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Las marcas de cigarrillos son parte del paisaje en los puntos turísticos del verano argentino. Dos promotoras entregan obsequios con la marca de cigarrillos Marlboro en un bar de moda en Mar del Plata. En Villa Gesell, el espacio VIP de una discoteca lleva el nombre Philip Morris Soul. Durante el festival Lollapalooza Argentina, los jóvenes fuman y forman fila frente a una carpa donde podrán canjear sus paquetes de cigarrillos por uno nuevo de la marca Lucky Strike.

Las escenas representan violaciones “reiteradas y deliberadas” a la ley Nacional de Control de Tabaco y fueron relevadas durante enero y abril por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC). Los infractores son las dos principales tabacaleras de Latinoamérica, dueñas del 90 por ciento de mercado en el continente: Massalin Particulares y Nobleza Piccardo.

La fundación presentó una nota denunciando ante el Ministerio de Salud de la Nación el incumplimiento a las restricciones de publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco establecidas por la ley. A resultados similares había llegado la campaña de inspección del Ministerio, que labró 300 actas contra la industria tabacalera el último verano. Según informaron desde Salud, el 80 por ciento de las infracciones fueron por violar las restricciones de publicidad, promoción y patrocinio. Con la información aportada por la FIC, el Ministerio realizó inspecciones durante el fin de semana en discotecas y bares de Buenos Aires, labrando nuevas multas.

Falsas promesas

“El marketing del tabaco es uno de los principales estímulos para que los chicos empiecen a fumar. Los adolescentes crecen en ambientes que naturalizan el consumo de tabaco, rodeados, además, de una publicidad engañosa que les vende éxito que son de humo”, señaló a Infojus Noticias Verónica Schoj, directora del FIC.

Desde 2013, el Estado nacional prohíbe la publicidad de cigarrillos en medios de comunicación y la restringe en los puntos de venta, limitándola a la colocación de solo dos avisos publicitarios por empresa (uno con el listado de marcas y precios y otro de promoción), de 30 centímetros por lado, y sin luz ni pantallas. Además, la normativa establece que estos avisos no pueden ser visibles desde el exterior y que deben incluir advertencias sanitarias de no menos del 20% del tamaño del anuncio.

“Muchas de esas normas no se cumplen. Por eso desde fines del año pasado comenzamos a inspeccionar para que las tabacaleras se pongan en regla. Para nosotros esa campaña tiene el peso de una campaña sanitaria, al igual que una campaña de vacunación, ya que defiende la salud pública”, dijo a esta agencia Jonatan Konfino, director nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgo, que tiene a su cargo el Programa de Control de Tabaco.

Las actas son “multas en potencia”, según explicó Konfino. Las empresas aún pueden oponer su defensa. De aplicarse, las multas irán desde el valor de 10.000 paquetes de 20 cigarrillos al de 100.000 paquetes para incumplimiento de la prohibición de publicidad.

Verónica Schoj consideró que “las tabacaleras están poniendo todo su potencial económico en redireccionar las estrategias publicitarias a internet, bares, discotecas, eventos y puntos de venta”.

La ley más protectiva

El vocero de la empresa Nobleza Piccardo, Pablo Marcó, dijo a Infojus Noticias que la tabacalera “todavía no ha sido multada” y que sólo tienen actas por infracciones. A modo de defensa, Marcó dijo que la empresa se atiene a “las normas que rigen en cada provincia, porque no todas adhirieron a la ley nacional”.

Pero Konfino sostuvo que ese es el argumento para “poner en duda la autoridad nacional” y aclaró que “la ley marca que el Estado nacional es la autoridad de aplicación para lo que es publicidad”. Eso significa que “las provincias deben regular los ambientes libres de humo. Pero en caso de que la provincia no adhiera a la ley nacional, debe prevalecer la norma que es más protectiva para los derechos a la salud”, explicó.

Desde su reglamentación en 2013, sólo tres provincias adhirieron a la ley: San Juan, Formosa y Mendoza. El resto tiene regulaciones propias, algunas incluso ponen mayores limitaciones que la norma nacional, como es el caso de Neuquén, o Santa Fe, dónde se prohíbe la exhibición de los paquetes de cigarrillos en los puntos de venta.

La directora de FIC consideró que la infracción es muy grave: “El propósito de la publicidad es promover la iniciación al consumo del tabaco en niños, niñas y adolescentes. En los kioscos, los paquetes de cigarrillos se ponen a la altura de la visión de los niños, se mezclan con golosinas, sus envoltorios se parecen cada vez más a los de golosinas, hay cigarrillos con sabor a frutilla, a chocolate”. Se trata de “estrategias aprovechan un vacío legal, ya que la ley no prohíbe la exhibición de paquetes de cigarrillos, a diferencia de las leyes de Brasil, Uruguay, Colombia o Chile”, agregó.

Por su parte, Konfino celebró la articulación entre el Estado y la sociedad civil. “Es un ejemplo de empoderamiento. Es la sociedad la que tiene que velar por los derechos, en este caso el de la salud. Muchos ojos ven más que pocos, nos viene bien que la sociedad esté atenta y denuncie por los canales que dispone el ministerio”.

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