Lo dijo Maximiliano Villalba, la última víctima en declarar hoy en el juicio por la tragedia ferroviaria que causó 52 muertes y provocó heridas a otras 789. La próxima audiencia se realizará el 5 de mayo.
En la audiencia de hoy en el juicio oral y público por la tragedia ferroviaria de Once declararon cuatro sobrevivientes de la formación. Otros cuatro debían presentarse pero no lo hicieron. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 escuchó el horror en primera persona, cuando se cumplen 26 meses de la tragedia en la que murieron 52 personas y 789 resultaron heridas. La primera en hablar fue Natalia Meza, la última de las víctimas en ser rescatada viva del tren Sarmiento el 22 febrero de 2012. Meza, de 30 años, subió al estrado con sus muletas y se acomodó con dificultad. Todavía arrastra problemas serios en sus piernas producto de las heridas del accidente y por las que estuvo internada más de cinco meses. Se sentó y con vos tranquila describió el día de la tragedia. Explicó cómo tomó el tren en la estación de Merlo, adonde llegó muy demorado, y ella para no llegar tarde a su trabajo, tuvo que subirse a pesar de la cantidad de gente que había.
Dos años y dos meses después del accidente, sigue en rehabilitación todos los días y está bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. No tuvo ayuda de Trenes de Buenos Aires (TBA), excepto un pase de dos meses para viajar gratis para su papá. "Se acercaron a mí papá de TBA, creo que un señor que se llamaba Marcelo para que no los critique por radio. Decían que los hacía quedar mal a ellos.Le quisieron dar un departamento a mí papá. Yo no confiaba en ellos", dijo la chica que a 26 meses de la tragedia no pudo volver a trabajar.
Cerca del mediodía llegó el turno de Norma Barrientos que viajaba en la formación junto a su hija de 14 años, Karina, fallecida en el accidente. Llegaron a la estación Moreno y “de prepo” por la multitud que había en el andén terminaron subiendo en el primer vagón. Una estación después, una mujer les dejó el asiento. Norma quiso que se sentara Karina. Parada cerca de la cabina alcanzó a escuchar “al motorman diciendo que los frenos no le andaban, que no le respondían. Eso fue pasando Morón. Después no escuché más nada”.
"Viajé muy mal ese día"
Alicia Cabañas fue la tercera sobreviviente en declarar. Contó que el día de la tragedia, como lo hacía desde hacía casi diez años, subió al ferrocarril Sarmiento en San Antonio de Padua. “Viajé muy mal ese día, en la puerta, casi afuera. Esperé mucho tiempo para subir”, explicó la mujer de unos 40 años y hablar pausado.
Iba en el primer vagón del tren, se desmayó con el impacto y, no sabe cómo, apareció en el andén de Once donde todo era caos y descontrol. De lo primero que se acuerda cuando volvió en sí es de los gritos desesperados de la gente. Los pedidos de auxilio de los que estaban adentro y la desesperación de los que habían salido.
Del recorrido de la formación aseguró que “en Morón se pasó un poco de largo y después volvió para atrás”.
En ese punto coincidió Maximiliano Villalba, otros de los pasajeros que iba el día de la tragedia en la formación ´chapa 16’. “En Morón no frenó bien” dijo y agregó que “desde Moreno se hablaba que la formación no iba a salir porque tenía problemas técnicos”.
Villalba es joven y aseguró desde el accidente arrastra daños psicológicos. Estuvo cuatro horas atrapado en el tren. “Era tanta la gente que no nos podíamos mover” y explicó que para poder despegar los cuerpos, desde afuera les tiraban agua y aceite. Después de la tragedia hubo veces que tuvo que llamar “al SAME dos o tres veces en el día porque el corazón parecía que se me salía”, explicó.
Cuatro de los testigos que estaban citados para hoy no se presentaron y volverán a ser convocados. La próxima audiencia se realizará el lunes 5 de mayo a las 10 de las mañana.