Lo dijo la primera sobreviviente en declarar hoy. Los jueces resolverán mañana sobre el pedido de una de las querellas que pidió cambiar la acusación del motorman Marcos Córdoba a "estrago doloso" y reclamó su detención. Además declararán testigos.
La decimosegunda audiencia del juicio oral y público por la tragedia ferroviaria de Once comenzó con un pedido de la querella, para que se rectifique el permiso de algunos de los imputados para no asistir a las audiencias. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nª 2 no hizo lugar. Declararon dos sobrevivientes de la tragedia ocurrida el 22 de febrero de 2012 en la que murieron 52 personas y 789 resultaron heridos. Mañana lo harán ocho más y el TOC deberá expedirse sobre el pedido del querellante, Gregorio Dalbón para que se cambie la carátula del motorman, Marcos Córdoba.
A casi dos meses del inicio del debate hubo un cambio de salas. De la sala AMIA, en la planta baja de los tribunales de Comodoro Py se pasó al SUM, en el subsuelo. El detalle no es menor si se tiene en cuenta que en un espacio reducido quedaron a pocos centímetros de distancia los familiares de las 52 víctimas del choque con los de algunos de los 29 imputados. La mujer del ex secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, quien desde que comenzó el proceso acompaña a su marido a todas las audiencias, quedó sentada a cinco asientos de distancia de Luján Rey, mamá de Lucas Menghini, el joven que fue encontrado en una cabina del tren más de 48 horas después del impacto. No hubo incidentes. Ni se miraron.
La primera testigo en contar lo que vivió esa mañana fue Nicolasa Del Valle López. La mujer, que hasta entonces trabajaba como empleada de limpieza, subió al cuarto vagón del tren, conocido como “chapa 16”, en la estación de Merlo.
Del momento del impactó recordó: ”Sentí una explosión, apareció como una neblina y empecé a ver a la gente como cayendo en cámara lenta”.
Ana María Dattilo fue la segunda testigo en ser convocada al estrado. La mujer contó que la mañana de la tragedia subió al anteúltimo vagón del tren Sarmiento en la estación de Moreno. Iba sentada cerca de la ventana y explicó que “el tren andaba mal y, llegando a Once, la situación era cada vez peor”.
La mujer afirmó que, por el impacto, se golpeó la espalda contra el asiento y se despertó en el piso después de unos minutos inconsciente. Y relató cómo, vio “gente muerta apilada y una mano que pedía auxilio debajo”.
El estado deplorable en el que estaba la formación y la cantidad de gente que viajaba ese día y “superaba la normal” fueron algunos de los puntos a los que se refirió.
Cuando llegó el turno de las preguntas, los defensores hicieron hincapié en algunas contradicciones que parecían haber surgido en comparación con su relato original. Entre otras cosas le preguntaron si conocía a otra de las testigos y al imputado, Eduardo Sícaro. La mujer negó ambos hechos. También resaltaron el hecho de que Dattilo denunció un mes después que había estado en el accidente y que su certificado médico databa del mes de abril. La mujer respondió cada una de las preguntas pero en el ambiente dejaron flotando la duda.
La audiencia entró en un cuarto intermedio hasta mañana a las 10:30, cuando está previsto que declaren ocho testigos. Para mañana también se espera el Tribunal se expida sobre el pedido del querellante Gregorio Dalbón respecto del cambio de calificación que pesa sobre el motorman, Marcos Córdoba.