Plazos eternos y costos altísimos: ésa ha sido la impronta de los juicios de los reclamos de consumidores. Hasta ahora, la justicia llegaba tarde y mal para los individuos que se enfrentaban a alguna empresa, como en estos seis casos. Con la justicia del consumidor, esto no pasará más.
1- Laura compró una heladera en abril de 2007 en Tandil, provincia de Buenos Aires. Quería una de marca estadounidense aunque le vendieron una brasilera. Al poco tiempo la heladera tuvo desperfectos y no la pudo usar más. Además de no tener la heladera que había querido comprar, le reemplazaron el motor fallado por otro del mismo origen. Comenzó un reclamo administrativo y la empresa que le vendió el electrodoméstico fue multada aunque el caso llegó a la justicia. Recién en junio de este año una sentencia de la Justicia provincial le dio la razón y ordenó que fuera indemnizada por los daños y el incumplimiento del contrato de la empresa que le vendió el electrodoméstico.
2- A Andrés, durante un viaje a Estados Unidos en 2010, se le activó el roaming de su celular y no se dio cuenta. Como tenía un plan específico no se hizo mayor problema y sólo usó los mensajes de texto. Al volver al país una le llegó una factura a pagar de 21 mil pesos. Reclamó a la empresa de telefonía celular porque no se le había informado correctamente cómo se utilizaba el servicio. Cuatro años después, la justicia de Mar del Plata ordenó indemnizar al hombre con 125 mil pesos por los daños y perjuicios que le causó.
3- La justicia Comercial rechazó el pedido Antonio, un mecánico que compró en 2007 un repuesto para arreglarle el coche a una clienta. La mujer debió volver al taller en reiteradas ocasiones debido a las fallas del auto. El mecánico reclamó a la empresa por el repuesto defectuoso pero, dos años después, ante la falta respuesta, inició una causa judicial. En octubre de 2013 hubo sentencia de la Cámara Comercial que le rechazó el pedido.
4 – En Salta, una empresa de telefonía celular fue denunciada por una ex empleada que tenía un plan con algunos beneficios. En junio de 2010 la joven se fue de la empresa y le dijeron que esto no se iba a modificar pero en abril de 2011 le cambiaron el plan. Hizo un reclamo administrativo que terminó en una multa para la empresa, que luego apeló en la justicia para no pagarla. La Justicia salteña confirmó la multa recién en noviembre de 2013 porque la empresa omitió “brindar información veraz y precisa” tal y como lo establece la Ley de Defensa del Consumidor.
5- En julio de 2009, una nena iba sentada en una sillita de plástico puesta en un changuito en un hipermercado en Mendoza. La silla estaba en malas condiciones y se quebró causando la caída de la nena que se fracturó la cabeza. Allí comenzó el periplo judicial para saber las responsabilidades por lo ocurrido. Los años de proceso terminaron recién en mayo de 2014 cuando la justicia provincial condenó al hipermercado aplicando la Ley de Defensa del Consumidor y la responsabilidad de este por el “deber de seguridad”.
6 – En junio de 2005, un nene se golpeó en el pelotero de una casa de comidas rápidas y se fracturó el brazo. Al año siguiente los padres del menor iniciaron una causa judicial por los daños que sufrieron y porque la empresa no cumplió con el "deber de seguridad" que marca la ley de defensa del consumidor. Además, el local ubicado en Av. Cruz y Escalada, no contaba con habilitación del gobierno porteño. La empresa decía que era responsabilidad de los padres por no cuidarlo pero en 2012, seis años después de iniciada, la Cámara Civil condenó a la empresa a indemnizar a los padres con casi 40 mil pesos.