONG horas antes de votar. Después de pedirles que “respeten a la República y al pueblo”, los calificó de “profetas del odio” y “borregos del desánimo”.
Cinco minutos después se votó general, con la mayoría que la Constitución impone para modificar la ley del Consejo de la Magistratura, superada por un voto. Al instante, Carlos Kunkel giró sobre sus espaldas y comenzó a entonar la marcha peronista, barajando sus brazos como un director de orquesta, mientras todo el bloque se sumaba a la cantata.
Minutos después, estalló la tensión. Rossi proponía que la votación especial se hiciera de una sola vez, considerando que los 32 artículos de la ley componían un solo título y capítulo. La oposición, oponiéndose, se levantó y comenzó a insultar al bloque oficialista, a Rossi y al presidente de la Cámara, Julián Domínguez. La excusa: que no se había acordado en la labor parlamentaria, aunque en el reglamento se estipula que es posible decidirlo en el recinto.
Al grito de “¡fraude!, ¡fraude!” y con el protagonismo de los diputados Pablo Tonelli, Eduardo Amadeo, y Juan Tunessi montados en cólera, la oposición se negaba a volver a sus bancas. “¡Mentiroso!” exclamaba Tunessi parado detrás de su banca, señalando a Rossi. Héctor Piemonte insultaba a Edgardo Depetri, que se levantó para responderle. Otros diputados intervinieron para evitar que se enfrentaran. Gil Lavedra, con la voz entrecortada y en forma muy estridente, denunciaba: “están violando la Constitución, porque no tienen la mayoría necesaria para sacar la ley y por eso recurren a estos procedimientos”.
Rossi respondió a los reclamos y cedió, no sin descalificar a la oposición. “La votación resultó positiva, pero ustedes hicieron la misma canallada durante toda la votación, ponerla en duda, deslegitimarla, tratar de impedirla”. Y pidió a Julián Domínguez: “a pesar de haber ganado la votación, a pesar de tener la posibilidad de que se vote por única vez, le pido que votemos artículo por artículo, voto por voto, cada uno de los temas”.
La oposición tomó asiento, y la votación en particular comenzó por el primer artículo. La mayoría fue nuevamente de 130 votos, contra 120. El artículo 2 arrojó un resultado de 128 votos a favor, 101 en contra y 21 abstenciones, porque en la confusión y el griterío, varios diputados no votaron, y el sistema no tomó los votos positivos de Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi. Eran las 6.12 de la madrugada, los dos diputados aclaraban su voto a viva voz, pero la oposición denunciaba fraude y golpeaba sus bancas.
En la confusión, un asesor aprovechó para arrojar una botella de agua a Rossi, que recibió el impacto y, en un movimiento tosco para dirigirse al agresor, tiró los papeles y el vaso de su banca, que se estrelló en el piso y se hizo añicos. Ulises Forte gritaba a Diana Conti, “¡pedime disculpas!”, como respuesta en el intercambio de entredichos. Ante el pedido de Ricardo Gil Lavedra, Domínguez dio un cuarto intermedio de cinco minutos, y llamó a los jefes de bloque a dialogar con él.
Mientras los diputados oficialistas esperaban en sus bancas, los radicales se amontonaron en los pasillos. Al volver al recinto, la oposición había decidido retirarse. Antes de irse, algunos diputados se quedaron insultando al resto de los legisladores.
En el recinto quedaron los diputados oficialistas y un grupo mínimo de opositores. De allí en adelante, se votaron los 30 artículos restantes, con 130 votos afirmativos y apenas 9 en contra. Jorge Yoma intervenía en varios artículos, formulando preguntas absurdas para dilatar la votación, entre risas de los oficialistas. Facundo Moyano y Omar Plaini hacían esperar su voto hasta los últimos dos segundos, de los quince que habilitaba el sistema.
Rossi, antes de terminar, pidió que se votara de nuevo el artículo 2, para que no quedaran dudas de que no se trataba de ningún fraude, sino de un error del sistema que no había tomado los dos votos de Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi. El resultado, 130 contra 9. El aplauso, los abrazos y la marcha peronista. Los votos negativos eran los de Jorge Yoma, Facundo Moyano, Omar Plaini, Edgar Muller, Alfredo Olmedo, Julio Ledesma, Jorge Garramuño, Mariana Veaute, y Blanca Blanco.
A las 6.56 am, se puso a consideración el proyecto de creación de las Cámaras de Casación. Ya habían retornado al recinto Patricia Bullrich y Elisa Carrió. También se hacía presente el vicepresidente Amado Boudou, que felicitó a Rossi y saludó a algunos diputados.
El rionegrino Oscar Albrieu presentó el proyecto, y sólo hicieron uso de la palabra Alicia Terrada, Elisa Carrió y Jorge Yoma, para exponer las razones por las que se opondrían al proyecto.
Diez minutos antes de las 8 de la mañana se puso en consideración el proyecto de regulación de las medidas cautelares contra el Estado. Casi media hora después, Juan Pais había presentado el proyecto, Graciela Giannettasio había profundizado algunos aspectos técnicos, y Elisa Carrió seguía exponiendo su negativa. Al terminar, sólo la aplaudían algunos asesores.
Jorge Yoma también quiso participar. Sostuvo que la ley violaba derechos constitucionales, pero la mitad del recinto que durante el día había festejado sus intervenciones, ahora eran sólo bancas vacías. Bullrich intervino planteando que el proyecto rompía con las nociones del Estado de derecho.
Graciela Ocaña pidió insertar en la versión taquigráfica del debate los argumentos de su exposición, para no demorar más el trámite. Pudo robar algunos aplausos de los diputados oficialistas que a esa altura del debate apreciaban cualquier gesto orientado a abreviar.
La diputada Perie pidió que se felicitase a Jorge Rivas, el socialista que a pesar de sus dificultades físicas, no se retiró en ningún momento de un debate que casi alcanza las 24 horas de duración. El jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi, pidió disculpas por su comportamiento, “que por momentos no fue propio de un presidente de bloque”. El Frente para la Victoria aplaudió de pie a Rivas y luego a Rossi. A las 8.57hs, el proyecto de regulación de las cautelares fue votado en general y en particular. Se convirtió en ley por 126 votos afirmativos, contra 10 negativos.
El martes a las 11hs, el Senado se reunirá en comisiones para sacar dictamen del proyecto modificado de reforma del Consejo de la Magistratura, con media sanción de diputados. En principio, el jueves sesionará para convertir en ley los proyectos de publicidad de declaraciones juradas y de los fallos de los tribunales superiores, así como el de ingreso democrático al Poder Judicial y el Ministerio Público. Recién el 8 de abril sancionaría la ley del Consejo de la Magistratura.