Es ex directora de Comunicación de la Unión de Bancos Suizos. Se entrevistará mañana con los legisladores de la Comisión Bicameral que investiga el caso de los 4040 argentinos con cuentas en la filial helvética del HSBC. Al igual que Hervé Falciani, aportó datos sobre esas maniobras que se investigan en varios países.
La entonces directora de Comunicación de la sede francesa de la Unión de Bancos Suizos (UBS),Stephanie Gibaud, recibió la visita de uno de sus jefes en su despacho. El hombre le informó que la oficina del director general había sido allanada y le pidió que destruyera su disco rígido. Ese día de junio de 2008 su vida dio un giro de 180 grados: se negó a cumplir la orden de su superior y, sin quererlo, gatilló sobre ella una etapa de hostigamiento y persecución. Al año siguiente denunció al banco más importante de Suiza por ayudar a evadir y blanquear miles de millones de euros.
Gibaud forma parte de la Plataforma Internacional de Activadores de Alertas (PILA, en francés), una red internacional de denunciantes en la que trabaja junto a otro arrepentido francés: Hervé Falciani, el ex directivo del HSBC que dio a conocer una lista con más de 100 mil nombres de personas sospechadas de fuga de capitales, lavado de dinero y evasión impositiva. Esta semana los dos arrepentidos recibirán a la delegación de legisladores argentinos que integran la Comisión Bicameral que investiga el caso de las cuentas suizas. Gibaud informará mañana a los diputados y senadores sobre otras cuatro mil cuentas de argentinos en el UBS con irregularidades similares a las del HSBC.
Gibaud asumió como directora de Comunicación de la sede francesa de la UBS en 1999. Durante ocho años organizó encuentros entre los ejecutivos de la entidad y clientes de grandes ingresos. En una entrevista televisiva la mujer contó que su trabajo consistía en conseguir "cosas que el dinero no puede comprar”, como entradas para eventos deportivos o recitales que estaban agotadas.
En 2007 la entidad suiza quedó en medio de un escándalo fiscal en Estados Unidos y la sede francesa incrementó los controles sobre el manejo de información. Al año siguiente, Gibaud recibió la orden de eliminar datos de su computadora. “Me negué e hice preguntas. Pero no obtuve respuesta. Ahí me di cuenta de que resultaba molesta para ellos”, explicó en una entrevista con el portal Swissinfo.
El trabajo que ella se negó a hacer lo hizo otro. Parte de la información de su disco rígido despareció. El banco entregó su puesto a otra persona que pasó a ser su jefe y sus compañeros dejaron de hablarle. Al aislamiento se le sumó la persecución.Cada vez que almorzaba acompañada, una persona en una mesa contigua escuchaba sus conversaciones. También lo hacían cuando hablaba por teléfono.
En 2009, presentó una denuncia contra el banco. Durante tres años la investigación estuvo virtualmente paralizada. “A principios de 2012, el periodista Antoine Peillon publicó su libro Esos 600 mil millones que le faltan a Francia (Ces 600 milliards qui manquent à la France, provocando una serie de investigaciones financieras y, posteriormente, un proceso de instrucción”, explicó la ex directiva de UBS. En 2014 Gibaud publicó su propia investigación: La mujer que sabía realmente demasiado (La Femme qui en savait vraiment trop).
La ex directiva de UBS aseguró que entre 1999 y 2007estuvo “en medio del riesgo sin saberlo”. Subrayó: “Ignoraba que la información que poseía era tan delicada”. Esa información, que permitió a la Justicia francesa avanzar en las investigaciones, podría abrir otra puerta en Argentina.
SO/PW